1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Otra vida para olvidarte

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por gabynog, 24 de Diciembre de 2012. Respuestas: 21 | Visitas: 3938

  1. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Tropezando con el ayer


    Ella se lo cruzó por casualidad una tarde. Una tarde como cualquier otra, haciendo algunas compras y apurando el paso, deseosa de volver a su casa. Ensimismada en sus pensamientos, se cruzó con él, sin verlo, sin registrarlo. Sintió su mano en el hombro.
    -¡Hola Lore!
    Se frenó de golpe. Conocía esa voz. Era la del hombre que hace muchos años atrás (¿cuántos eran 19, 20?) se había convertido en su primer amor, y por quién había sufrido su primera decepción.
    -¿Cómo estás? ¿Te acordás de mí?
    Se acordaba, claro que se acordaba. Para él también habían pasado los años, se notaba en su rostro, en el cuerpo, en algunos cabellos blanquecinos , pero persistía la misma sonrisa seductora provocada por esos labios que ella tan bien conocía, los mismos ojos celestes que ahora estaban fijos en los suyos. Tardó un poco en reaccionar, en devolver el saludo. La tomó de sorpresa encontrarse con esa parte de su historia que tan profundo había guardado, que tan bien había aprendido a olvidar.
    -Hola Miguel.
    - ¡Qué bueno encontrarte! ¿vamos a tomar un café, y charlamos un rato?
    -La verdad, estoy apurada.
    -Dale, un ratito nada más. Te extrañé, no sabés cuánto. Quedaron muchas conversaciones pendientes entre nosotros...
    Lo sabía. En su momento no tenía sentido escucharlas.
    -No puedo, lo dejamos para la próxima?
    -Bueno, te paso mi facebook, agregame así nos ponemos al día, ¿querés?
    -Bueno, dale.
    Un nombre garabateado en un papel cualquiera. No pudo evitar seguir cada movimiento de sus manos, tan varoniles, que alguna vez habían surcado su piel. Lo que estaba escribiendo en ese papel era totalmente innecesario, ella conocía muy bien cada letra de su nombre, le habían quedado grabada en su mente a fuego.
    -Nos hablamos entonces.
    -Dale.
    Tomó el papel, aunque estaba casi segura de que no quería “volver a saber de él”. Le había costado mucho esfuerzo enterrar esos recuerdos que aún le dolían.
    Volvió a su casa, besó a sus dos hijas, sus dos soles, su vida misma. La misma rutina, ver cuadernos, jugar un rato, pensar en que hacer para cenar, ordenar un poco. Esperar a su marido, que hoy viene tarde del trabajo, como tantos otros días. Pero no era un día como cualquier otro. Encontrarse con Miguel la había inquietado bastante.
    Buscó en el último cajón de su mesa de luz una vieja agenda. Sabía que estaba ahí, pero hacía bastante tiempo que no la hojeaba. Muchas cartas, recuerdos. Cartas que se habían escrito con su marido, la mayoría mientras estaban de novios. Sólo cuando estaban de novios, ¿siempre es así, no?
    Al fin, apareció. Una hoja de la agenda. Suelta, doblada. Escondida. Un poema.
    Ella evocó el momento en que había escrito esos versos. Recordó que su mundo se desmoronaba en ese instante, las lágrimas acompañando cada una de esas letras, motivadas por la desesperación de perderlo, por la rabia que le había provocado sus mentiras.
    Todos los recuerdos que había tratado de ignorar, súbitamente emergieron. Sintió deseos de llorar. No había sido solo un amor de su juventud, había sido mucho más que eso.
    Empezó a revivir los sucesos, recordar otra vez cada momento de esa historia. Se acordó de la primera vez que lo vió, cuando fue a comprar una revista en el quiosco en que él trabajaba. Pensó que era muy simpático, y muy interesante físicamente; alto, rubio, sus ojos... lo primero que le llamó la atención fueron esos ojos celestes profundos, increíbles. Había creído notar que él insinuaba un cierto interés en ella. Pero no estaba segura.
    Al poco tiempo volvió, y esta vez estuvo segura, sí estaba interesado. El era 5 años mayor. Sobrevino el tiempo de las visitas al quiosco con cualquier excusa, de las charlas cortadas por los clientes, de las llegadas tardes al trabajo. Entonces por fin, Miguel la invitó a salir.
    El día de la cita estaba muy nerviosa, eso lo recordaba bien. Era su primera salida a solas con un hombre. Pasó mucho tiempo eligiendo la ropa -los recuerdos seguían apareciendo, fluyendo, y esta vez no hizo nada para reprimirlos-. Increíble. Tantos detalles, como podía ser que se acordara con tanta precisión? Al final eligió una mini de jean, sandalias beige y una musculosa blanca.
    Fueron a tomar algo a un barcito, frente al río. Después caminaron por la arena, charlando, riendo. El era todo un seductor, sabía que hacer y decir para agradarle. Ahí, con el río de fondo, fue su primer beso. Nunca, en toda su vida, volvió a experimentar un momento tan perfectamente romántico. Comenzaron un noviazgo que duró 9 meses. Lo pasaban muy bien juntos, imaginaban su futuro, tenían proyectos. Parecía que estaban hechos el uno para el otro . Conoció a sus amigos, a su hermana, a sus padres, quienes la querían “como si fuera una hija más”. Él a su vez, también fue aceptado en la familia de ella, quizás con un poco más de recelo por sus padres, pero al final se volvió usual su presencia en la casa.
