Palabras...

Lluvia de otoño.
Brillan bajo el agua
las hojas doradas
que bailan al compás del viento.

Otoño que vuelve,
como cada año,
como si estuviese siempre presente.
Otoño desolado y frío
a medida que sus días avanzan.

Sale el sol entre nubes,
indiferente, omnipresente;
ese sol que nos asegura
que seguirá recorriendo cielos
cuando ya no estemos.

Otoño. Caen las hojas
vencidas por el tiempo :
las que lucieron lozanas y nuevas
y hoy se ven viejas y lacias.

Como esas palabras que usamos
creyendo estrenarlas.
Las nuevas palabras de la juventud
que, sin saberlo nosotros,
de puro gastadas, eran ya viejas.

 

Los árboles en otoño alivianan cargas, ahorran energía, entran en un letargo que les permitirá sobrevivir al invierno y brotar en primavera.
Por eso hay sabiduría en los amarillos, es la inteligencia de soltar, esa sabiduría que muchos humanos no tienen.
La inteligencia emocional está en la naturaleza y también está en las palabras.
Antiguas o modernas, lo que las hace nuevas realmente en cualquier estación, del calendario o del alma, es la intención con la cual las pronunciamos.
Las tuyas siempre son interesantes y buenas, amigo, y un poema para pensar siempre se agradece.
Me alegra mucho haber leído este bello estreno.
Un abrazo con admiración.

 

Ayyy Luís, palabras nuevas y viejas, palabras de amor gastadas por el uso, y se usan porque nos proporcionan bienestar y alegrías, palabras que hacen rebosar el corazón de cariño y que empañan los ojos de emoción, palabras que como ocurre en otoño las mueve nuestro aliento bien para hacerlas desaparecer porque ya no cree en ellas o bien para sostenerlas en su boca y volverlas a pronunciar, pero tú, mi querido amigo lo dices de una manera tan bella y tan lírica que no se me olvidarán nunca.
Muchos besos para ti, mi querido poeta y entrañable amigo.....muááááckssss

 

Gracias por llegarte a estos versos, un poco perdidos. Versos de tiempos que acumulan recuerdos, se visten de sensaciones y hacen echar la vista hacia atrás. Palabras gastadas de tanto usarlas, palabras que tal vez han perdido su significado, o tienen uno diferente, y su sonido o su encaje en una frase nos resulta chocante.
Días de otoño, con olor a tierra húmeda, con colores de oro envejecido en los años de deseo y ambición.
Poema contradictorio, que estimo en lo que vale que te llegases a él y lo comentases.
Un fuerte abrazo y mi agradecimiento por tu cariño y tu atención.

 

Gracias, Isabel, por tus palabras siempre cariñosas y amables.
Las palabras se nos gastan, como se ajan los ropajes del verano en el otoño.
Caen las hojas, sus rastros los lava la lluvia y los asume la tierra. Así las palabras que creímos dichas por vez primera, deslumbrados por su brillo, pero sin apreciar las arrugas que las recorrían. Palabras gastadas, como gabanes viejos, pero que nosotros sentíamos como un estreno.
De nuevo mi agradecimiento. Tu presencia siempre es grata en mis letras. Te mando un abrazo y un montón de besos.

 

En la enseñanza del mensaje, la que nos advierte sobre la constancia de las cosas dentro del tiempo, está la preparación para no ser tomados por sorpresa por aquello que es ya conocido. Tú poesía puede encajar perfectamente dentro del sabio proverbio del rey Salomón " no hay nada nuevo bajo el sol ".
Gracias por tan instructivo texto poético. Salud y buenas noches.

 

Gracias por la visita y por dejar tu comentario. Efectivamente, nada hay nuevo bajo el sol, pero eso es algo que vas a aprender con los años. Mientras tanto, aunque avisen, parecerá que eso no va contigo. Creo que nadie aprende con golpes en cabeza ajena.
Un cordial saludo.