Pensé en rendirme.

Pensé en rendirme.

La sensación que me provoca escribir es indescriptible y maravillosa.

Es mi arte, mi pasión y mi gran sueño; arriesgaré todo por conseguir y alcanzar mi meta.

Sin embargo... pensé en rendirme.

Mi diagnóstico: Crisis nerviosa, ansiedad y estrés, posible depresión.

Nada es igual, te culpas por todo y te muestras débil e inseguro.

Me aterra pensar que lo que escriba solo se convierta en letras sin sentimiento, sin corazón.

Un simple poema, una novela, una obra o un libro, todo aquello que me motiva casi se pierde por aterrarme sin razón, por culparme de sentir frustración.

Por no sentirme capaz de decir lo que dicta mi corazón, si me quieres quitar mi pasión recuerda primero matarme.

Ni siquiera yo puedo pararme.