Oh tú, mi gran desconocida...

OH TÚ, MI GRAN DESCONOCIDA


Desvaída la flor última cárcel

esquivado el viento en sus grotescas caricias

me abandono a tu búsqueda

como a la de una ola infértil


Madrugadas de luna vacía

-tan pletórica en la noche-

alumbrando hasta sus más negras raíces

la exótica aventura de los grillos.



Cariciosa la mar invade las arenas de la playa

Tu cuerpo las había moldeado antes.

Como un vetusto mármol

como un dios amedrentado por tritones

fue tu entrega demorada en el crepúsculo.



Cálida la forma frío el recipiente

árboles añosos cortejaron las irreverentes cópulas

El mar, tú y mi ardor arrancado por las aves

Lejano ya el barco que te lleva

cercano todavía el ondular de tu cabello como nube.



Mis ansias de ser roca o fundamento

de catedral o patíbulo

ser ave fénix madre de todos los fuegos

ónfalo primordial fuente de auroras boreales

ser esencia y sustancia

victimario de todos los agravios

y víctima en los holocaustos que te son debidos

oh tú mi gran desconocida...




Ilust.: Michel Koven. “El sacrificio de Ifigenia”.

 

Gracias, Riolita, estimado compañero. Bienvenido a este pequeño rincón que desearía fuese frecuentado por tí. Ha sido un placer leer tus palabras. Un cordial saludo,
miguel

 

Hola, Chema. Gracias por esta nueva visita. Me desconcierta algo la pregunta que abre tu comentario. Pues depende; el amor, el objeto del amor, requiere a veces un permanente estado de sacrificio; puede que sea una visión algo masoca, pero muy difundida en ciertas poéticas. Pero, vamos, si no tan intensas, hay otras formnas de amar. Un cordial saludo,
miguel

 

Esas formas de amor en la alborada y los pliegues de una necesaria espera.
quedan pues los desconcimientos abrumados como en un baile de manda-
mientos sutiles y reposados. bellissimo. saludos amabbles de luzyabsenta

 

Muchas gracias, mi querida Laly, por tu emocionado comentario. Son de los que animan a seguir con las letras contra viento y marea. Un fuerte abrazo desde España,
miguel