¡Otoño de Manzanares!

¡Otoño de Manzanares!

Estaré pendiente de tu entrada triunfal, cuando vuelvas, a la Plaza de Cutervo.... y luego verte pasar gloriosa y tras tuyo el toro, dis´que indultado, que me hace un guiño, me llama y al oído me susurra, "me salvé... , me salvé...".
Yo le dije:"Yo no sé porque corriste hacia ella...pero sólo con su mirada paraste tu embestida".
Me respondió: "Temí quemarme con su cigarro".
Yo le contesté, que "parte que te creo , parte no”.
Y si sigues acá ella más se aleja, señor toro , cómo te gritaba el gentío?, ah! "¡Otoño de Manzanares!"
Ya para irse, el toro poniéndose ya en sus cuatro, me dice, :"Ni cuenta me he dado, hombre de versos, que aquí en esta Plaza de Cutervo...sólo se matan las penas, se curan los sentimientos; perecen amores y otros renacen con el canto de versos, de versos pendientes; allí al frente, en esa hoguera, se cocinan angustias, se secan las almas; mientras que otros pasan, mordiendo casi sus versos, sin darse cuenta de tu atención a la mía....Pero esos son de los pocos, los que poco habitan. Luego se mudan. Aquí respiro amor y sin ganas de irme. Sí que hay ese, ese compañerismo.
"¡Basta! ¡Basta!, toro de Manzanares, digo "Otoño de Manzanares", sospecho que tu elocuencia te ha salvado la vida, no en esta Plaza de Cutervo....,sino en otra, donde las palabras no te hieren si no las banderillas. Aquí no cortamos ni rabos ni orejas; algunos cortan sólo, la inspiración y el verso; será por envidia, por qué será, no sé. Aquí no sólo es la plaza. Aquí habitan las musas, cientos de ellas, transitan a diario, haciendo un mundo, un mundo mejor. Ni todos los magos juntos, harían una magia mejor, que ésta, que ésta que estás gozando.

Dime, me dice, antes de irse en esos minutos de historia:"¿Crees que trabajo me den?; comentarista sería mi campo y de vez en cuando, trasladar un poema y otro; cuidando cada verso como una flor...."
"¡Basta, basta!"- le digo-No estás para esos desplantes, mi querido toro, zapatero a su zapato y cada toro a su corral!

Blandiendo su pezuña acusadora, me mira con ojos de toro, herido en su inmensa humanidad-ya estoy confundido- por mis frases de verdad y atina a decirme:"¡Me voy, me voy, pero ya volveré. Con un poema bajo la pata y una rosa en la boca, para esa niña; ¡la de los ojos de almendra!
Alguien grita: "¡Vamos, vete toro que te dejan!"
Así se fue mi toro, no tras tuyo, niña de los ojos de Almendra!
Después de algunas ferias supe que la hacía, la hacía de semental.

¡Ea toro! "¡Otoño de Manzanares!"

 

Excelentemente escrito, sí señor. Felicidades.

Juan.

 

Gracias Juan por tu aliento.Lindo Año Nuevo.Pasaré por tu espacio.Adopos