Penélope olvido la contraseña. (cuento corto)

A el lo conoció en una sala de chat una noche cualquiera de invierno, intercambiaron impresiones y estados de animo durante mas o menos un mes, ella esperaba ansiosa que se hicieran las ocho de la noche todos los días, para encontrarse con ese magnifico ser, que pese a no tener idea de como era físicamente, por que su avatar era un pingüino y ella tenia solo un Nick, sin imagen, el simplemente la colmaba de alegría, al cruzarlo desde la comodidad de su casa en la pantalla de su PC.
Hoy quizás se anime a pedirle una foto, y ya tiene la suya cargada en sus imágenes, para enviarla de inmediato cuando el se lo pida.
El día paso lento, las horas del trabajo se hicieron largas, pero al fin llegaron las veinte horas, se acomodo en su silla frente a la maquina y entro al chat, por supuesto el la estaba esperando, comenzaron hablando de todo un poco como siempre, pronto se hicieron las dos de la mañana, pero no importaba por que era sábado y no había que ir a trabajar, ella preparo el terreno y justo cuando se atrevió a pedirle que le mostrara una foto suya, se corto la luz y la PC se apago.
Se levanto y corrió al teléfono para entrar a internet y a la sala del chat, descubrió que había olvidado la contraseña, ya que en la PC la tenia grabada en forma automática y no reparo en aprenderla ni apuntarla en ninguna parte, intento recuperarla pero no pudo, intento cambiarla y tampoco pudo, peor aun desconfiguro su cuenta, se apresuro a crear una nueva con un nuevo Nick, rosa negra se llamaba ahora, y por fin entro, pero que mala suerte, el ya se había marchado, no le quedo mas que esperar. ¿ Por que no se había animado antes a pedirle una foto?, ¿Por que no había apuntado su teléfono y se había negado a subirlo a su whatsapp?, ¿Por qué no lo tomo en serio la primera vez que chatearon?, todos esos reproches se hizo. Durante todo ese día pensó en el hasta que volvieron a ser las ocho de la noche de nuevo, se acomodo ansiosa frente a la computadora y entro a buscarlo, pero el no estaba, ni esa noche, ni las que le siguieron, nunca mas volvió a conectarse, ella se quedo esperándolo, como espera Penélope, en la canción de Serrat, sentada y sola en su propio anden.

 

Una narrativa moderna con propuestas muy interesantes. El contenido nos sirve para reflexionar sobre los pasos que damos para mantener activa la información que nos conecta con otros mundos. Cordiales saludos.

La expresividad de la prosa queda deficiente por la ausencia de muchos acentos.