Pensemos en todo

Mi vida, este amor que estamos disfrutando como un acto mágico,
maravilloso y multicolor, no nos debe obnubilar. Debemos en algún
momento poner los pies sobre la tierra e irnos preparando para lo
que a no dudar deberá culminar (este camino de rosas) en las
puertas de entrada a una vida juntos bajo un mismo techo, previo
paso por la iglesia. Esta etapa de frenética pasión nos tenderá un
lecho mullido donde poder analizar los pormenores que ignoramos
sobre la vida conyugal, donde las obligaciones, los hijos y el bienes-
tar general no congenian mucho con el amor, pero son buenos
socios con el materialísmo que existe en un hogar bien nacido.
Estos pormenores nos exigirán sabiduría y madurez en el amor,
ese amor fuerte que nos apadrinará, siendo el intermediario
perfecto para afrontar semejante empresa y el remedio indicado
ante cualquier problema hogaqreño que se nos presente. OK?

 

Ciertas palabras y sin duda una realidad verdadera, espero que tengas éxito. Buenas noches