1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Perro de averno

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Rochi Goyeneche, 21 de Febrero de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 1187

  1. Rochi Goyeneche

    Rochi Goyeneche Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    20 de Febrero de 2016
    Mensajes:
    18
    Me gusta recibidos:
    29
    Género:
    Mujer
    "foris canes et venefici et inpudici et homicidae et idolis servientes et omnis qui amat et facit mendaciu. videte canes videte malos operarios videte concisione. Et canes inpudentissimi nescierunt saturitatem ipsi pastores ignoraverunt intellegentiam omnes in viam suam declinaverunt unusquisque ad avaritiam suam a summo usque ad novissimu. Pet infernae...”







    Capítulo I

    Su vida, su familia, sus amigos, todo parecía desconocido cuando su carrera periodística fracasaba. Su primer contacto con las notas fue a los 6 años, cuando escribió un informe acerca de cuentos infantiles para el jardín de niños; excelente trabajo, y para ser un simple chico en desarrollo, se notaba que sus habilidades crecerían enormemente. El resto de sus años se basó en el esmero al triunfo en la revista escolar, que paso a ser la revista universitaria en pocos años de trabajo. Sus esfuerzos, dieron buenos frutos y tiempo después consiguió un puesto de trabajo en un viejo canal televisivo. Buenos frutos dependiendo de que...ese canal claramente no era visto por mucha gente, simplemente transmitía información trillada y hasta a veces copiada de los buenos y populares noticiarios. ojala su madre pudiera verlo, estar orgullosa, pensar en algo que no fuera más que conseguir la quinta botella en el vino que terminaba por destruir su infancia, acompañado del tedioso suicidio de su padre a sus 18 años. Supongamos que una madre alcohólica y un padre suicida no generan una actitud muy positiva en la forma de vivir de su único hijo.

    Los últimos años de su carrera decaían enormemente. Su vida laboral y el brillo en sus ojos cuando se trataba de dar a conocer hechos definitivamente no se relacionaban en absoluto.

    Era jueves, un soleado y frio jueves. Termino su jornada alrededor de las 9 pm. Abrió la puerta del baño del estudio de grabación y se acercó hacia el lavatorio junto al espejo, dejando caer la puerta de manera violenta. Se miró al espejo, las bolsas bajo sus ojos caían como si acumularan litros de agua. Cualquier persona que lo viera de cerca, diría que las horas de sueño en su vida no completan ni una entera. Algo de eso era cierto, el sueño era algo muy difícil de conciliar para él, se pasaba las noches mirando al techo y preguntándose porque su vida iría de esa manera. A su mujer le causaba angustia y melancolía, quería a su dulce marido de nuevo.

    Abrió su valija y saco una toalla negra, se limpió la transpiración seca y fría que rodeaba el contorno de su cabeza. Se volvió a mirar al espejo y aplico unas gotas para blanquear el derrame provocado por el estrés en sus ojos.

    Emprendió su camino a casa, eran las 7 cuadras más largas de su vida. Metió la mano en el bolsillo y saco de una caja azul un cigarrillo blanco y celeste. Eran nuevos en el mercado y tenían una franja de tintura que al mezclarse con la saliva lograba salir de su estructura, haciéndolo sentir un sabor amargo y acido a la vez, simplemente desagradable. Fumaba alrededor de 8 cigarrillos por día, muchos dirían que es lo suficiente como para morir, otros dirían que no lastimaría ni a un bebe, para el simplemente eran 8 cigarrillos y nunca se planteó ni sus beneficios ni sus consecuencias. Así se manejaba en la vida con la mayoría de las cosas.

    Al llegar a su casa ya eran alrededor de las 10 y su mujer lo esperaba con un plato de comida fría y un vaso de jugo que seguramente estaba tibio y nauseabundo. De su lado de la mesa no había nada, seguramente ya había comido sin él, últimamente nunca lo esperaba. Se sentó en la mesa y la miro a los ojos sin recapacitar en lo hambriento que estaba.

    -La verdad yo ya nose que te pasa, ya ni siquiera me saludas cuando llego. Entendé que yo así no puedo, no puedo sino me decís que es lo que te pasa.- Dijo tratando de no alzar el tono de voz para que su mujer no se sobresaltara.

    -Jaime, no puedo vivir más así, simplemente no puedo. No puedo pegar un ojo por las noches sabiendo que ya ni podemos pagarle el colegio a Victoria. Por el amor de dios Jaime, tu hija, la que está durmiendo en la otra habitación, sufre cada día.- Se le comenzaron a llenar los ojos de lágrimas, a Jaime no le gusto eso para nada sabía a donde quería llegar.

    -¿Y eso se supone que es mi culpa?, hago todo lo que puedo por esta familia Luna, absolutamente todo, nose que más hacer para que algo te venga realmente bien, a vos y a victoria.- Empezaba a subir el tono de voz, Luna se alejó de la mesa con los pies.

    -Me ofrecieron un trabajo en Tames, a un par de kilómetros de acá. Como codirectora del Lestrade, voy a aceptar el trabajo. Victoria va a poder ir al colegio gratis si yo trabajo ahí, ya averigüé departamentos en alquiler.

    -¿Y que se supone que voy a hacer yo? ¿Conseguir un trabajo en la televisión en un segundo para otro, a kilómetros de distancia?- La cara de luna se endureció y su respuesta fue fría y dolorosa.

    -Vamos a ir solas Jaime...solo Vi y yo.-

    Jaime se levantó de la mesa sin emitir ni un sonido, la expresión de su cara, valía muchísimo más que un millón de palabras y sentimientos de los que podía expresar. Se dirigió a su habitación y con la misma ropa de trabajo se acostó precipitadamente en su cama.

    En toda la noche no giro la cabeza al otro lado de la cama para evitar verle la cara a su mujer, sin embargo, tampoco sintió el calor de ella junto a él ni su cabeza hundiendo la almohada. Al día siguiente la casa estaba completamente vacía...

    Emprendió su camino hacia el trabajo como hacia todas las mañanas, solo que esta vez, solo se encontraba físicamente en la tierra, sentía que desvariaba, su mente volaba en los alrededores de sus pensamientos más oscuros y en lo único que podía pensar, es en terminar aquella jornada de trabajo, ir a casa y hablar con su mujer, que en ese momento, seguramente se encontraba a una distancia suficiente como para que un padre decente perdiera la cabeza.

    Llego al trabajo y entro a su oficina. Sobre la mesa el informe del día sobre lo que tendría que hablar. La mayoría de veces lo imprimía la gente del canal, pero parecía ser que no era una seria impresión, sino una nota escrita, por su mismo jefe.

    "Jaime: Vos sabes que las cosas en el canal están yendo muy mal...no conseguimos una serie completa de reportajes para hoy, vos sabes que últimamente estas como presentador dando las noticias al aire, pero confió en tus habilidades periodísticas, salí a investigar un poco, fíjate que conseguís, esto depende de vos...de todas las personas que trabajan acá, me parece que sos la más capacitada y mira que no te digo esto muy seguido. El programa de hoy se cancela, no conseguimos buenos reportajes, retomaría el martes si la cosa marcha mejor...si lo conseguís, te prometo un aumento en cuanto entren ganancias.

    Tu jefe y amigo, Seba.

    Capitulo II

    Sus manos temblaban, sudorosas dejando huellas de transpiración en el papel que lentamente se humedecía. Esa no era una buena señal. Su vida estaba prácticamente terminada. Las pocas cuadras a su casa, parecieron ser las cuadras más largas de toda su vida, no quería llegar, no quería entrar en un silencio abismal, en una guerra entre su mente desquiciada por el fracaso y su sano juicio, sería una pelea interesante y poco objetiva de ver.

