nocturno a tu vagina

Nocturno a tu vagina
El vacío es el perfecto patiño
de tu vagina fantasma, que llega hasta mi
con aroma y textura tan conocida, casi humana.
Los restos de horas áridas,
se desmoronan por no tener sentido.
Mientras cada noche se vuelve una puta indulgente y permisiva,
tan solida y tocable
y placentera y domable como el humo.
En una cama fría y amplia,
una melancolía me cobija,
tan gastada como los recuerdos
que me niego a sepultar.
Tu vagina es el lugar ideal y cómodo,
para morir y resucitar,
para ser yo , para ser quien no soy.
Para saciar mi sed y morir embriagado.
¿Donde esta la flor tibia y húmeda que destila el licor enajenante?
¿Donde esta la carne rosácea y cruda que emana tu perfume absoluto y real?
Tu esencia liquida,
salada y dulce,
destructora de la sensatez.
Entrada a la gloria rodeada de pastos rizados,
oscuros y aromáticos.
Sabor a mar, a ternura brava.
Sabor a delicia que baila y pernocta en lo menos visible de mi alma.
Cascadas de palabras,
mueren en el intento aveces tan fútil y desesperado, tan solo por ser dignos de alabarte.
Le escribo un nocturno a tu vagina,
sin letras,
sin manos,
sin elegancia ni pudor.
Tan burdo para ser leído, tan necesario para mi.
La recuerdo tan mía,
tan acoplada a mis maneras,
a mis movimientos.
Tan envolvente, tibia, sedosa y asfixiante.
Bebiendo a sorbos y a grandes tragos mi pasión endurecida.
Y al contacto de mi lengua no dudaba en derretirse,
y después regresaba a su forma de tímida sonrisa,
callada y agradecida se ocultaba entre tus piernas.
Tu vagina es el lugar perfecto para que el placer se desnude y se envuelva en calor.
Para que mis dedos se deslicen entre pliegues mojados por gozo liquido y así encuentren el punto en el que tu alma casi te abandona.
¿Donde esta tu jardín alimentado por muchas noches?
¿Donde esta el rincón de los placeres perfectos?
Tu vagina es la delicia que abandono el capullo de la palabra,
y desplegó sus labios para ser un pequeño paraíso,
tibio, brillante y sin pizca de castigo.
Cascada de lujuria que diluye cualquier asomo de indiferencia y cordura.
Alimento sagrado de mi fetichismo.
Licor ardiente que vulnera la disciplina del tiempo y espacio.
Le escribo un nocturno a tu vagina.
Con caricia de letras pequeñas e inseguras,
con anhelo doloso que fastidia y brilla en muchas noches noches.
Sin manos, sin pudor.
Sin manos, con un roce.
Sin lengua y con una húmeda caricia.
¿Donde esta tu jardín nocturno alimentado por muchas fantasías?


Fco.Mendez

 

Un nocturno que expone a la luz a ese delicioso portal que nos acerca a lo indefinible pero bellamente fantástico. Felicitaciones, una gran prosa.

Saludos.