¡Oh gran patria!

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¡Oh gran patria!

¡Oh gran patria que viste mi nacencia,
matrona en que me honro de ser hijo,
si algún día mi boca no bendijo
tu nombre que me acuse la conciencia!

¡Oh numen de poetas, de la ciencia
crisol de los saberes más prolijo!
¡Oh alambique del arte! ¿Quién no dijo
que moría de penas en tu ausencia?

¡Oh dechado de gracias torreada!
¡Oh joya, relumbrón de manzanilla,
del olor a azahar ensimismada!

¡Oh almohade, que fuiste de Castilla
fiel cristiana, andaluza tú, la amada
fina prenda del Cielo! ¡Oh mi Sevilla!

 

Como dice la copla: "Sevilla tuvo que ser", fue y es, precioso y emocionado soneto a esta monumental ciudad, un placer leerte compañero.- Abrazo.
Miguel.

 

Cádiz, salada claridad; Granada,
agua oculta que llora.
Romana y mora, Córdoba callada.
Málaga cantaora.
Almería dorada.
Plateado Jaén. Huelva, la orilla
de las Tres Carabelas.
Y Sevilla.

(M. Machado)


¿Qué tendrá Sevilla, Salvador, que se prestigia solo con nombrarla?
Es verdad eso que dicen: ¡de Madrid al Cielo! Pero es que (aunque no todo el mundo lo sabe) de Madrid se llega al Cielo en dos horas y media tomando un A.V.E.




Pues eso, que me ha encantado tu formidable poema, querido amigo.

Un abrazo.

 

Entrañable sentimiento de amor por esa tierra que nos vio nacer, esa tierra que se torna en la esencia del alma, que en su presencia sentimos y que en su ausencia lloramos.
Que bello homenaje haces poeta.
Saludos fraternales.

 

Precioso y excelente soneto. Genial, pleno de encanto.
Un abrazo.
Miguel

 

Alto, muy alto, como la Giralda, y plateado como el río Guadalquivir, un abrazo