    Los recuerdos seguían sucediéndose, sin control, y revivió el día en que todo su mundo se desmoronó. Esa mañana iba a trabajar. Era tarde, así que decidió no bajar a saludarlo, ya no tenía más excusas para disculparse con su jefe. El colectivo frenó, el semáforo estaba en rojo. Ahí lo vió. No estaba solo, estaba hablando con una mujer. En realidad, era evidente que estaban sosteniendo una discusión, aunque eso es lo que menos captó su atención. Entre ellos, había un nene, unos dos años. No podía dejar de observarlo, era la viva imagen de Miguel. Podría ser su hijo? Rubiecito, ojos claros, el mismo corte de cara, la misma nariz. El colectivo retomó su marcha, quitándole de sus ojos esa imagen inquietante. Ese día ya no pudo concentrarse en otra cosa que no fuera la imagen del nene, y de su novio discutiendo con esa mujer.
    Después del trabajo lo llamó, le pidió verse en algún lado, tenía que hablar con él de algo, urgente. Miguel la escuchaba extrañado, la notaba nerviosa, pero no logró que le adelantara nada, por lo cual aceptó verla más tarde.
    La pasó a buscar esa tarde por su casa, y la conversación que pondría fin a su relación se inició y terminó en el auto de Miguel. Ella le comentó lo que había visto esa mañana, y aunque todavía abrigaba alguna ínfima esperanza, la respuesta de él iba a confirmar sus sospechas. Le explicó que sí, que era su hijo. Que la mujer que estaba hablando con él era una ex novia. Que generalmente se llevaban muy bien, pero esa mañana estaban discutiendo porque le pedía más dinero para mantener al chico. Que los veía todos los domingos. ¡Los domingos! Se sintió la persona más estúpida de la Tierra. Los domingos, eran los días que no se veían. Al principio del noviazgo él fué muy claro al respecto, y le pidió ese día para "descansar". El quiosco de diarios y revistas le exigía levantarse muy temprano en la mañana, más su otro trabajo de técnico, llegaba muy tarde a su casa. Ella nunca lo había dudado, trabajaba tanto, tenía derecho a tomarse un día libre. Se sintió asfixiada. La bronca le nublaba todos los sentidos. Tantas veces había llamado a su casa los domingos para aunque sea cruzar unas palabras con él, y las respuestas siempre las mismas: Está durmiendo la siesta, se fue a jugar al fútbol, etc. etc. Desconsolada, se dió cuenta que no sólo él le había mentido, sino toda su familia, encubriéndolo.
    Se bajó del auto, haciendo resonar un portazo. Él bajó detrás, la siguió, quiso seguir dando explicaciones, pero ella ya no podía escuchar ni decir una palabra, las lágrimas caían y no era capaz de retenerlas. Al final, aceptó que la llevara hasta su casa, estaban lejos y era de noche, no tenía otra opción. El viaje se hizo eterno. Iba pensando que iba a ser la última vez que estaba con él, no podía entender una sola palabra de las justificaciones que estaba tratando de darle. Al llegar a su casa, tenía la firme decisión de no verlo más.
    Comenzó la difícil tarea de intentar olvidarlo por todos los medios posibles. Trató de odiarlo, así sería más fácil. Pensó en los encuentros con su ex novia y su hijo, los domingos. Las palabras de él resonaron en su cabeza “generalmente nos llevamos muy bien” ¿qué era lo que eso significaba? ¿Todavía sentía algo por ella? era muy probable, era la madre de su hijo. Bien, ahí tenía una buena razón para alejarse. También estaba el tema del hijo. Se veía muy joven para encarar la crianza compartida de ese chico, no creía ser capaz. Otra razón para convencerse de que lo mejor era dejarlo.
    Él intentó hablarle varias veces, la llamaba, la esperaba a la salida del trabajo, pero ella lo evitaba. La mentira, lo que le había ocultado la había lastimado demasiado como para olvidarse, como para perdonarlo. Lo extrañaba, lo amaba, estaba segura, pero no podía volver con él.
    Poco a poco lo fue logrando. El tiempo ayudó muchísimo en esa tarea y al final pudo esconder todos esos sentimientos en un rincón de su corazón, los recuerdos en un lugar apartado de su mente.
    Salió con otros hombres, sólo para tratar de quitárselo de la cabeza. Eran una alternativa a la soledad, pero después de haber probado el amor verdadero, nada era suficiente. Tuvo que terminar la relación con uno de ellos porque la situación se le estaba yendo de las manos, el pobre se había enamorado de ella, hasta el punto de imaginar un futuro juntos. Se sintió culpable por eso. Pensó que aunque no lo había hecho conscientemente, lo había usado. Había sido su tabla de salvación, cuando sentía que casi no tenía fuerzas para no regresar a los brazos de Miguel.


