Oye

Mi niña, mi pequeñísima flor,
escucha, hasta el fondo de tu alma,
los sonidos más hermosos
como si fueran murmullos
en lo alto de los cielos
en una fresca mañana,
tenuemente delicada,
bajo un techo tan azul
al rayar la madrugada ..

Es el eco de mi voz,
en un piso tan inferior,
de ese cielo, tierno aún,
que temprano ya te llama ..

Teniendo como testigo,
el candor de una flor,
tan hermosa como el sol
cuajada de un fino rocío
recibiendo ya la luz,
en su casa, en la montaña ...

Y hasta allá ..
llega tan fuerte mi voz,
repitiendo otra vez,
muchachita ... cuanto te amo ..

Pero esas lágrimas tuyas
matan, y matan mi alma ..,
quizá al escuchar mis palabras
puedas así comprender
con todo el consuelo posible
que mi amor .. aún te llama ..

Y te llamará mientras viva,
suave o impetuoso el viento,
al transitar esta vida
con sus gemidos violentos
y el temblor imperceptible
de los cimientos del tiempo .. !



José de Jesús

 

Hermoso llamado, bellas letras.
Un placer leerte.

 

Gracias Laura, por tus palabras tan generosas..

Recibe un saludo cordial.


José de Jesús

 

el estar siempre presente y al alcance de manera incondicional es una manera muy elocuente para decirlo con un sentimiento poético

saludos

 

Gracias Maldonado, tú apellido me hace evocar a una muy querida persona en la ciudad de Ensenada, nunca he dejado de pensar en ella ...

Recibe un saludo cordial.

José de Jesús
Sierra de Lobos
Guanajuato