    Abrió la puerta y la cerro de la misma manera, enfurecido y sin importar el estruendo que produjeran. Su corazón estaba acelerado, su mente formulaba alrededor de mil preguntas al mismo tiempo ¿Que esperaba Sebastián de el? ¿Que de un día para otro sacara una noticia interesante? Era un fracasado, acabaría como su madre, o peor, como su padre... ¿Así tan fácil terminaría su vida? Ya la había arruinado, su mujer, su hija, todo, todo estaba destruido, inclusive su trabajo en ese momento. Empezó a transpirar, a temblar, su corazón se comenzó a acelerar. Paso sus manos sobre el agua fría, que salía torrencialmente ya que había abierto prepotentemente la canilla entera, se enjuago la cara y los ojos. Parecían dos esponjas absorbiendo sangre y venas que sobresalían sobre la casi invisible parte blanca. Se aplicó las gotas que utilizaba para estos momentos.

    Alzo sus manos hacia el estante situado justo arriba de su cabeza. Saco un frasco translucido color azul, con una etiqueta. "anti depresivos". Estaba escrita con su misma letra. Dejaba ver en su interior un conjunto de pastillas rojas. Con sus manos temblorosas, abre el frasco y saca un puñado de ellas. Sin pensarlo se las pone en la boca y traga tomando agua directamente del lavatorio dejando su cara marcada levemente.

    Levanta la cabeza con el mentón chorreando agua...ese reflejo, ese es el reflejo de un fracasado, descuidado, maldito hipócrita, pensaba que llegaría a algo en la vida y mira donde estas ahora. Abandonado, seguramente Luna esta con otro tipo haciendo feliz a Victoria mientras yo no sé cómo resolver un problema de trabajo. Las lágrimas comenzaban a brotar de su cara y atravesaban todo su contorno cayendo en las frías baldosas. Saca su celular, marca el número de Victoria.

    Tono....tono...por favor mi amor, te lo pido por lo que más quieras, atendeme, atiéndanme cualquiera de las dos.

    Tono...tono...yo sé que estás ahí, no es necesario que vuelvan pero atendeme por favor me voy a morir

    Ton...Jaime corta el teléfono, su llanto comienza a agravarse, se escuchaban sus lamentos, su cabeza estaba repleta de los peores pensamientos que podría el imaginar, de las peores posibilidades que podría tener, de los peores resultados que el futuro le pueda deparar. No le encontraba un maldito sentido a la vida. Los recuerdos de su infancia empujaban las lágrimas hacia afuera como un maldito cañón. Los llantos de su padre se mezclaban en ese momento con los suyos, no reconocía la realidad y los recuerdos, no se reconocía a el mismo. Recordó ese pequeño tesoro de metal, ese pequeño amigo negro guardado en el cajón de su oficina con llave para que su esposa nunca lo pudiera ver. Bien en el fondo, bien oculto, dispuesto a ayudarlo, dispuesto a sacrificar su contenido hacia el para acabar con su sufrimiento. Lo ayudaría a no sufrir nunca más. Solo con jalar el gatillo, terminaría su vida. Mentira. Su vida ya había terminado, hace mucho tiempo que estaba muerto, pero empezaría una nueva etapa, la etapa desconocida, no sabía que había del otro lado. En un lapso de 4 minutos, el arma ya estaba en sus manos. En sus sudorosas y temblorosas manos que desprendían gotas de lágrimas y sudor.

    Coloco la punta en su boca. Estaba a punto de jalar el gatillo. Su pulso comenzó a aumentar. Pensó en su hija, en que no le importaría perder a una persona que nunca estuvo. Pensó en su mujer, en que lo superaría en unos días. Pensó en su madre, que resolvería el problemilla como lo hace siempre, tomando...

    Pensó en el, un pánico invadió su cuerpo a la velocidad de un chasquido. Era increíble como el miedo podía controlar todos sus sentidos, como podía tapar sus oídos y nublar su visión. Era reconfortarle pensar en un cielo, en un dios, que lo esperaría con las puertas abiertas dispuesto a un descanso y libertad sobrenatural y extraordinaria. Era intrigante pensar en otra vida, en la reencarnación dentro de un nuevo ser, algún animal, alguna otra persona en otro tiempo en otro lugar, volver a vivir, la primera risa, el primer beso, el primer helado.

    Pero sobre todas las cosas, era temible pensar en un silencio y oscuridad eterna...en la nada misma, en una confusa descarga de impotencia encerrada la cual no podría demostrar. Una denegación infinita a la cual nunca terminaría de acostumbrarse en la eternidad. Temible simplemente pensar en la muerte...

    Dejo caer el arma, no pudo hacerlo, su corazón se desacelero lentamente y termino por desacelerarse, al tomar un vaso frio de agua con hielo.

    Cada vez que tenía una pelea con alguien, salía a fumar, a caminar, a reflexionar. Esta vez no había tenido una pelea con otra persona, sino con el mismo, y teniendo en cuenta que casi comete un "homicidio”, tomo la caja de los baratos cigarrillos que consumía diariamente y salió a caminar, todavía con la cabeza dándole vueltas.

    Eran la 1:30 de la mañana...no comprendía como había pasado tanto tiempo, había llegado a su casa a la mañana y ya era tan tarde. y mira...estuviste todo el día maldiciendo, desquiciándote, llorando como un imbécil, y casi te matas así que maso menos en esas cositas se te fue el día, ¡GENIO!. Trato de alejar sus pensamientos, le era muy difícil, en especial a la hora de desestimarse.

    Las dos primeras cuadras las hizo bien y las otras tres llorando, se metió por un camino donde no transitaba mucha gente y menos por esas horas. A lo lejos vio una esquina perfecta donde podría sentarse en el piso sin darle importancia a la capa de mugre impregnada en el piso, y pensar y pensar hasta que el amanecer diera con el cielo.

    Esto fue lo que hizo, se dejó caer sobre la pared, y suspiraba entrecortadamente con sus sollozos. El viento soplaba fuertemente contra su humedecida cabellera y rozaba las puntas de sus oídos dejando un sonido tétrico el medio de la noche. Cerró sus ojos y se mantuvo así durante un buen rato, solo el horroroso sonido del viento, su cabello volando y un par de bolsas de plástico jugueteando en el en grietado y frio pavimento.

    Se resistió de abrir los ojos al escuchar pisadas contra el piso. Eran pisadas...de, una mujer, lo supo por el sonido de los tacos. No iba caminando, más bien trotando, esas molestas pisaban estaban alterando su momento de profunda meditación. Emm, ¿hola?, algunas personas por acá estuvieron a punto de suicidarse, ¿tan difícil es mantener la calma a esta hora? La torpe mujer se tropezó, esa vez lo supo porque abrió los ojos, fue automático al escuchar la caída de su cuerpo y de su cartera con todas sus cosas adentro. ¿La gente no cierra sus bolsos hoy en día? Ella estaba a un par de metros de distancia de él, pero no podía verlo. Se le habían caído un par de cosméticos, la billetera, el celular, las llaves y un conjunto abundante de papeles. Se limitó a mirarla, no pensaba ayudarla, era muy raro sino actuaba de manera egoísta. Siendo francos, era Jaime...no había razón alguna para sorprenderse sino la ayudaba siendo una mujer no muy atractiva, baja, de unos 45 años y regordeta. Sus rizos color rojizos caían sobre el pavimento y ensuciaban sus puntas con las gotas de roció que estaban comenzando a caer.

    Cerró sus ojos nuevamente ignorando aquella presencia. Algo lo sobresalto...

    Sus sentidos se pusieron más alertas al ver como una figura delincuente salía de las profundidades de la oscuridad y corría a atacar a la torpe mujer del bolso abierto. Iba acompañado de un fornido perro de raza doberman. Su estrategia de robo era muy sencilla, él se ocupaba de sacarle todas las cosas a la pobre mujer y el perro hacia la tarea más difícil de "distracción" que en este caso se basaba en morderle el cuerpo hasta lastimarla lo suficiente como para dejarla media muerta. La taquicardia de Jaime nació nuevamente al ver esta violenta escena, que parecía sacada de una película de Tarantino.

    Las palabras de Sebastián tomaron el poder de su mente de un momento para el otro

    "confío en tus habilidades periodísticas, salí a investigar un poco, fijate que conseguís, esto depende de vos" esta es la perfecta oportunidad...sería un reportaje perfecto, hace muchísimo tiempo no hay un crimen de este tipo en este mísero pueblo, la necesitaría muerta...ojala la maten. Nuevamente el egoísmo no era una etapa superada en este tipo de situaciones, y tampoco las psicopatías de este tipo...