     
    #1
    Última modificación: 4 de Mayo de 2015
  2. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Desosbtruyendo sentidos

    La vida siguió su cauce, de lento transcurrir, hasta que conoció al que ahora era su marido. Ignacio era muy distinto. Morocho, muy educado, también unos años mayor que ella. Estudiaba en la facultad y le faltaba poco para recibirse.
    La noche en que se conocieron, ninguno de los dos tenía pensado estar en esa discoteca. Ella no tenía ganas de ir a bailar, pero su amiga fue a su casa, la obligó prácticamente a prepararse, a maquillarse y fueron juntas. Quería que conociera a alguien capaz de quitarle un poco de la tristeza que parecía no querer abandonarla. Él por su parte, no había conseguido pasaje para salir de la ciudad, era un fin de semana largo de feriado, y había pensado tomarse unos días en la playa. Entonces decidió salir con sus amigos. Siempre pensaron que el destino había sido el causante de su encuentro.
    Cuando se acercó a invitarla a bailar, ella aceptó. Le atrajo en un primer momento la elegancia con la que llevaba su saco azul y camisa blanca, le sentaban muy bien. Su charla era muy interesante, le agradaba estar con él. Bailaron toda la noche, cuando llegó el momento de la música lenta, hubo un pequeño momento de indecisión. Al fin el se decidió, la tomó de la cintura y la atrajo hacia su cuerpo. El tímido contacto físico y la proximidad de su boca hizo el resto. Mientras Ignacio la besaba, ella se dió cuenta que estaba comparando ese beso tan dulce y respetuoso con el que había recibido en la orilla del río. Nunca nadie iba a poder hacerle sentir lo mismo... enojada, apartó ese pensamiento de su mente. Estaba dispuesta a disfrutar ese momento con esta persona que tenía a su lado.
    Quedaron en verse al otro día, y lo hicieron. Así comenzó esa otra historia. Salieron durante algunos meses. Se enamoró (Otro tipo de amor). Se sorprendió ella misma, había jurado jamás volver a darle el poder sobre sus sentimientos a nadie. Se había prometido a sí misma jamás volver a confiar en un hombre. ¿Cómo iba a estar segura de que podría confiar en él, que no la iba a lastimar como Miguel?
    Una tarde en que estaban paseando, él se detuvo a leer interesadamente unos anuncios de ventas de casas y departamentos en la vidriera de una inmobiliaria. Ella le había preguntado si estaba buscando un departamento para irse a vivir solo y dejar la casa de los padres. Jamás pensó que su respuesta sería: no, estoy averiguando para cuando nos casemos. Se quedó muda de asombro, habían transitado escasos 4 meses de noviazgo, pero fue ahí mismo cuando vió todo muy claramente y si bien no fue la propuesta de matrimonio más romántica del mundo, supo que esa persona que estaba a su lado la amaba.Tomó la decisión de creer, de dejarse llevar, de sentir que tenía derecho a volver a ser feliz. Ahí comenzaron a proyectar su vida juntos. Les llevó 4 años construir la casa en la cual todavía habitaban. El compromiso, al año de conocerse. Luego los planes para la boda, el momento que tanto había soñado, tanta emoción frente al altar, donde se juraron pertenecerse. Hasta que la muerte los separe. La luna de miel en el Caribe, esos paseos por la playa a la luz de la luna. La vuelta a la vida real. La convivencia. Los primeros meses juntos, luego los primeros años, los primeros problemas, la rutina, situaciones felices, situaciones complicadas, todo lo vivieron juntos. Tuvieron la tremenda felicidad de tener dos hermosas hijas. Poco antes de nacer su primer hija, Lorena renunció a su trabajo. Ambos pensaron que era mejor su hija fuera criada contando con el amor que solo ella podía darle, así se convirtió en ama de casa, madre y esposa a tiempo completo.
    Varios años transcurrieron, sin altibajos, sin emociones. Poco a poco, la rutina se había apoderado de su vida. Una sensación de cansancio, ahogo y aburrimiento la perseguía desde hacía un tiempo.
    Las tareas del hogar ya no le daban ninguna satisfacción. Necesitaba algo más.
    Hasta ese día en que...
    -Hola Lore! Te acordás de mí?
    Claro, se acordaba.


