Noche en las Venas

Noche en las Venas.

Preludio.

1. Pacto.


En la pared hay una fisura,

donde solía estar un espejo,

aquí la soledad no tiene cura,

linda compañía muy alto precio.


Existe un jardín secreto,

que nunca ve luz del día,

se habla en otro dialecto,

y lo más vulgar se sublima.


Tengo los medios a mano,

y me desborda el frenesí,

otra noche otro trago,

por volver algo sentir.


Voy a desafiar la ciencia,

y frívolas supersticiones,

si hay dinero sigue la fiesta,

no importa mi edad nombre.


Beber hasta saciarme,

encaminar a ella pasos,

la línea que todos ya saben,

porque tan sola en este antro.


Nada que ganar perder,

otro nombre en la lista,

formas sutiles de mujer,

placer en la primera cita.


Morder su cuello de princesa,

en este profano espacio,

cuando mundo nos da tragedia,

con el placer hago pacto…



2. Conocerle.



Creo que casi te odio,

por fases frases crudas,

es el paso más obvio,

cuando no queda cura.


Y si preguntaste por mí,

costumbre pura cortesía,

nunca volveré a sentir,

lo que por ti un día.


Cuando algo te falte,

regresaras los pasos,

suponiendo es fácil,

hacer nuevo pacto.


Suplicando devoción,

como una princesa,

esa seductora voz,

y falsas promesas.


Dentro de tu ser,

lo que fue oro,

actos del ayer,

volvió lodo.


No pienses cada acción,

se refiere a tu persona,

probé algún divino sabor,

no solo amargas historias.


Creo es mucha soberbia,

pensar todo te concierne,

a nadie debo rendir cuenta,

breve gusto fue el conocerte…



3. Epilogo.



Noche en las venas,

agridulce ronda,

la tragicomedia,

besa y luego llora.


Secretos a voces,

cada madrugada,

en sucios callejones,

caricias que desgarran.


El hombre distinguido,

pierde noble rango,

ella mantiene su nido,

borrachos besando.


El teatro del mundo,

que nunca descansa,

no hay presente justo,

ni un digno mañana.


Despertar con culpa,

sintiendo nauseas,

entre sabanas sucias,

el pecado resbala.


Que aniquila más,

ronda o encierro,

luces de la ciudad,

tan lejos del cielo.


A cuantos incautos,

matas muy despacio,

lastimoso pacto descaro,

cigarro y perfume barato.


Ultimo humano rasgo,

que lejos te vas quedando,

con la muerte en los labios,

porque te querrán a ti tanto.


Aun herida abierta,

la puritana y el casto,

madrugadas inquietas,

volverán a oír sus pasos.


Noche en mis venas,

satisfacción pasajera,

y una angustia eterna,

Cuanto dolor encierras…

 

Intensa historia que se declara perturbadora y colmada de emociones querido amigo...
Un gusto leerte...cuídate mucho!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Yo también,
siempre es un gusto leerte estimado amigo,
en la distancia te dejo mi aprecio en un abrazo de colores,