    El delincuente termina su trabajo. Tenía una pinta desagradable, llevaba una campera negra media rota y unos pantalones desgastados de jean. En su cara se hacían notar cicatrices de apuñaladas y en sus gruesas manos marcas de quemaduras. Con estas mismas, chiflo un par de veces para llamar la atención de su adiestrada y no tan simpática mascota y volvieron por donde vinieron, con un bolso caro de cuero verde y una decoradita de color rojo en el hocico del can.

    A todo esto, Jaime se encontraba inmóvil, perplejo, nunca había presenciado algo como eso, ni tampoco estaba en sus planes. Era de esos momentos donde una sensación de aceleración y adrenalina fluían por sus venas pero al mismo tiempo era como si una capa de cemento lo pegara hacia el piso y no lo dejaran moverse. Quería gritar, quería salir corriendo y alejarse, pero no lo hizo.

    -¡Por favor! ¡Ayuda! Señor se lo ruego por favor ayúdeme.- la pelirroja pegaba gritos desgarradores hacia Jaime, ya que lo había visto al momento del asalto. Era su última esperanza, una ayuda de él podría salvarle la vida, o eso pensaba. Volvió a pedir ayuda una y otra vez, no cesaban sus gritos. Ante esta situación, Jaime se paró temblorosamente y se acercó hacia donde estaba la muchacha herida, la cual seguía gritando y gritando, nunca paraba...se limitó a mirarla, se limitó a mirar que podría hacer, sus posibilidades, si podría sacar algún provecho de la situación. Que lograría con ayudarla y que no.

    En ese mismo instante, toda la basura humana que conformaba aquel ser, se apelotono en una cruel y enfermiza idea, que lo llevaría a una planificación futura, que lo llevaría a grandes cosas, que lo haría triunfar en su inútil intento de vida a la cual no daba mucho valor. Si esto fracasaba se despediría de este mundo. es imposible, soy incapaz...agarra su cabeza con sus dos manos, la mujer seguía sangrando si, si, es posible, deja de ser tan cobarde, así te va en la vida. la mujer seguía gritando, sangrando...

    No, no eres capaz, esto ya es demasiado ¿Acaso tienes un límite? Ponte tus propios límites.

    -"si con hacerlo ya quedara hecho, bueno sería entonces que se hiciera rápidamente; si el asesinato envolviera en su red sus consecuencias y con su muerte yo atrapara el éxito; si este golpe nomas pudiera ser todo lo que es, y lo que acaba todo...aquí, aquí nomas, sobre esta banco la arena del tiempo, me jugaría la vida futura (...)".- Citaba Jaime a William Shakespeare, la herida que gemía y lloraba escuchando lo que decía...

    -¡Ayuda por favor! ¡Señor por favor ayúdeme!- Gritaba y lloraba, sin poder moverse. Se estaba desangrando desde dos mordidas letales en el cuello y en la cintura.

    -"la sangre fue vertida antes de ahora. En los tiempos antiguos, cuando aún la ley no había purgado las costumbres; si, y también desde entonces asesinatos fueron cometidos demasiado terribles de escuchar; un tiempo hubo en que cuando a un hombre le saltaban los sesos, se moría; pero ahora de nuevo se levantan con veinte asesinatos en la testa para arrojarnos de nuestros asientos (...)".- Seguía citando las retorcidas frases de Macbeth, seguía recitándoselas a la mujer, cuando en verdad se las estaba diciendo a el mismo.

    El segundo acto fue impulsivo, sin pensarlo y completamente delirante. Se quedó mirándola media hora más, hasta que se hicieron las 2:30 a.m. No había un alma en la calle y menos en ese lugar. Espero a que toda la sangre necesaria para la respiración cardiaca saliera del cuerpo de la colorada y fluyera por las canaletas de las calles, hasta que solo quedara el cuerpo, blanquecino y pálido sin vida ni emociones emergentes. Dio uso a una de las bolsas de plástico cuyo sonido había estado fastidiándolo y las ubico en sus manos conformando unos guantes caseros para no dejar huella ni rastro alguno. Se arrimó hacia el cadáver abriendo sus heridas más de las que las tenías. Ahora las mordidas del doberman en el cuello y cintura de la víctima, parecían mordidas de gran tamaño, como si la victima hubiera sido mordida por un tigre con afilados dientes. Para lograr esto Jaime no se molestó en bañarse las manos en sangre, de igual manera, tiro la bolsa plástica en un cesto de basura a 2 cuadras de allí. Volvió rápidamente.

    Como acto siguiente, saco un cigarrillo usado que tenía en el bolsillo. Como ya habíamos aclarado, estos cigarrillos baratos, desprendían un líquido blanco y celeste debido a su mal aplicación de la tintura decorativa. Alrededor de la ensangrentada herida, mezclo la sangre con esta tintura, dejando una tonalidad celeste y violácea alrededor de la carne desmenuzada de la abertura.

    Logro juntar un piloncito de pelos del violento animal que ataco principalmente, y los ubico alrededor del cuerpo y cerca de la herida para que su inocente plan cobre un poco más de realismo y creatividad...

    3 a.m. Empieza. Jaime saca su celular y marca...

    -911 ¿Cuál es su emergencia?-

    -Sí, me encuentro en la calle Artigas al 2000, acabo de presenciar el acto más espantoso de toda mi vida, hay much...Mucha sangre, se lo ruego- Quebraba su voz, sollozaba e intercambia los volúmenes en sus cuerdas vocales.

    -Hay una patrulla en camino, quédese exactamente donde esta.-

    Jaime corta el teléfono con una sonrisa en su rostro, claramente eso había sido una señal, una señal de que su vida no estaba perdida. De que todavía tenía una oportunidad, sea buena o mala. No iba a terminar como su padre, no ahora que tenía todo pensado, ya no le importaba nada, estaba dispuesto a todo. "el fin justifica los medios" ¿verdad?...

    Al cabo de unos 8 minutos pudo distinguir las luces azules y rojas acercándose hacia donde estaba parado. Trato de mantener la calma y de tener una actitud traumatizada y shockeada al mismo tiempo. Cuatro policías bajan de la patrulla armados, dos corren hacia el cuerpo y dos se acercan a hablarle a Jaime. Primero de todo le pusieron una manta entre sus hombros y lo acercaron a que hable atrás de la patrulla para que pueda sentarse en el baúl de la camioneta como hacían con todos los ciudadanos que acababan de pasar por una situación que podría llegar a ser traumatizante para cualquier persona. Luego de unos momentos Jaime les conto la situación...

    -Había salido de una larga jornada de trabajo y quise salir a fumar un rato a la paz de la noche-suspira-esto no pudo llevarse a cabo, ya que esta pobre señora, fue atacada por...por...-solloza- era horrible, era una bestia que media metros de altura, era de color negro, peluda, tenía los dientes más afilados que vi en mi vida, y chorreaba saliva de color celeste de su repugnante quijada. Solo pude ver como atacaba y desgarraba la carne de la mujer. Gracias a dios la bestia no me vio, me escondí detrás de esa pared en la esquina...espere a que se vaya para llamarlos a ustedes.- Los ojos de Jaime se llenaban de lágrimas. Los dos oficiales, se miraron entre ellos con cara de incredulidad.

    -Señor...eso es muy difícil de cre...-el policía no termino la frase, lo interrumpió el otro que venía con su compañero de registrar el cuerpo.

    -Es cierto, hay pruebas, no lo puedo creer, en todos mis años de trabajo habia visto algo así...-Dijo con una cara que reflejaba perplejidad.

    Uno de los oficiales seguía sospechando, le tomo todos los datos a Jaime y si este no le hubiera dado una pequeñita suma de dinero llamado coima, el oficial lo hubiera registrado como un posible sospechoso para el asesinato, pero se las pudo ingeniar bien.

    Junto con los otros dos oficiales, al enterarse que era reportero de American defender news armaron un informe sobre lo sucedido para que pudieran reportarlo al día siguiente en las noticias. Obviamente, recibiendo con mucho orgullo la mayoría del crédito como esperaba.