     
    #2
    Última modificación: 4 de Mayo de 2015
  3. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Negar lo evidente

    El pequeño papel con su nombre descansaba en la mano desde hacía rato. Estaba muy tentada a escribirle. Al final decidió no hacerlo, volvió a guardar el papel en su billetera. No convenía hablar con él, no quería escuchar explicaciones, no tenía sentido.
    Al otro día pasó por delante del taller de reparación de electrodomésticos en que él trabajaba, se preguntaba si aún se hallaba en el mismo lugar. Ahí estaba y él también. Esta vez Miguel no la vió. Se preguntó mil veces para que pasó por ahí, pero se dijo a sí misma que era solo curiosidad.
    Los días seguían sucediéndose, pero esta vez el tiempo no ayudó a quitarlo de su mente.
    Una noche, mientras su marido dormía (siempre se dormía temprano, antes que ella) encendió la computadora. Todavía con algunas dudas, se puso a buscarlo en la red, lo encontró rápidamente. Algunas fotos llenaron su pantalla, de él, de los hijos, de su pareja. Sin pensarlo demasiado le envió solicitud de amistad. Listo. Y ahora qué? Solicitud de amistad aceptada; estaba en línea. Casi de inmediato le llegó su mensaje:
    -Hola! Cómo estás? que bueno saber de vos! pensé que nunca me ibas a escribir. Pasaron unos cuantos días desde que nos vimos.
    -Todo bien. No había tenido tiempo para conectarme...
    Esa noche hablaron de todo. Del trabajo, sus vidas, de sus hijos. De sus parejas. Le escribió en tono de broma, pero con curiosidad a la vez
    -Tu esposa te deja hablar con ex-novias por la noche?
    -No creo que le agrade demasiado si se entera jaja. La verdad es que no estamos casados. De todas maneras no nos llevamos para nada bien. Estoy con ella por mis hijos, son mi vida.
    Ella no pudo evitar pensar en ese niño que indirectamente fue la causa de su ruptura con Miguel
    - Vos, todo bien con tu marido?
    -Sí. Nos llevamos muy bien.
    Mintió. Últimamente no se estaban llevando para nada bien. Ignacio se había enfrascado en su trabajo, en su profesión. No pasaban tiempo juntos, siempre estaba cansado. Ya ni salían solos, extrañaba esas charlas que solían tener sentados en la mesita de algún café. Su intimidad se había vuelto muy previsible, rutinaria. Discusiones, muchas, por todo. Uff, no le iba a contar todo esto a Miguel...
    Se conectó esa noche y también al otro día. Así pasaban la mayoría de las noches de la semana, chateando. A escondidas, disfrutándolo. Empezó a desear ver el puntito verde al lado de su nombre.
    En una de esas charlas por chat en la que hablaban de todo un poco, Miguel le contaba como iba mejorando su trabajo, como crecía su taller de reparación de electrodomésticos. Ella recordó que su heladera no funcionaba bien y se lo contó.
    -Yo puedo ir a tu casa a verla.
    Se quedó sin escribir unos instantes. Su mente trataba vertiginosamente de buscar una excusa para darle, no quería que fuera. Nunca se había imaginado que la idea de verlo a solas en su casa la podía afectar tanto. Al no ver su respuesta, él pareció adivinar sus pensamientos
    -No querés que vaya a tu casa? No me tengas miedo jaja
    -¿Porque tendría que tener miedo? No, no es eso.
    -Bueno, nada entonces, mañana paso por tu casa. Sé dónde es, tu teléfono y dirección están en la guía. Tengo que confesarte que varias veces pasé por la puerta de tu casa con la esperanza de verte...
    -¿Para qué hiciste eso?¿ y si me veías que hubieras hecho?
    -Muchas veces estuve tentadode llamar a tu puerta. Tenía ganas de hablar con vos, de volver a verte.
    -Mirá Miguel, me parece que no es buena idea que vengas a mi casa.
    -Quedate tranquila, la visita de mañana es sólo profesional. Disculpáme, tengo que desconectarme. Mañana nos vemos, besos
    Esa noche no durmió demasiado. La atormentaba la idea de estar a solas con Miguel. No sabía si iba a poder resistir estar cerca de él, negarse a sus labios, a sus caricias, al deseo de volver a sentirlo en su cuerpo. Era obvio que había posibilidades de que algo así sucediera. Esa imagen la atormentaba, le preocupaba, la dejaba sin aliento. Se sintió una hipócrita. Habían tenido algunas veces esa conversación con esposo, la de la infidelidad. Ambos pensaban igual, que se podían remontar casi todas las situaciones adversas que vive una pareja, de hecho ellos lo habían hecho, más de una vez. Pero en cuanto a la infidelidad, eso no tiene vuelta atrás. En eso estaban de acuerdo, no había duda. Nunca se podría recuperar la confianza, el respeto. Ella era un poco celosa. Su marido, por su trabajo, en algunas ocasiones llegaba a cualquier hora, de madrugada. Eso había provocado serias discusiones.Y ahora, ella estaba permitiendo que Miguel entrara a su casa. ¿Para qué? la respuesta que le venía a la mente la asustaba demasiado. ¿Como pudo pasar del odio que había sentido por él alguna vez, a sentir esa especie de ansiedad por verlo a solas? La explicación que pudo encontrar (¿inventar tal vez?), es que a esa historia nunca le había dado un cierre definitivo, quizás era lo que necesitaba para dejar atrás ese capítulo de su vida.Si Miguel quería darle alguna explicación estaba dispuesta a escucharlo, se lo debía. Hace 20 años atrás no se lo había permitido.Eso iba a hacer, escucharlo y después seguir cada uno por su camino, con su vida, con su familia. Estaba segura que al otro día nada iba a suceder. Sólo habían compartido una historia de 9 meses de engaños y mentiras. En cambio, hacía 10 años que estaba con Ignacio. Gracias a él había logrado ser feliz. Era obvio para ella que a pesar de los problemas que estaba atravesando su relación, lo amaba. Se sintió incapaz de serle infiel, se odió a sí misma por haberlo siquiera imaginado. No, nada iba pasar al otro día. Al fin, se durmió.
     
