pequeño relato

Acá a la vuelta​

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Y como otras tantas noches, di la vuelta a la esquina, esta vez, con una mirada distinta, en apenas doscientos metros tuve la percepción de otro paisaje, modificado por la naturaleza, la naturaleza de sus personajes, pude pensar en que Bruno, debía ser quiosquero, que estaba bien que su esposa sea la Rosita. Resulta pintoresco, ese barsucho con esencia de pulpería, con ambición de cantina, de garito inocente y burdel sin Putas, que este ahí; sus parroquianos, su dueño el hermano de Chiquito; el gordo Carlitos, que según cuenta, los directivosde un club de futbol vinieron a buscarlo y los escupió, y hoy en una mano carga el pucho y la cerveza y en la otra agita el cubilete, esperando quizás, revertir el tiempo en cada vuelta, el Negrito, Automovilista experto, empresario, gran vecino, que lo tuvo y lo soltó. Es seguro que no es la carta de ese gran Bistró que los reúne, ni creo que sean las cuerdas de la nostalgia que los lía a esas mesas cada noche, mesas que como dice el tango, nunca preguntan, si no, más bien el humo del cigarrillo el que hace que los fantasmas de la memoria cobren vida en la atmosfera del recinto; el olor de la parilla, el vino y el abrigo que otorga la noche de su barrio, el nuestro, ayuda quizás a sus miradas, a no apiadarsede quienes fueron, llegaron y cayeron, pero no es la mirada que hostiga, ni te echa el mal de ojo, no es tampoco la mirada que emana solidaridad, es la mirada que se esconde detrás de la mira de un rifle de caza, que observa pacientemente a su objetivo, y se cierra en el instante del disparo,quizás para que de forma inconsiente el tiro sea errado, pero nunca por piedad o falta de coraje, si no, por respeto hacia la presa, o en este caso a los hombres que no supieron ser. Casi finalizando el recorrido, miro nuevamente y entiendo que aquél lugar es el refugio donde la cobardía, la soberbia y el pasado dan tregua, y esa noche que no tiene estrellas, Luna y otros Astros, y aunque parezca negra, negra como el alquitrán que está en elasfalto, tan alejado del cielo como las almas de esos parroquianos, ellos igual encuentran la calma.

 

gracias, a todos por la onda

 

Si gracias, aun estoy aprendiendo