    Jaime volvió a su casa con la poca integridad que quedaba y sin embargo, no sentía ni un gramo de culpa en su organismo. Al contrario, se sentía realizado y con una gran expectativa de lo que podría llegar a pasar en los próximos años de su vida.

    Volvió a llamar a Victoria. No contesto nadie. Fue a la cama y durmió profundamente.

    8 a.m., Jaime realiza la rutina de la mañana de siempre solo que esta vez poseía un entusiasmo que no se le notaba hace tiempo. Tenía una noticia interesante para comentarle a su jefe, interesante no solo para el sino para el público en general, y solo la sabia el, solo el, ningún otro estúpido y codicioso noticiario.

    Camino hacia el trabajo como todas las mañanas con buenos pensamientos, era algo extraño de ver de su parte.

    Entro a la oficina de su jefe y entrego el informe. Sebastián, blandeándose en su silla móvil, lo lee atentamente y antes de terminar empezaba a esbozar una sonrisa.

    -Esto... ¿Sucedió enserio? ¿Ayer? ¿Enserio?- No podía creerlo.

    -Así es, tengo fotos, un video con la policía, absolutamente todo.- Dijo Jaime riendo

    Sebastián se paró y le estrecho la mano firmemente felicitándolo. Ese mimo mediodía lo transmitiría al aire.

    Y así fue, no solo causo un gran efecto en todo el noticiario, ya que la cantidad de personas que lo veían aumento de un 20% a un 68% en tan solo un par de horas, sino que causo una gran conmoción en la sociedad. Esta bestia, suelta en las calles, no solo causaba intriga e interés sino que causaba miedo, y la gente necesitaba estar más informada sobre este hecho para cuidarse a ellas y a sus familias. Muchas personas conocían a la victima de esta horrorosa y violenta bestia. Según dijo Jaime durante su transmisión, era la directora de un colegio, dedicada y cariñosa con sus alumnos. Siempre había tenido una vida muy sana. Y de un momento para otro, este engendro le saca lo que más apreciaba, su vida.

    American defender news , tuvo el rating que no tenía hace años, al igual que la paga de Jaime ese día. Igualmente, a él no le importaba la plata, sino la fama, el reconocimiento, el saborcito de la gloria y el triunfo en la nariz de todos aquellos que apostaban y ponían pasos a su fracaso. Para la desagradecida de mi ex esposa Luna que nunca creyó en lo que podría llegar a hacer, y lo que voy a seguir haciendo...por el inepto de mi padre que no aposto a verme crecer y triunfar y para mi madre, espero que tus botellitas te den el prestigio que podrías estar sintiendo ahora por tener un hijo como yo. Ya van a ver, este solo es el principio.

    Llega a su casa a la misma hora de siempre...durmió un par de horas, prende el televisor y lo apaga. Se levanta y mira su celular...lo mira, y lo mira, una y otra vez, hasta decidirse a marcar el maldito número de siempre...

    Tono...tono...maldita sea ¿Que no viste las noticias hoy?

    Tono...tono... ¡ATIENDEME POR EL AMOR DE DIOS!¡ATIENDEME!

    Tono...ton...¡AL DIABLO LUNA! te quiero ver muerta, ojala te mueras, eres las personas más desagradecida que haya engendrado el señor.

    Corta prepotentemente el teléfono, agarra sus cigarrillos, atraviesa por la puerta provocando un estruendo. Era la 1:35 de la mañana. Sale a fumar...

    Capitulo III

    Parte 1

    El sol brillaba, iluminando cada centímetro del rostro de Jaime. Los pájaros cantaban al compás de sus ojos abriéndose por la mañana. Que bien había dormido. Que hermosa que era la vida. Hace tanto tiempo que no disfrutaba de esa increíble soledad, esa paz, el saber que su vida empezaba a dar frutos y que lo había conseguido el, solo con la ayuda de esa horripilante criatura.

    Ducha, café, media tostada, y un traje elegante para ese día.

    Sale de su casa, dejando un juego de llaves bajo la alfombra. ¿Por las dudas, no? últimamente estaba tan distraído que no perdía la cabeza porque la tenía pegada. Pensaba en eso constantemente. En sus distracciones, en sus impulsos, en su manera de manejarse con las demás personas; con un encanto nato pero al mismo tiempo, la manipulación cobraba vida bajo la sombra de los demás, sin que se dieran cuenta, fría y cautelosamente...

    Media hora más tarde se encontraba frente a una cámara, bajo una cantidad aceptable de reflectores que lo iluminaban y sus monstruitos del estudio mirándolo, esperando un movimiento acertado en cada facción de su cara al hablar.

    Escucha una voz grave atrás de su nuca

    -Estamos al aire en 3...2...1- Una luz más brillante que la de todas las mañana se concentra en su plano americano, le gusto. Espero unos segundos mientras escuchaba el pegadizo tema que presentaba la primera etapa del noticiero a la mañana.

    -Comenzamos en American defender news. Mi nombre es Jaime Rademach, transmitiendo a las 9:00 am en punto, 21 de Agosto de 2015.

    El día de hoy empezamos las noticias, con otro incierto, otro enigma, otro fiero ataque de la desconocida criatura que ataco y mato a Helena Román el día de ayer, exactamente en el mismo lugar a la misma hora.

    Gracias a una investigación policial más profunda tenemos informes sobre esta, ahora, no tan desconocida bestia, de la cual les podemos dar con certeza algunos datos para que puedan tomar precauciones en sus casas, para ustedes las madres y padres y para sus hijos. Estamos al aire con el Mercedes Aguilar entrevistando al oficial Avellan, que nos dará más detalles sobre este inaudito hecho.- La cámara cambia de enfoque, y se pone al aire al policía ubicado en la escena del crimen, simultáneamente comunicándose con Jaime.

    -Gracias Jaime. Buenos días, Mercedes Aguilar. Estamos en pleno centro de la calle Artigas al 2000 como se pudo transmitir el día de ayer, exactamente a la misma hora. Este es un hecho inaudito, ya que esta desconocida criatura, volvió a atacar. La víctima fue un indefenso niño de 15 años, Lucas Inadian, que estaba volviendo de hacer las compras. El cuerpo fue encontrado por comerciante de los alrededores, y denunciado a las 4:00 de la madrugada.

    Esta bestia ataco al niño mordiéndolo en el cuello justo en medio de la yugular, y en el abdomen, dejándolo desangrarse durante aproximadamente 2 hs. Muerte larga y dolorosa. Un hecho para compadecerse, y tomas precauciones. Estamos aquí con el oficial Avellan, que nos va a dar más detalles de lo sucedido el día de ayer.- Enfoque, plano medio al oficial.

    -Ehh...el día de ayer la verdad tuve este desagradable y terrible caso. Esperemos que no se sigan repitiendo. Ninguna persona y menos un niño debería perder la vida por estas atrocidades. Su madre llamo a la comisaria muchísimas veces tratando de investigar las causas, pero este procedimiento sigue en pie. Estaba la posibilidad de un posible asesinato realizado por un individuo, pero esta teoría se deshizo, ya que no hay rastros de ninguna persona, y hay muchas de un animal.

    Gracias a los avances científicos se logró una imagen premeditada de este ser. Que al parecer tiene rasgos mutantes. Logramos estos sacando evidencias de las heridas, pelos, cada centímetro de piel que pudimos sacar.- Secuencia de fotografías de la herida de Lucas. Se mostraba completamente abierta, a carne viva, era una herida profunda y extensa. Donde se podía reconocer la hedionda y espesa saliva azulada y la sangre brotando de allí a borbotones. Eran imágenes muy fuertes frente a la cámara, pero había que pasarlas...

    Mercedes volvió a tomar el habla.-Muchas gracias oficial, esperamos que estos datos hayan sido de interés, Jaime estamos devuelta con vos.

    -Gracias Mercedes, la verdad que a uno se le pone la piel de gallina de ver esas horribles cosas.-Su voz sonaba apagada y realmente asustada.-Gracias a la ayuda de la policía forense y a los médicos asignados a estos dos casos, pudimos armar un informe, para tomar precauciones, esperemos que les sirva de ayuda.-Se transmite al aire una presentación informativa y estructural.