    #3
    Última modificación: 4 de Mayo de 2015
  4. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Determinación abatida

    Ese día, cuando sonó el despertador, se levantó como una autómata. Recordó la conversación de la noche anterior, y trató de olvidarse por un rato al menos, de que en pocas horas lo iba a ver, a tener frente a frente. Hizo un esfuerzo descomunal para que su cara no denotara nerviosismo. Despertó a sus hijas como todas las mañanas, ayudó a la más pequeña a ponerse el uniforme del colegio. Preparó el desayuno para su familia, puso las galletitas en las mochilas, para el recreo. Un beso apurado de Ignacio, abrazos de las nenas despidiéndose frente a la puerta. Listo, estaba sola, como todas las mañanas. Sola y nerviosa. Luego de un rato de vagar por la casa tratando de distraerse con las tareas del hogar, sonó el timbre... ahí estaba Miguel. Otra vez trató de ponerse la máscara de fingida calma y le abrió la puerta. Él estaba ahí parado, con su ropa de trabajo, su caja de herramientas, y una sonrisa que ahora se acercaba, llegando a darle un beso en la mejilla.
    Le indicó el camino hacia la cocina, de inmediato él se abocó a la tarea de revisar su heladera.
    -No es nada grave, solo hay que cambiar el burlete de la puerta del freezer. Ya lo hago, tengo el repuesto en la camioneta.
    Mientras trabajaba, ella se puso a hacer café. Mejor busco algo para distraerme, necesito disimular los nervios, pensó. Sus manos temblaban obstinadamente.
    Cuando el trabajo estuvo hecho, se sentaron a tomar el café. El diálogo era ameno, de a poco los nervios que minutos antes la atormentaban se fueron diluyendo. Le parecía que podía hablar de cualquier tema con Miguel.
    -Que bueno habernos reencontrado después de casi 20 años. Estoy feliz de poder hablar al fin con vos. Cuando terminaste nuestro noviazgo no pude hacer nada, me evitaste hasta que no tuve otra opción que darme por vencido.
    -Sí, al principio fué así. No niegues que tenía motivos...
    -No sabés lo mal que estuve. Nunca quise lastimarte. Debería haberte explicado que tenía un hijo, lo iba a hacer, en verdad, pero temía que cuando te lo contara te alejaras de mí. Mis padres me lo venían advirtiendo. Me decían, que si llegabas a enterarte sin que yo te lo contara iba a ser mucho peor. Y tenían razón. Estuvieron muy tristes cuando les dije que me habías dejado, ellos te querían mucho.
    -Yo también los quería, como si fueran mi familia. Muchas veces quise llamarlos, pero no pude. Creo que el sentimiento de traición que me invadía en ese momento lo impidió.
    -Te entiendo. De todas formas, creo que merecía una oportunidad, que me escuches, necesitaba que me entendieras. Quizás las cosas serían diferente hoy.
    -Quizás. De todas maneras, no sirve de mucho que nos preguntemos eso. Nuestra vida ya tomó diferentes caminos. Vos tenés tu familia, yo la mía. Nada de eso puede cambiar.
    -Yo en cambio pienso que sí puede cambiar. Nunca me olvidé de vos, nunca dejé de quererte. Cuando me enteré que te casabas, quedé destrozado. Intenté tratar de olvidarte, pero no pude.
    -Te equivocás, no hay vuelta atrás. Yo te quise, y mucho, pero en ese momento. Ya no...
    -Me querías, pero no habías crecido todavía. Seguro tuviste miedo de tener la responsabilidad de ayudarme con la crianza de mi hijo, quizás lo tomaste como una carga y huiste de eso...
    Le estaba diciendo que había actuado como una adolescente, que lo dejó por miedo?
    -¿Pero sos capaz de echarme la culpa de la ruptura? ¿Y tus mentiras? Sí el comienzo de nuestra relación se basó en una mentira, como iba a volver a confiar en vos?
    Comenzó a sentir la misma bronca que hace tantos años atrás la había llevado a dejarlo. Como podía...?
    Miguel se acercó, sus ojos sobre los de ella. Sus profundos ojos que ahora notaba humedecidos, desarmaron su enojo al instante.
