Nosotros

En el murmullo de esta noche prisionera
cuento las olas que arrastra la marea
en la orilla se derrumban los castillos, se borran las huellas
promesas que dijeron nuestros cuerpos,
gemidos que rompieron el silencio
al hacer amor;
ahora sé que los demonios son más sinceros que nosotros
quizás porque no tienen nada que perder
ayer bailé con la muerte, me enamoré por primera vez
y me mostró el destino en blanco y negro
con estas manos están atadas vi cómo se apagaba el sol
trayendo el invierno, el inevitable adiós,
un dolor que avanza y nunca se detiene
todo esto es tuyo, si quieres más de mi dolor
toma mis manos, no me sueltes al abismo,
mis alas atrofiadas por el tiempo y el encierro
ya no pueden volar más.

Dibujaste un porvenir multicolor
trajiste el arcoíris, un mar y un cielo azul
un sol brillante apareció en el horizonte
cegó mis ojos y dejó que el tiempo
se escapara entre mis manos;
es tan sencillo engañar los sentimientos
cuando alrededor tan solo hay nubes grises
y un paisaje triste
pedir perdón no justifica lo que hiciste
me tocaste con tus labios desahuciados y me heriste
no sabía que los besos también pueden lastimar;
caté un velo de ceniza entre mi lengua
una explosión sensorial que borraba mis miserias
un momento fugaz de vida y esperanza
algo que no había sentido,
que no había vivido
mi cuerpo dejaba de ser niño para hacerse hombre,
al hacerte mujer
te entregué mi inocencia a cambio de qué
me condenaste y no sé qué haré cuando te vayas
ni sé adónde iré.

Al cerrar los ojos podemos ver la oscuridad
un millón de sueños han construido este espacio atemporal
donde estamos escondidos, escapando de la realidad
y el muro que separa nuestros mundos;
hay puertas que nadie debe cruzar jamás,
que no se deben abrir
al mostrar el alma se puede ver toda la verdad
la hipocresía que se encierra en tu mirada
no querías liberarte del dolor
solo quería sentir más;
no grites al viento, porque nadie nos escucha
sólo es el eco que regresa los recuerdos
lo que deseamos solo es posible en nuestros sueños
tú y yo estamos destinados al olvido
consumidos por deseos prohibidos,
nos hemos dado cuenta de que siempre fuimos nosotros
los otros de alguien más.