    Can gigante de pelo negro:

    -No sabemos expresamente de que rama de la naturaleza proviene, pero por el tipo es similar a la de un doberman.

    -Posee una mordida de 500 kg/cm2. Es el doble en profundidad y extensión, a la del mastín napolitano adulto, que es el perro con la mordida más letal del mundo.

    -El tipo de mordida, es similar a la de muchos perros de la naturaleza, por eso se piensa que es una mutación genética provocada por métodos de ingeniería genética ilegales, en grupos o sectas de eugenesia.

    -Su saliva cobra un color azulado cuando entra en contacto con la sangre

    -Posee una pelambrera gruesa y negra, y al parecer pierde pelo

    -Es sensible a los sonidos

    -Sensorea de manera repentina la sangre y el miedo

    -Se referenciara este animal del latín Pet infernae

    -Se recomienda mantenerse dentro de sus casasa partir de las 12 de la noche hasta la mañana siguiente

    -Activar un sistema de alarmas funcional dentro de las viviendas

    -No tener una actitud relajada frente a la libertad por las calles de esta bestia

    -Asegurarse, a todas sus familias y a ustedes mismos.

    El informe estaba terminado, la gente del canal, shockeada. No sabían nada de ese informe, su sorpresa había empezado desde el momento que Jaime dio las noticias con su acompañante Mercedes y aquel morrudo policía...Mercedes no trabajaba en el canal hace meses. Decía que era una pérdida de tiempo, que no llegaría a nada en ese lugar y que prefería pensarlo dos veces antes que rebajarse. En realidad no les molestaba que ella trabajara allí, de hecho lo hacía muy bien, pero era raro el hecho de que decidiera dar esas noticias ese día, luego de lo que había dicho.

    Camarógrafos, directores, maquillistas, todos miraban. Su primera sensación, confuncion. La segunda, la ignoraron. La tercera, fue acompañada por un consecutivo aplauso por parte de todo el canal, aplaudían, la audiencia había subido un 80%. Jaime gozaba y reía mientras miraba a todo el resto de la gente. Junto sus papeles, las metió en su maletín, saco un cigarrillo y lo encendió.

    Se sentó hasta que pudiera levantarse que sería cuando la canción del fin del noticiero diera por finalizada. Sebastián se acerca riéndose, Jaime tira una bocanada de humo.

    -Vos no paras de sorprenderme. Es increíble. Sos un genio, la verdad que estas salvando la vida de este canal.- Se sienta junto a él y lo rodea con el brazo.

    -Es un placer Seba, se dio todo muy solo en realidad eh...cuando me dejaste la carta de que todo iba para atrás acá en el laburo, te juro que me puse medio medio. Salí a fumar un rato a la noche y fue cuando paso todo esto. Te digo que me encanta pasar estas noticias, pero al mismo tiempo me da escalofríos pensar en los dientes de esa cosa.- recuerdos. Se le puso la piel de gallina.

    -Escuchame Jai...em. No es que no confié en tus informes ni nada, pero como nadie sabía nada de esto. ¿De dónde sacaste esas cosas? ¿Con que médicos hiciste el informe? ¿O solo lo hiciste con Mecha y el policía ese?.-Su mirada se tornó seria, Jaime rio despreocupado.

    -Olvídate Seba, lo hizo con todo el equipo de médicos de esa zona, y además Mecha y el cana ese. Fue a conciencia, lo analizamos, todo. Sino no lo hubiera transmitido.- Se puso el cigarrillo en la boca y aspiro.

    -Menos mal-largo una carcajada-Te juro que va a sonar completamente egoísta, pero si este "Pet infernae" sigue matando así, y vos seguís tomando la delantera en transmitirlos antes que los otros canales, vamos a empezar a juntar la plata en pala-ríe nuevamente y mira a Jaime.-ya se, sonó horrible, pero vos sabes lo que quise decir...esto me da miedo también eh, pero al mismo tiempo es como... satisfactorio ¿me entendes? me siento una basura...- Jaime ríe y aspira nuevamente el cigarrillo, mira a su alrededor y ve que la gente ya está yéndose. Mira a Sebastián y baja un poco el tono de voz.

    -Mira Seba. Todos en algún momento de nuestras vidas, sentimos esa sensación de miedo...esa sensación donde sabemos que cada fibra de nuestro cuerpo esta ahogándose en un océano de terror e inseguridades, y sin embargo, uno no lo demuestra, no quiere que las demás personas lo sepan, a pesar de sentir punzadas al mover un musculo, de suplicar ayuda en el interior de uno mismo, y tener el sentimiento de que alguien está agujereando nuestro estómago. No decimos nada...simplemente esa mascara de seguridad y encanto es lo que los demás perciben. Imagínate si podríamos usar el 100% de nuestro cerebro. Si podríamos percibir cada sentimiento, cada cosita, cada mentirita. Claro que nos daríamos cuenta que no solo en Halloween se usan mascaritas...dentro de cada ser existe otro. Y dentro de ese otro existe otro. En la oscuridad siempre hay algo oculto.

    Fíjate con un claro ejemplo de la vida, donde en un acto de torpeza, a la inocente niña se le cae un aro al piso. Mira a su alrededor, y lo busca. Lo busca en el lugar donde escucho que cayó, que fue exactamente al lado de ella. ¿Cómo es posible que no este allí? si se cayó exactamente ahí, "escuche como el sonido callo al lado mío, ahí, ¡ahí!" Em…ahí no hay nada, vacío. Pero las cosas no desaparecen, no existe la magia en este mundo, y se supone que tampoco los universos paralelos. Entonces sigue buscando...sigue buscando y PUM. Se agacha ¿Dónde busca? ¿Dónde debería buscar? supongo que en los lugares donde uno no puede ver, ¿verdad?, debajo de la cama. Asoma la cabeza. El reflejo de la luz comienza desde donde empieza su nariz, y va muriendo a medida que el fondo del somier termina, donde los objetos perdidos son visibles con una percepción de la silueta física del contenido. Pobre inocente niña, ¿No te atreverías a meter la mano ahí no? Es completamente ilógico que cuando meta el brazo para buscar el aro, del suelo la agarren los blancos y venosos brazos de los personajes ficticios que vio ayer en "el conjuro". Es ilógico, es ilógico y sin embargo todo su mundo interno gira en torno a ese pensamiento...no lo va a hacer, y no lo hizo. Porque no importa cuán lógica, intelectual, obvia o perceptible sea una situación, el miedo actúa como un cáncer sobre ellos, volviéndolos solo otro hecho más para confundirlos.

    El aro se quedó ahí...en la oscuridad, esperaría a que vuelva su madre para pedirle que lo saque de ahí, pero al momento que ella llega, ya se olvidó. Y aquella cosa que relucía públicamente en su bellísimo rostro, yace en las profundidades, y debido a la tetrisidad del ambiente permanecerá ahí indefinidamente, o hasta que el terror se vuelva parte del placer de su vida, tal como su gusto de helado favorito.

    Nose si te das cuenta, que así funciona nuestro cuerpo, así funciona nuestra mente, nuestros pensamientos. Las cosas que queremos decir y hacer, y sin embargo están atascadas, ahí...en el lugar donde nos da más miedo buscar. Pero yo te hago una pregunta Sebastián ¿Tan malo sería ir a buscarlas? ¿Realmente van a atacar a la niña los monstruos por meter la mano abajo de la cama, solo por el hecho de que este oscuro? afronta el miedo y plantate justo enfrente de él. Vas a ver la cantidad de cosas que podes sacar del fondo...-Larga otra nube de humo y aplasta el cigarrillo contra un cenicero de vidrio junto a él. Sebastián se le queda mirando...pensativo...recapitulando cada palabra, cada detalle de lo que Jaime le acababa de decir, como si estuviera estudiando para un examen de derecho avanzado. Saca un atado de billetes y se lo pone en la mano a Jaime.

    -Toma, más que un trabajador, sos un amigo...te pago por adelantado. Trata de conseguir más, y cuídate allá afuera.- Le da unas palmadas en la espalda, se levanta y sale del estudio de grabación aun pensativo.