    -Creéme, no quise mentirte. Tenía miedo de perderte.
    Todos los sentidos se adormecían. Le creía, pero ¿de qué servía eso ahora?
    -Sabés, una sola palabra tuya y dejo todo. Dejo todo por vos, te lo juro
    .-No, basta. yo no quiero, no puedo. Tengo mi familia, estoy enamorada de Ignacio, y no haría nada que lastimase a mis hijas. Creo que ya dijiste todo lo que tenías que decir. Es mejor que te vayas porque..
    .-Mirame a los ojos, decime que ya no sentís nada por mí.
    Su mano acariciando su mejilla, una descarga recorriendo su cuerpo.
    -Sé que todavía me amás. Lo veo en tus ojos. Nunca dejé de quererte, necesito volver a tenerte en mi vida. No me destroces otra vez.
    Otra vez la confusión que se adueñaba. Increíble como sus palabras tenían la capacidad de transportarla fuera de este mundo. No pudo apartarse cuando sus labios buscaron los de ella. La decisión de no caer en la tentación fué gobernada por otra, más vívida. Ya no podía resistirse. Se besaron como aquella primera vez en la orilla del río. Los años que los habían separado no habían logrado borrar la marca que él le había dejado. Nunca pudo recordar cómo fue que terminaron en la habitación. Sus labios, sus manos, sus cuerpos emanaban necesidad de llenar el vacío, de borrar lo sucedido, de volver a encontrarse en el abrazo descontrolado que tanto deseaban. Besos, caricias, abrazos en una espiral de urgencia. Una mirada de pasión y deseo infinito se cruzó con la suya. No, NO, no podía estar sucediendo...mil imágenes cruzando su mente, confusión absoluta. Fotos observándola desde su mesa de luz. Ignacio y ella en la iglesia el día de su casamiento. Las nenas con su papá en la pileta riendo. Ella misma sonriendo con Ignacio esa vez que fueron de vacaciones a Brasil. La mente recuperó la supremacía sobre el cuerpo, por unos segundos.
    -No, basta, pará. No puedo.
    Se incorporó de un salto, se acomodó la ropa. Las lágrimas brotaron sin control alguno.
    - Perdoname, no puedo.
    -¿Pero, porqué?
    -¿Qué es lo que pensás que va a pasar? ¡no voy a serle infiel a Ignacio!
    -No quiero que seas infiel, quiero que me elijas. Te quiero de nuevo en mi vida. Sé que vos también me seguís amando, y que ya no sentís lo mismo por tu marido. Cada parte tuya me lo dice.
    -¿Cómo podés saber lo que siento, o cómo me siento? No se puede volver el tiempo atrás, no voy a lastimar a mi familia por un recuerdo, te amé, pero ya no. Volver a verte me atirdió, las cosas que vivimos juntos revivieron sentimientos en mí. Pero no voy a dejar a mi familia.
    -No niegues lo que sentís. Lo de recién no fué ninguna confusión, no fué sólo físico. ¡Estabas en cuerpo y alma conmigo!
    -Basta por favor Miguel. Esto no puede ser, no puedo, no quiero. Te pido disculpas por lo que pasó recién, no tendría que haber dejado que sucediera.
    -Los sentimientos no se pueden manejar o atar. Lástima que no me dejes hacerte feliz.¿Porqué me hacés esto? Creí que sentíamos lo mismo, me diste esperanzas...
    Un incómodo silencio los cubrió unos segundos. Ella no sabía qué decir, no encontraba las palabras. Sabía cuánto lo había herido. No me destroces otra vez. Fué Miguel quien habló, sus palabras declaraban un esfuerzo por no quebrarse.
    -No puedo soportar otro rechazo tuyo. Es la segunda vez, no quiero que haya otra...
    -Lo lamento, pero...
    -No podés, ya sé. No te preocupes, me voy.
    Lo vió acomodarse la ropa, salir de su habitación, tomar su caja de herramientas. Acompañó cada paso que dió fuera de su casa y de su vida. Apoyada en la puerta, otra vez sintió sus ojos inundarse de lágrimas. ¿Cómo iba a hacer ahora para retomar su vida a partir de allí? Hasta que la muerte los separe, lo había prometido...
    Como hace mucho no ocurría, otros versos nacían de sus entrañas, abriéndose paso entre sus lágrimas, destinados a ser otra página doblada, escondida de su historia.


