Oda al poeta viandante

POEMA N° 40

Poeta de sílabas con alto rango,
colmaste de cognición y arte tu abolengo.
La juventud te alcanzó seccionando el tiempo,
grabando tus versos, en el litoral de tu sangre.

A Baeza le sigue doliendo sus calles,
le lloran los recuerdos a tus versos y cantares.
La brisa se ahoga en las sombras del paisaje,
con la ausencia de tu afinidad, entre los olivares.

Hay un palacio que atesora tu risa de niño,
tus recodos por sus jardines de ensueño.
Ay poeta… ¡Cuánto dejaste de ti en el mundo!
que hasta tu mirada quedo inscrita en cada verso.

Antonio Machado hace tiempo que no escribe,
se le asfixió la tinta en su pluma de ave.
Sus versos vuelan dispersos por las nubes,
avivando la pasión, entre los madrigales.

Bendita alma la tuya que nunca reposa,
que sigue fluyendo poesía por los ríos y el aire.
Allá, donde el sol nunca se esconde ni declina,
aún se oyen los susurros del poeta viandante.