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Olga Orozco, poema dedicado a su madre " Si me puedes mirar"

Tema en 'Poetisas y prosistas famosas' comenzado por La Sexorcisto, 3 de Mayo de 2022. Respuestas: 8 | Visitas: 603

  1. La Sexorcisto

    La Sexorcisto Lluna V. L.

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    Madre: es tu desamparada criatura quien te llama,
    quien derriba la noche con un grito y la tira a tus pies como un telón caído
    para que no te quedes allí, del otro lado,
    donde tan sólo alcanzas con tus manos de ciega a descifrarme en medio de un muro de fantasmas
    hechos de arcilla ciega.


    Madre: tampoco yo te veo,
    porque ahora te cubren las sombras congeladas del menor tiempo y la mayor distancia,
    y yo no sé buscarte,
    acaso porque no supe aprender a perderte.
    Pero aquí estoy, sobre mi pedestal partido por el rayo,
    vuelta estatua de arena,
    puñado de cenizas para que tú me inscribas la señal,
    los signos con que habremos de volver a entendernos.


    Aquí estoy, con los pies enredados por las raíces de mi sangre en duelo,
    sin poder avanzar.
    Búscame entonces tú, en medio de este bosque alucinado
    donde cada crujido es tu lamento,
    donde cada aleteo es un reclamo de exilio que no entiendo,
    donde cada cristal de nieve es un fragmento de tu eternidad,
    y cada resplandor, la lámpara que enciendes para que no me pierda entre las galerías de este mundo.


    Y todo se confunde.
    Y tu vida y tu muerte se mezclan con las mías como las máscaras de las pesadillas.


    Y no sé dónde estás.
    En vano te invoco en nombre del amor, de la piedad o del perdón,
    como quien acaricia un talismán,
    una piedra que encierra esa gota de sangre coagulada capaz de revivir en lo más imposible de los
    sueños.
    Nada. Solamente una garra de atroces pesadumbres que descorre la tela de otros años
    descubriendo una mesa donde partes el pan de cada día,
    un cuarto donde alisas con manos de paciencia esos pliegues que graban en mi alma la fiebre y el
    terror,
    un salón que de pronto se embellece para la ceremonia de mirarte pasar
    rodeada por un halo de orgullosa ternura,
    un lecho donde vuelves de la muerte sólo por no dolernos demasiado.
    No. Yo no quiero mirar.
    No quiero aprender otra vez el nombre de la dicha en el momento mismo en que roen tu rostro los
    enormes agujeros,


    ni sentir que tu cuerpo detiene una vez más esa desesperada marea que lo lleva,
    una vez más aún,
    para envolverme como para siempre en consuelo y adiós.

    No quiero oír el ruido del cristal trizándose,
    ni los perros que aúllan a las vendas sombrías,
    ni ver cómo no estás.


    Madre, madre, ¿quién separa tu sangre de la mía?,
    ¿qué es eso que se rompe como una cuerda tensa golpeando las entrañas?,
    ¿qué gran planeta aciago dejar caer su sombra sobre todos los años de mi vida?


    ¡Oh, Dios! Tú eras cuanto sabía de ese olvidado país de donde vine,
    eras como el amparo de la lejanía,
    como un latido en las tinieblas.

    ¿Dónde buscar ahora la llave sepultada de mis días?
    ¿A quién interrogar por el indescifrable misterio de mis huesos?
    ¿Quién me oirá si no me oyes?
    Y nadie me responde. Y tengo miedo.
    Los mismos miedos a lo largo de treinta años.
    Porque día tras día alguien que se enmascara juega en mí a las alucinaciones y a la muerte.


    Yo camino a su lado y empujo con su mano esa última puerta,
    esa que no logró cerrar mi nacimiento
    y que guardo yo misma vestida con un traje de centinela funerario.
    ¿Sabes? He llegado muy lejos esta vez.
    Pero en el coro de voces que resuenan como un mar sepultado
    no está esa voz de hoja sombría desgarrada siempre por el amor o por la cólera;
    en esas procesiones que se encienden de pronto como bujías instantáneas
    no veo iluminarse ese color de espuma dorada por el sol;
    no hay ninguna ráfaga que haga arder mis ojos con tu olor a resina;
    ningún calor me envuelve con esa compasión que infundiste a mis huesos.

    Entonces, ¿dónde estás?, ¿quién te impide venir?
    Yo sé que si pudieras acariciarías mi cabeza de huérfana.
    Y sin embargo sé también que no puedes seguir siendo tú sola,
    alguien que persevera en su propia memoria,
    la embalsamada a cuyo alrededor giran como los cuervos unos pobres jirones de luto que alimenta.


    Y aunque cumplas la terrible condena de no poder estar cuando te llamo,
    sin duda en algún lado organizas de nuevo la familia,
    o me ordenas las sombras,
    o cortas esos ramos de escarcha que bordan tu regazo para dejarlos a mi lado cualquier día,
    o tratas de coser con un hilo infinito la gran lastimadura de mi corazón.



     
    #1
    Última modificación: 4 de Mayo de 2022
    A Javier Alánzuri, libelula y Emp les gusta esto.
  2. Emp

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    Genial
     
    #2
  3. Emp

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    ¿Sueños?
     
    #3
  4. La Sexorcisto

    La Sexorcisto Lluna V. L.

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    Sí, me comí esa palabra. Besis.
     
    #4
  5. Emp

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    Está más abajo. Bai.
     
    #5
  6. libelula

    libelula Moderadora del foro Nuestro espacio. Miembro del Equipo Moderadores

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    Hola Lluna, ante nada, gracias por dejarnos aquí a esta extraordinaria escritora y poeta.
    Creo que el poema que dejaste tiene esta estrofa repetida, quizás al copiar y pegar no te diste cuenta.

    "Nada. Solamente una garra de atroces pesadumbres que descorre la tela de otros años
    descubriendo una mesa donde partes el pan de cada día,
    un cuarto donde alisas con manos de paciencia esos pliegues que graban en mi alma la fiebre y el
    terror,
    un salón que de pronto se embellece para la ceremonia de mirarte pasar
    rodeada por un halo de orgullosa ternura,
    un lecho donde vuelves de la muerte sólo por no dolernos demasiado.
    No. Yo no quiero mirar.
    No quiero aprender otra vez el nombre de la dicha en el momento mismo en que roen tu rostro los
    enormes agujeros,
    ni sentir que tu cuerpo detiene una vez más esa desesperada marea que lo lleva,
    una vez más aún,
    para envolverme como para siempre en consuelo y adiós."


    Si es así, das a editar seleccionas la estrofa repetida y la borras. Gracia suna vez más por tu colaboración en este espacio. Dejo algo de su interesante biografía

    https://es.wikipedia.org/wiki/Olga_Orozco
    Abrazos
    Isabel
     
    #6
  7. La Sexorcisto

    La Sexorcisto Lluna V. L.

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    Ok.
     
    #7
  8. La Sexorcisto

    La Sexorcisto Lluna V. L.

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    Que por cierto, es una buena iniciativa porque a nivel histórico en el mundo de las artes si que creo que hay un desfase entre en hombres y mujeres. Besis.
     
    #8
    A libelula le gusta esto.
  9. libelula

    libelula Moderadora del foro Nuestro espacio. Miembro del Equipo Moderadores

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    En eso estamos muy de acuerdo Lluna. Gracias por tu presencia y esta importante aportación que nos dejas.
    un abrazo.
     
    #9

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