    Juegos compartidos con las nenas. Su marido llegando a casa, esta vez temprano. Preparar la cena. Acostar a las nenas. Mirar la tele (sin ver) en la cama con Ignacio.
    Atrápame en tus garras de ficticia seguridad.
    Bienvenida, rutina.



    OBRA FINALIZADA

    Los nombres y situaciones que se describen en este texto son obra de la imaginacion de la autora.
     
    #4
    Última modificación: 4 de Mayo de 2015
  5. LUVIAM

    LUVIAM Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    23 de Noviembre de 2011
    Mensajes:
    11.174
    Me gusta recibidos:
    3.240
    Género:
    Mujer
    Atrápame en tus garras de ficticia seguridad.
    Bienvenida, rutina.

    Interesante amiga, has narrado de manera magistral la realidad de munchas y muchos que son víctimas de la rutina, e incapaces de vivir a plenitud al pedacito de vida que les corresponde. me encantó leerte. te aplaudo. Unabrazo hasta donde estás.

     
    #5
  6. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer


    Gracias amiga por dedicarle tiempo a este primer experimento de relato extenso, me alegra de verdad que haya sido de tu agrado. Otro abrazo para vos!

    Gabriela
     
    #6
  7. Alizée

    Alizée ⊙ Humαlıen ⊙ ༻✦༺ ♡ Måᥒᥱskιᥒ ♡ ∞ ֎

    Se incorporó:
    13 de Agosto de 2010
    Mensajes:
    5.361
    Me gusta recibidos:
    4.265
    Género:
    Mujer
    Gaby:
    No puedo menos que felicitarte por lograr atrapar mi atención con tu relato, difícilmente logro concentrar mi atención en una sola cosa, debido a la inquietud nata que me provoca y a la hiperactividad que me domina, pero he de decirte que no parece ser tu primer relato largo por lo bien estructurado, le he comprendido paso a paso y mantiene su ritmo. La historia sin lugar a dudas me ha llenado de un tanto de congoja, otro tanto de sorpresa, otro tanto de sinsabor, varias emociones. A mi me gustan las historias de amor donde triunfa el amor, soy apática de la infidelidad, pero más aún acérrima enemiga de la monotonía y el desamor. ¿Qué final me habría gustado? No siempre se tiene lo que se quiere, pero muchas veces se pueden tener sorpresas. Gracias por compartir tu arte conmigo, lo celebro y reitero, te felicito por tu logro, es notable y loable. Recibe estrellas luminosas eternas para tu inspiración, mi saludo afectuoso, mi cálido abrazo y una dulce sonrisa desde mi corazón.


    [​IMG]
     
    #7
    Última modificación: 4 de Enero de 2013
    A gabynog le gusta esto.
  8. Évano

    Évano ¿Esperanza? Quizá si la buscas.

    Se incorporó:
    16 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    8.628
    Me gusta recibidos:
    5.012
    Género:
    Hombre
    Me ha recordado su relato situaciones parecidas, porque todos tenemos un antiguo amor que se nos plantó de sorpresa años después, trayéndonos a la memoria infinidad de sensaciones. Y el final es muy placentero y real, porque (no sé si por suerte o por desgracia) se suele elegir a la seguridad del presente cuando ya se tiene una cierta edad.
    Un placer haber pasado por su relato.
    Se la saluda afectuosamente.
     
    #8
  9. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Querida Grace, sé que es difícil no solo para vos, sino para todos en general, mantener la atención en relatos prolongados, eso es una constante en estos tiempos donde "todo" lo que se necesita (yo no lo creo así, pero siempre voy a contramano) está a un click de distancia, la comunicación es en 180 carácteres y la información resumida para que no nos molestemos en "perder" mucho tiempo. Agradezco mucho que te hayas tomado el tiempo para leerme. En cuanto al final... no sé, no era lo mas lindo o previsible, pero quizás es lo mas típico en la realidad...
    un abrazo!
     
    #9
  10. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Gracias Évano por leerme, por tu afectuoso comentario y por la reputación que enviaste!
    Te mando un abrazo, desde Argentina
    Gabriela
     
    #10
  11. Alizée

    Alizée ⊙ Humαlıen ⊙ ༻✦༺ ♡ Måᥒᥱskιᥒ ♡ ∞ ֎

    Se incorporó:
    13 de Agosto de 2010
    Mensajes:
    5.361
    Me gusta recibidos:
    4.265
    Género:
    Mujer
    GAb:
    Ni que lo digas amiga querida, para mi fue un placer leerte, si lograste captar la atención de la hiperactividad, seguro que lo leerán los que no lo son, porque el escrito es fluído y es tan bueno, que se lee ágilmente, es mi atención y mi persona las que están agradecidas de leer escritos tan pulcros, entendibles y legibles como el tuyo. Un abrazo cálido, mi admiración y cariño, todo mi respeto para tí.
     
    #11
  12. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Otra vez gracias por tu afectuoso comentario...
    Besos
     
    #12
  13. jg-miguel

    jg-miguel Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    2 de Julio de 2012
    Mensajes:
    2.937
    Me gusta recibidos:
    340
    Maravillosa historia, me ha encantado, una vez más, como siempre el pasado siempre vuelve y más si es un amor no cumplido, la mágia, parece que no pase nunca y tendemos a idealizar esa historia, que no tiene por qué ser mejor ni peor, simplemente diferente y si algún día llegamos a vivirla, luego podemos comprobar, que estas historias no suelen ser tan maravillosa y mágicas como creiamos, en ocasiones, en muchas ocasiones, tendemos a idealizarla, con lo que pudo ser y no fue, y nos daremos cuenta que no deja de ser una historia de amor más
    Abrazos
     
    #13
  14. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Mil gracias amigo por leer la historia, y por tu acertado comentario. Te dejo un afectuoso saludo
    Gabriela
     
    #14
  15. Rugby 10.12.2013

    Rugby 10.12.2013 Exp..

