Palabras indecisas

Se oxidan las palabras al borde de la espera. Es que también estas palabras necesitan de una sonrisa, una promesa para poder soltarse. Tal vez la lluvia moje sus almas de tinta, y las palabras náufragas dancen, se aquieten y se vuelvan sólo agua y transparencia. Tal vez estas palabras necesiten aire fresco como la suave brisa de enero sobre las alas de la gaviota para así volar sobre el mundo, emprender un nuevo recorrido, cruzar otros puentes, otros puntos de sombras y luces y, luego, volver a esperar por el calor de los cuerpos. Tal vez estas palabras sólo necesiten la iniciativa de otra palabra para que no se coman más las uñas, no se mueran de ansías vacías y que puedan explotar en el renglón de la voz. Aunque sea que nombren el miedo, ese miedo de sus propios miedos a la imagen de la belleza. Una belleza que hasta el más cuerdo le provocaría demencia. Miedo del propio miedo a partir en abrazos y besos, a partir en adioses en silencio, a simplemente partir otra vez, de nuevo. Es que para estas palabras sólo ella/él es una sombra gigantesca o un terrón de azúcar para la intimidad de un niño.

Estas palabras conocen bien los géneros, los números del verbo amar y saben que dentro de ellas hay un hombre y una mujer sentados en la mesa de un bar, tomando un café y esperando. Estas palabras no necesitan ser grandes videntes para saber que después de la espera regresa la partida; y que él encenderá un cigarrillo, intentará descubrir el cielo con sus manos, otro cielo después del seísmo debajo de las sábanas; y que ella será una vertiente de agua pura que sacia la sed por un momento y a la vez el temblor que derriba montañas por el aleteo de una mariposa revoloteando en la panza.

Pero lo que no saben estas palabras, lo que ni siquiera pueden imaginarse es que deberían jugárselas porque, al fin de cuentas, los pequeños instantes son la única eternidad que tiene la vida.

 

Danie,

Se pueden palpar las palabras y sombras como una imagen vívida. Cómo un despertar a una nueva realidad contenida. Prosa llena de un realismo nostálgico, la recreación, la forma e imágenes.

Me encantó haber abordado este viaje.

Abrazos