    Jaime guarda los billetes en el maletín. Últimamente no estaba ganando mal, nada mal...me gustaría ver la cara de la inepta de Luna ahora, me gustaría saber que dirías ahora...Volvió caminando a su casa como lo hacía todos los días. En la puerta de su casa, reconoció a dos siluetas. Mercedes y el canuto ese. Les sonrió, y saco dos fajos de billetes repartiéndoselos a cada uno.

    -Bueno muchachos...gracias por el-ríe-montaje, digámosle así, ¿no?, que esto quede acá.-Asienten completamente convencidos, dijeron unas palabras. Jaime las ignora y entra a su casa, estaba oscureciendo. Sintió esa sensación de déjà vu...

    Parte 2

    25 de agosto, rubia, alta, de unos 33 años. Venía desde hacer trámites en el centro. Heridas en los brazos, y en la carótida. Jaime escribe un artículo para el diario apropiando una columna.

    29 de agosto, 70 años, estaba pidiendo un taxi. Marca de garras en la espalda, mordida sobre la clavícula, y en la cabeza. Jaime es recibido como invitado especial en un programa de medicina en el canal 57.

    7 de septiembre, múltiple homicidio, la bestia cambia de lugar, barrio de Alzamora. Dos amigas de 47 años. Venían emborrachadas de un boliche en la costanera, a las 3 de la mañana. Jaime reporta ambos casos en un boletín especial transmitido durante una semana por las mañanas y las tardes

    19 se septiembre. El intendente toma cartas en el asunto. Fuerzas armadas alertas. Sale en todos los diarios

    20 de octubre. 24 asesinatos en total. Sebastián y Jaime salen en la portada de 14 revistas como protectores de esta crisis.

    27 de noviembre. 50 asesinatos en total. El congreso decide un estado de sitio en esa ciudad como prevención.

    31 de diciembre...11:30 de la noche, calle Holt sobre una solitaria barranca aislada. El hall estaba iluminado por luces de colores que colgaban armoniosamente del árbol navideño. Sobre la mesada, los recientes papeles de la nueva propiedad. Había sido una mudanza rápida, considerando que era una digamos...una mansión. Los candelabros brillaban dándole un toque hogareño a la rebuscada mesa de cristal que se extendía prácticamente de una pared a la otra. Sobre ella, había todo tipo de platos con comida. Pollo rostizado con papas al horno y especias. Ensalada rusa, cesar, de remolacha, con palmitos, palta y atún. Pastas al verdeo con carne. Pasteles de verduras y papa. Todo desprendía un olor exquisito. La comida estaba intacta. El inmenso salón estaba vacío...a un par de pasos del primer piso e ignorando los dos baños para invitados, nos topamos con el primer escalón de la muy ancha escalera de mármol blanco. Tan exagerada era su altura, que a mitades, uno de los escalones se agrandaba para formar un mini piso con un sillón tapizado. Primer piso, un par de cuartos, una oficina, dos baños. Vacío. La segunda escalera era más corta. Segundo piso, un cuarto, el de Jaime...y un baño al lado de este. Una biblioteca, un gimnasio, y al lado, otra escalera. Más larga...tercer piso, un cuarto de lavandería, un cuarto con computadoras, y 3 vacíos...otra escalera. La más larga de todas, es la que hacía que su casa vista desde afuera de la sensación de que estaba viviendo en un mini castillo solo y para nadie más que él. Menudo trabajito subir eso les diría, creo que una persona asmática, no lo lograría. Al final de la escalera un pasillo completamente vacío...si una persona llegara alli y no miraría para arriba, diría que esta casa estaba construida para un loco. Arriba, en el techo, una puerta con una manija. Era necesario tirar de la manija para abrir esa puerta, que estaba, necesariamente trabada con llave. Al abrirla, se dejaba caer una escalera estática que subía a un cuarto. De ese cuarto...ese gran cuarto...se escuchaban voces.

    Piso flotante de madera marrón café, paredes blancas y suciamente manchadas y decoloradas con carmín...10 cajones de plástico cada uno del tamaño de un ventanal, contenía los cadáveres de aproximadamente 9 perros cada uno. Un Doberman Pinscher, un Dogo Argentino, un Mastín Italiano, un Presa Canario, un Gran Danés, un Pastor Alemán, dos Rottweiler, y un Pitt Bull Terrier. Cada uno de estos cadáveres, completamente pelados, sin rastros de pelo alguna, su piel rosácea se confundía con algunas heridas en carne viva y que tomaban un color violáceo por la sangre seca que desdibujaba los límites del comienzo de estas atrocidades. Al lado de este cajón, 3 cajas de plástico, grandes y cuadradas. Goteaba sangre. Los que para nosotros son tenedores y cuchillos para cortar la comida, para los perros, estaban en el fondo de esas siniestras cajitas. Relucían a contra luz, haciendo notar el calcio blanquecino en sus puntas, las raíces, y los nervios robados directamente de la mandíbula como si le arrancaran violentamente, un pétalo a una rosa. Acompañando a estas cajitas, tres estantes, con distintos modelos de dentaduras. Parecían esos dientes de plástico que compran los niños en Halloween para disfrazarse de vampiros. Solo que esta vez, eran dientes de verdad, y estaban estratégicamente armados, como si alguien quisiera morder como los perros más letales que existen. Otro cajón...una pileta de pelambreras de distinto tipo todas entrelazadas entre sí, anteriormente mojadas para garantizar la limpieza extrema de esta. 8 baldes, cada uno del tamaño de una bañadera mediana. Cada uno, lleno hasta el tope, de una sustancia espesa, con un nivel de viscosidad increíble, formada por saliva de perro.

    Sin embargo, lo que se encontraba junto a estas enfermizas mutilaciones, y mezclas, era lo más siniestro y temible. No había un nivel de comparación alguno. No había un límite, no alcanzaba un término de maldad alguno donde se diga, basta...

    Jaime y Sebastián, estaban sentados en dos sillas de plástico, en este mismo cuarto. Mirando la pantalla de un televisor pantalla plana, último modelo frente a ellos. Jaime estira la mano y saca la botella de champagne del balde con hielo bajo sus pies. Sirve el espumoso contenido en dos copas, dándole una a su amigo.

    -Brindo por esto, brindo por la gloria, por un cambio radical en nuestras vidas, y por el comienzo de un nuevo, por nuestro año, y de nadie más.- Alza una copa y se deleitan del sonido del cristal al brindar.

    -Salud Jai...- ríen, brinda, escuchan los fuegos artificiales reventar en el cielo, ríen, toman, ríen... y 3...2...1.- ¡Feliz año nuevo!-

    Capitulo IV

    Tomo la orden del ultimo cliente de la noche. Eran las 8:30 pasadas...quería ir a casa, estaba exhausta, deprimida. Necesitaba dormir y sin embargo no lo hacía. Ordeno una cerveza, que raro, por favor señor tómesela rápido y déjeme irme. Se la sirvió con la mejor actitud como siempre, y fue al baño. Se miró la cara, su hermosa y demacrada cara. Las lindas facciones de su rostro no se dejaban ver bajo esas ojeras violetas. La gente la mira y dice "miren a esa mujer, debió haber sido tan bella de joven, como desase el tiempo a la gente". Ella era joven. Lucas no hubiera dicho eso, Lucas hubiera dicho "Mama, te ves cansada, ojo, no quise decir que estas fea, pero anda a dormir dale, trabajas dos turnos, en dos bares, yo estoy bien enserio". Lo extrañaba tanto, extrañaba su sonrisa, extrañaba levantarse a las 6 de la mañana para llevarlo al colegio, extrañaba llegar a casa después del trabajo y que este en su cama, durmiendo, respirando, vivo...no pudo evitar las lágrimas que corrían por su rostro. Nunca lo podía evitar, lloraba 4 veces al día, los mejores días, bueno...los mejores días, ¿a quién quiero engañar? no había buenos días en la vida de María. Desde que perdió a su único hijo, su vida perdió el sentido. Su vida tenía sentido para su hijo, ella vivía para el ¿Para quién viviría ahora? ¿Para un hombre? Esos tiempos de su vida ya habían pasado, ahora era alguien distinta, estaba hecha para otra cosa. María sabía que había nacido con la paciencia para ser una madre y sin embargo...dios tenía el descaro para quitarle la única cosa para la que servía, porque seamos sinceros...servir cervezas, cocteles y ser tuteada por 20 hombres en dos bares por días no era ni siquiera considerado un pasa tiempo, ni siquiera un trabajo. Merecía más que ser pagada por ello. Pero bueno...hay trabajos peores, se consolaba diariamente por eso. Pero por la muerte de su hijo...no, no había consuelo alguno para eso. Se había vuelto su única obsesión. Por las noches escuchaba el susurro de Lucas en su oído y su piel se erizaba de tantas sensaciones juntas que el estómago se le revolvía. Sabía que él no estaba en paz. Siempre había tenido ese sexto sentido...Lucas definitivamente no estaba en paz. Había cosas que no entendía, preguntas que no la dejaban dormir por la noche. Esa fue la razón por la cual decidió comenzar a investigar...