    Se incorporó:
    27 de Junio de 2012
    Mensajes:
    4.074
    Me gusta recibidos:
    71
    Suele pasar que muchas personas se enredan en la comodidad del trabajo, de la casa, hasta de la pareja y caen en esa mísera rutina que luego termina siendo un total hastío en la diara vida, si no sabemos como contrarestarla y muchos no lo hacen, muriendo todos los días un poquito, apagando la llama de sus ojos, como si fueran pájaros enjaulados mirando otros volar. Bellisimo Gabriela en verdad la felicito, saludos poeta
     
    #15
  16. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Gracias Daniel por pasar y leerme, coincido con vos. Te mando un abrazo grande
    GAbriela
     
    #16
  17. Bolìvar Alava Mayorga

    Bolìvar Alava Mayorga Exp..

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2010
    Mensajes:
    4.181
    Me gusta recibidos:
    1.574
    Querida Gabriela.Escribir una parte de una biografìa, (aunque èsta sea inventada) es ya mucho, es menos natural que escribir un diario o una carta; ya que se desafìa al presente en concreto y se entra en una dimensiòn màs sotil, en un espacio alternativo que es aquel "presente", al actual que obliga al espacio-tiempo del pasdo mediante los recuerdos, la agitaciòn y remembranzas a tratar de vivir un experiencia "paralela" a tus verdaderos sentimientos ya establecidos y radicados como tales, mas con la "esperanza vulgar" en la mente diciendo "sacarse la pica" y descubrir los motivos de algo que no fue, mas causò dolor y que no se puede perdonar ni olvidar por màs artificios, argumentos o detalles que se expresen como exscusas, el paralelismo pasado con el presente es revivir esos sentimientos a la fuerza, en forma premeditada, confusa y exitante en una aventura de continuaciones, peor cuando se està en la estapa de la metamorfosis o saliendo de ella, ha dejado huellas profundas pero en un laberinto incompleto de confusiones, el ego obliga a correr esos riesgos, no tanto para satisfacer esa curiosidad, sino para no volver a transgredir en sentimientos futuros, no de ella que yà ha vivido (!), lo hace "insconsientemente" por su prole... mayor razòn si son fèminas como en el relato ?, ayuda a exaservar la psichis en su estado emocional "invariable" desde el pasado, pero "variable" en el presente porque no quiere que se repita hacia el nuevo futuro aquella desiluciòn en su prole, mantenièndose dèbil en su curiosidad, mas dura en su deciciòn a "nò" ceder... ya que su "yò" interior le dice que no ganarà absolutamente "nada" antes correrà el riego de perdor todo, lo que el destino o la pareja hallan creado a su beneficio; muchas de la veces tratamos de recurrir y hechar la culpa a la rutina familiar, sin comprender que la felicidad depende de los "detalles" como la canciòn de Oscar de Leòn... sin embargo el relato es el justo mensaje como un consejo que encierra una màxima, en botar a la basura ciertos recuerdos o vivencia que nos desestabilizan emocionalmente por una curiosidad "morbosa" que a veces se vuele "patològica o enfermiza" llevàndonos a la destrucciòn, ha sido un placer analizar tu relato, el pròximo que lea, lo harè de acuerdo a la opiniòn literaria, te saludo. Afro-Toasa.
     
    #17
  18. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

    Se incorporó:
    29 de Diciembre de 2004
    Mensajes:
    17.294
    Me gusta recibidos:
    1.400
    Género:
    Mujer
    Una elección equivocada, la primera me refiero, el orgullo, el ego herido... traiciones que parecen imperdonables pero lo imperdonable es darlas por definitivas. Y a partir de ahí: una vida a medias, engañándose a sí misma y a su familia, condenada a no ser feliz y a no hacer feliz a los demás.

    Una historia sencilla contada de forma muy amena.

    Muy triste y bastante habitual.
    Me gustó mucho.
    JULIA
     
    #18
    Última modificación: 8 de Mayo de 2013
  19. AntonioG

    AntonioG Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    8 de Mayo de 2013
    Mensajes:
    117
    Me gusta recibidos:
    34
    leyendo este relato me doy cuenta que escribir es un placer pero leer es soñar. muy hermoso, aunque no lo he terminado de leer. soy nuevo en este foro y mi objetivo es publicar lo que escribo, novelas cortas y cuentos, quiero publicar una novela juvenil corta y muy simple, espero que para mañana pueda.
     
    #19
  20. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Estimado amigo, te agradezco profundamente que te hayas tomado el tiempo de leer y analizar tan profundamente mi relato. A pesar de ser un relato ficticio, obviamente cuando se escribe una obra es imposible no mezclar sentimientos y pedacitos de historia peóximrsonales, creo yo que es lo que preserva el alma del escrito. Aguardo entonces tu próxima opinión literaria...
    Un abrazo!
    Gabriela
     
    #20
  21. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Muchas Gracias Julia por leer mi relato, es un placer recibir tus comentarios. Un abrazo!
     
    #21
  22. gabynog

    gabynog Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2008
    Mensajes:
    331
    Me gusta recibidos:
    64
    Género:
    Mujer
    Gracias Antonio por pasar a leer mi relato. Te doy la bienvenida al sitio, espero que pronto pueda leer una obra tuya! Un abrazo, Gaby
     
    #22

Comparte esta página