pampeana

Nació desde la brisa seca y fría, de esa Pampa tan querida, detrás de la luz de esas brazas a leña, su sombra fue creciendo con cada nueva hoguera, florcita que jugo entre la hierva, que corría libre por la plana estepa.
Llego esa línea que marco la diferencia, entre un pasado y un futuro, y los matorrales escucharon sus quejidos, en ellos se escondieron sus momentos mas dolidos, crecieron de la lluvia de su corazón herido.
Mientras partia vio como su molino de viento desaparecía, esa tierra árida y fría, ese corral de maderas torcidas, ese calden con su nombre tallado, esa casa, esa vida, ese recuerdo del primer beso dado.
En las calles de cemento, en el cielo poco estrellado, dio otra vez una flor ese corazón exiliado de aquel lugar tan lejano y preciado, conquisto su carita esa sonrisa añorada, volvieron a sus sueños esos colores que dejo en el cielo de la Pampa.
Yo vi esos ojitos que son de una nena chiquita, vi esa mirada de luna perdida, y me perdí también en ese monte de risas que jugaron a escondidas, y me vi en un rebaño pintándome de negro, para que me distinguiera, para ser algo mas que solo blanca lana.
Cruzamos unas palabras atravesando paredes, y fue poco el tiempo transcurrido para quedar unidos bajo las sombras, para escucharnos sin hablar siquiera. estrellita pampeana, que ilumina mis días, que la busco de noche que la extraño de dia.
Esa brisa del caldenal ahora viaja entre nubes, en los sueños partidos por tierras distantes, esa brisa pasajera que llora tras sus brazos como montaña, que se rie allá arriba junto al sol de la mañana, esa brisa que calida a veces llega y otras golpea fría y soberbia, furiosa por naturaleza.
Yo quiero a esa brisa que mis manos no pueden encerrar, esa brisa que respiro al buscar alivio, que la escucho al pasar por mi puerta como un silbido.
Yo quiero esa brisa que no me pertenece, que no tiene nombre ni dependientes, que no tiene dueño ni algún teniente, que es limpia, pura y transparente, yo quiero esa brisa con aroma a calden, a estepa, a campo, esa brisa hermosa que dice que me ama y al mismo tiempo me deja libre como el viento.

 

Maravillosa prosa Astor, una excelente descripción de geografías, sucederes y sentimientos.
Que la brisa te acompañe.

Un abrazo,
Diego.

 

Me encanta esa "mirada de luna" bella prosa, me cautivaste leyendola, GRACIAS POR REGALARNOSLA.

 

Muchas gracias por sus comentarios, siempre son bienvenidos y dan entusiasmo para seguir haciendo lo que uno hace por naturaleza.
Un abrazo a ambos.