    Volvió a casa, dejo las llaves en la mesa y se sentó frente a su escritorio. El escritorio estaba lleno de papeles, expedientes, videos de grabación. María poseía cada una de las biografías de las personas involucradas con Pet infernae, las que habían tenido contacto con él, las victimas de sus ataques, los familiares de las víctimas de sus ataques, las personas que poseían mas información sobre él. Tenía todos los videos de los programas, noticieros, notas grabadas por Jaime Rademach y su "acompañante" Sebastián Dan. Nunca estuvo segura de sí eran gays o que. No le agradaba ninguno de los dos, parecían ser dos personas codiciosas e intolerantes bajo esa careta de carisma y oratoria.

    Había intentado muchísimas cosas, investigar, llamar a miles de lugares, laboratorios, intentar sacar información sobre este perro asqueroso quita hijos, pero en verdad no consiguió realmente nada, total, ¿A quién le importa una camarera soltera que perdió a su hijo? En este mundo son todos tan egoístas, todo es tan egoísta...

    Se pasó toda la noche viendo las noticias. Qué raro, otro asesinato más...otra mordedura letal ¿Quién iba a parar toda esta locura? Se sorprendió al ver al policía que entrevistaron esa noche...Leandro, Leandro Estevez. Iba tres veces por semana al bar de María y le traía flores, regalos. Le decía que le recordaba a su ex novia y que si aceptaría salir con él. Estaba completamente enamorado de ella. Por supuesto, María nunca le había dado interés, estaba demasiado ocupada investigando las causas de la muerte de su hijo que no tenía tiempo para infanterías. Con razón no sabía que Leandro era policía... ¡Qué bien le venía esa situación! Por supuesto que la iba a aprovechar, era perfecto, era la persona perfecta para sacarle información, ¿Quién mejor para sacarle información que un policía metido en esos casos y que lo tenía comiendo de la palma de la mano?, ya había intentado hacerlo varias veces, pero le dijeron que la policía estatal, no podía revelar nada acerca de estos casos a cualquier persona. Por favor...como si ella fuera cualquier persona.

    Trato de pasar la noche de la mejor manera, habrá dormido 3 horas, era menos de lo que estaba acostumbrada. Lo normal eran 4 o 4 horas y media. El resto del tiempo sentía la presencia de su hijo en la otra habitación, cosa que la hacía ponerse a llorar hasta que el salga el sol de la madrugada.

    Sonó el despertador, ella ya estaba despierta. Trato de ponerse de pie como pudo, comía muy poco a duras penas, su estómago se cerraba constantemente. Fue al baño se lavó la cara, los dientes y se calzo los mejores zapatos que tenía. Hace mucho que no se vestía como antes. Antes...antes ella era hermosa, sus rizos morochos caían sobre su cintura resaltando su hermosa figura y las pecas de sus mejillas. Ojeo su placar, sus ojos azulados pasaron por el vestido negro…muy de noche. El strapless verde demasiado escotado... El floreado ajustado en la cintura...perfecto. Lucia como antes. Excepto por su desgastado y exhausto rostro. La pérdida de las horas de sueño se le notaba en cada delineada curva de su cara. Arreglo eso con crema y un poco de base. Se cepillo y metió un par de cosas en su bolso.

    Agarro las llaves del auto y se introdujo en él. Tenía un Fiat 98 color azul marino, nada del otro mundo, y para ser francos no andaba de la mejor manera, en especial cuando se trataba del radiador...

    Llego a la comisaria en busca de Leandro y se encontró con otro oficial de mando...creo que su nombre era em…Avellan? Si, Avellan.

    -Disculpe, estoy buscando a Leandro...trabaja acá.-Dijo María sonriéndole de manera tierna

    -Si... ¿Quién lo busca?- Avellan la miro de arriba a abajo.

    -Una amiga, dígale que es María.- dice manteniendo el tono tierno. Avellan la mira de reojo con una actitud no muy convencida, pero va a buscar a Leandro, adentro de las oficinas. Unos minutos después vuelve con una expresión de sorpresa en el rostro.

    -¿María?, ¿Qué haces aquí?- dijo el policía tratando de disimular la sonrisa del rostro. No era difícil deducir porque María no aceptaba salir con él. No era muy apuesto en general...su saco apenas podía disimularle un poco la barriga y ya estaba en esa edad donde ni siquiera le crecían canas sobre esa calva.

    -Vine a pedirte un favorcito Leo... ¿Podríamos hablar a solas?-Dijo María con un tono seductor y amoroso. Tratando de tapar la verdadera razón por la que vino.

    -Claro que si podemos, seguime por acá.-la tomo de la mano y la llevo a un cuarto con un par de sillas, una mesa repleta de papeles y una maquina instantánea para café.

    -decime, ¿A qué se debe esta agradable visita? ¿Recibiste mis flores y finalmente te dignaste a salir conmigo?- Dijo Leandro con un tono burlón y gracioso, haciéndole un ademan para que se siente frente a él, ella lo hizo.

    -En realidad estuve considerando esa idea...me gustaría, déjame tu número y vamos arreglando en la semana.-Le dijo ella tratando de no quedarse con la última palabra

    -¿Pero?-Leandro la mira y encarna una ceja

    -Pero necesito tu ayuda en algo... ¿Te acordas que una vez hablábamos en el bar…de la perdida de mi hijo, Lucas? que como te conté fue asesinado por la bestia esa. Ayer te vi en las noticias por eso...-María hablaba con la mayor relajación que podía lograr.

    -Sí, lamento muchísimo eso, la verdad que esta todo fuera de control, uno ya no sabe en qué lugares vive ni con que cosas alrededor.-Dijo algo desilusionado

    -Bueno...yo estoy tratando de buscar un poquito de información, solo para saber, para quedarme tranquila viste...si capaz me pudieras habilitar a que le eche una ojeada a los expedientes de todos los asesinatos, te juro que me estarías haciendo un gran favor.-Dijo ella y lo toma de las manos acariciándolas.

    -María...¿Te das una idea de lo que me estas pidiendo?.-Le dice Leandro firmemente, y tratándose de contenerse al calor de las manos del amor de su vida.

    -Ya se pero pensalo de esta manera, me ayudas en esto...después podemos seguir hablando, por favor, te lo pido enserio, lo necesito.-aprieta sus manos-te prometo que no le voy a decir a nadie, es más, lo podemos a hacer de la manera más disimulada posible, nadie se va a dar cuenta.-Su tono insistente pero al mismo tiempo convincente logro hacer cambiar de una expresión de duda a una completamente afirmativa de parte de su juguete de circo.

    -Bueno...está bien. Pero enserio, hay que ser muy disimulados. Puedo perder mi licencia por esto. Pero lo hago por vos.-Le giña un ojo, María sonríe y vomita por dentro.

    -Estoy muy agradecida, enserio.-no lo estaba...

    Leandro la tomo de la mano, se ve que ya se estaba acostumbrando a ese acto. Aprovéchalo mientras puedas panzón... atravesaron un oscuro pasillo de mármol moteado y paredes despintadas hasta llegar a una puerta metálica en el fondo a la izquierda. Leandro miro hacia los costados para asegurarse de estar solos antes de abrir la puerta. En cuanto entraron al lugar, su primera acción fue cerrar automáticamente la puerta con llave. Recién en ese momento se notó una expresión de calma en su rostro.

