Noche deshinibida

Asi que, ahí estaba yo, en medio de un cuarto sucio, lleno de chicos y chicas que quien sabe de donde salieron, atractivos, sexys, descerebrados.
Un circulo en el medio haciamos, un circulo elitista, exclusivista, decadente y hedonista. Varias pastillas y un porro pasabn de mano y llegaron a mi. Tomé una y fumé un poco. Y no sentí nada.
Luego algo de música decadente empezó, un sonido extraño, con un ritmo extraño y una melodía extraña. Pero, de repente mi cuerpo la entendió aunque mi mente todavía luchaba por digerirla. El baile fue honesto, y con honesto quiero decir descenfrenado. Descenfrenado y loco, parecía que todos los chicos intentaban penetrarme mientras bailaban, y yo solo pensaba: sigo sin entender ésta música.
Una botella legó a mi mano, sin mirar de que se trataba la agarré y tomé un trago. Amargo y dulce, romántico y perturbador.
Un rayp de luz cubría la sala mientras el baile seguía, cada uno en su mundo, cada uno perdido en su propio paraiso.
De repente sentí que mi vida ya no tenía propósito y miré a una muchacha y me le acerqué y la besé. ¡Sus labios sabían tan bien!, rayos, su saliba en mi boca... ¡rayos!. La besé como si vida dependiera de ese beso. Fue increcible que ella se dejara, quiero decir, ¿cuantas chicas se dejan besar por otra así como asi?. Mi mano la acariciaba, era tan suave y bella. Era como besarme a mi misma. Bueno, quiero decir, no me digan egocentrista pero, una tiene que estar con alquien que le identifique.
De repente, otra chica se unió. Era una rubia delgada y celestial. No se de donde salió, pero como me alegré de haberla visto.
En una extraña pose las tres nos besábamos, era un "intercambio de fluidos" surrealista y extrovertido como nada antes. Las pude manosear, sentir, tocar. Terminamos nuestros besos y seguimos bailando.
El baile era fluido y seguido. Mis caderas me delataban, mis caderas emulaban un acto sexual inexistente y ansiado, mientras mis ojos miraban con recelo los extraordinariamente formados cuerpos de mis compañeras de sala.
Todo era dulce y amargo, sentido y aislado. En mitad del baile empecé a extrañar a mis amigos y familiares. Empece a sentir un deseo de expresar mi amor por todos, por todos aquellos que me han conocido y me han hecho sentir que valgo para algo.
Pusé mi mano entre mis piernas y comencé a tocarme. Me toqué mientras no me veían. Cuendo me vieron dejé de hacerlo.
Al terminar el baile fui al baño y me hice acabar rapidamente. Me medio relajé y seguí con la función. Todo fue más o menos normal a partir de allí excepto ese beso extraño con esa muchacha extraña que no recuerdo muy bien.

Una noche extraña sin duda, sin duda no recuerdo muy bien todo lo que pasó.