Observador observado.

Me gustaría transmitir muchos datos verídicos.
Ser un gran orador romano, en la asamblea de los justos.
Participar de los convites de los elegidos del Señor de nuestros corazones.
Pero no hay manera. Me faltan agallas, coraje, motivos y razones.


De modo que sigo dentro del reino de la Indeterminación, por siempre.





Cualquier suceso que me ataña directamente, parece estar justificado.
Puesto que nunca hay un número determinado de algo,
y la única determinación, es la existencia.
Si la tierra se hunde ahora, y me traga, habré de aceptarlo. Con integridad y entereza.


Rece o no rece un Padre Nuestro, o un Ave María. Sea un Homo de Neanderthal, de Cro-Magnón,


u Homo Hábilis.
Da igual el aspecto exterior. Incluso los sentimientos y pensamientos.
Hay mucho azar, que equivale a la suma de todas las libertades.
Y el Libre Albedrío ha de ser respetado, dentro de las fronteras del Universo.


Así que no debo protestar. Soy un observador, que es observado.