    -Muy bien María, mira muy bien lo que voy a hacer.- Leandro se da vuelta mirando hacia la puerta con los brazos cruzados.-No puedo ver nada de lo que hagas en ese momento, así que aprovecha.

    Rápidamente toma la delantera y se dirige hacia unos estantes con cajones inmensos de metal. Logra abrir varios. Cada uno tenía etiquetas. Sus ojos deletreaban cada una de las letras, cada uno de los casos, cada uno de los asesinatos, denuncias, robos. Acá esta... Escrito en perfectas letras cursivas "Causa 8545: perro del averno"

    A medida que ojeaba las hojas de esos expedientes, de cada caso, cada muerte, sentía como la sangre hervía y circulaba por cada una de las venas dirigidas al corazón. Como la sangre fluía y comenzaba a calentarse de la impotencia, ira y asco que le daba ese maldito desgraciado animal. Sin embargo seguía pensando que había alguien atrás de esto. Capaz alguien que manejara al perro, o que robara simultáneamente.

    Se estaba quedando sin tiempo, necesitaba sacar uno de los tantos expedientes, del que menos información haya tenido...ahora que lo pensaba mejor, de todos los casos donde no pudo darse el lujo de detalles fue en el primero, en el de aquella mujer creo que fue en emmm...¿septiembre? No importa, se dejó llevar por un impulso y saco ese. No saco más de uno para no llamar la atención de los policías si alguno se le ocurría revisarlos. Le hizo un ademan en la espalda a Leandro. Este, como hizo cuando entraron, abrió cautelosamente la puerta y la cerro de la misma manera. María había metido el folio con los papeles adentro de su bolso perfectamente combinado. Salieron hablando de lo más normal, tratando de mantener la centralidad en las situaciones y no llamar la atención más de lo que lo había echo con el oficial Avellan.

    Llegaron nuevamente a la entrada de la estación de policías.

    -Bueno Meri...un placer verte, espero haberte ayudado. Emm te llamo, ¿Si?-la toma de las manos y ella despacito despacito trata de sacarlas manteniendo la sonrisa.

    -Claro que si Leo, muchas gracias, esperare tu llamado.-Mentira, no lo iba a esperar, seguramente desconectaría el celular cuando llamara o simplemente lo bloquearía.

    Llego a su casa, revoleo el bolso en la silla. Era todo un descontrol, su cama estaba desecha, no cambiaba las sabanas hace casi un mes. La tele seguía prendida. Miles de papeles y facturas vencidas sobre el piso y la mesa. La cocina tenía más capas que Superman. Estas sin embargo eran de mugre. El solo entrar le recordaba a su hijo, y a lo ordenada y limpia que era antes de su muerte. No le importaba de todos modos, lo único que le importaba era investigar sobre la muerte de él, poder acabar con lo que acabo con él. Poder vengarlo y que pueda descansar en paz. Sabía que no lo hacía. Si ella pudiera encontrar, a la mismísima bestia que termino con la vida de Lucas, la despellejaría pelo por pelo, no me importa el tamaño de la dentadura o si tira fuego por las orejas, acabaría con esa cosa. No importa cómo.

    Media hora después ya estaba sacando la taza colmada de café del microondas. La mesa ya estaba lista, le había llevado unos 10 minutos ordenarla, sin contar los 5 que le llevo en tirar los papeles que no servían.

    Se sentía tan preparada desde la cocina. Sorbió un poco de café y la miro desde su lugar. El informe abierto en la página uno. Sentía miedo y emoción al mismo tiempo. Nunca había tenido un informe completo y sobre todo, siempre lo había querido.

    Sin pensarlo se acercó a la mesa, se sentó y dejo el café, que se encontraba lo suficientemente caliente como para dejarle un cosquilleo rojizo sobre la palma de su mano. Acto siguiente, dio vuelta la página y se limitó a mirar solo el título del primer elemento de investigación. “Susana Merlo”. Comenzó…empezó a leer, parte por parte del informe. Se sorprendió al darse cuenta que la mayoría de estas cosas ya las sabia y lamentablemente no tenían relevancia alguna, no acreditaba a que sus sentidos se pongan de punta como lo había hecho las primeras veces que veía estos casos en las noticias. “A-Pelaje negro (…)”, página tras página, “

    C-saliva celeste (…)” blablabla ya lo sé, puedo decirlo de memoria

    Página, pagina, “H-Gran mordedura (…)”

    “J-(…) aproximadamente a las 2 de la madrugada (…)” ¿Algo mass...?

    L-“La victima no tenía familia (...)”, inútil inútil…

    O- “La víctima fue encontrada y denunciada por un particular (…)” blabla.

    F- -Un segundo…-No leyó el ítem F, dio vuelta la página reteniendo la vista en el ítem O. No podía creer lo que estaba leyendo. No podía creer lo que había pasado desapercibido por sus ojos.

    O- “La víctima fue encontrada y denunciada por un particular que se encontraba en los alrededores a esas horas de la noche. Este ciudadano, Jaime Rademach, periodista y presentador de “American Defender News” manifiesta haber presenciado el asesinato y debido a una situación donde el mismo individuo se encuentra en una posicion de peligro que atenta contra su vida, se limitó a mirar y esperar a que este hecho haya cesado para tomar alguna acción al respecto.

    -Jaime Rademach fue acusado e investigado por la policía como un posible sospechoso, debido a la falta de pruebas de que fuera un animal el homicida.

    -La policía estatal aclara en este archivo confidencial que Jaime Rademach es un posible sospechoso del asesinato de Susana Merlo. Pero debido a que ambas partes en debate han llegado a un acuerdo en términos legales, ha sido librado de todo cargo o investigaciones al respecto. (…)”

    María siguió leyendo y siguió leyendo todo el informe, todas las letras hasta llegar a la Z, y finalmente cuando sus parpados comenzaron a pesarle, y el sueño invadió cada célula viviente de su cuerpo, recapacito en lo que había leído….recapacito en la letra “O”


    Capítulo V

    -¡¿10 mil dólares?! ¿p…para cuándo?-Pudo escuchar su seca tonada atraves del tubo telefónico y al mismo tiempo sentir el pánico y la desesperación corriendo por sus venas a kilómetros de distancia.

    -Mañana, 1:30 a.m., recuerden usar máscaras y ropa oscura así podre reconocerlas. De no seguir con las instrucciones vera su cabeza rodar hasta sus pies-Su voz aumentaba gravemente conforme pasaban los segundos en la conversación.

    -Calle Holt ¿verdad? Bien ahí estaré-Su respiración aumentaba dejando notar que estaba sufriendo de una leve pero dolorosa taquicardia.

    -No. Ahí estarán…-Dijo fríamente.

    -O…-suspira y solloza entrecortadamente-, okei.

    Capítulo VI

    Jaime sopla el contenido dentro de la taza y sorbe un poco de té. Cierra los ojos y suspira lentamente. Ya era hora, el reloj sonaría 1:20 y su estado de ánimo cambiaria. Y el reloj sonaría y el saldría a caminar. Y el reloj sonaría y una nueva noticia saldría al día siguiente. Y el reloj sonaría y bañaría sus manos en sangre para luego lavárselas. Y el reloj sonaría y trataría de encontrar junto a la justicia quien baño sus propias manos.

    Y el reloj sonó…su corazón palpitaba al mismo ritmo que el viento hacia las ramas de los arboles golpear la ventana una y otra vez. Sus manos temblaron y derramo algo de té hirviendo sobre su regazo. No lo sintió…dejo la taza junto a la mesa de luz y abrió el cajón de la misma sacando una caja de cigarrillos. Saco uno, solo necesitaría uno…estaba cansado y no quería hacerlo muy complicado aquel día, iba a mantenerlo simple. Había sido una semana tan agotadora y estresante, miles de entrevistas, firmar autógrafos, invitaciones a programas de investigación, cobrar cheques. Por favor el estrés que eso podría provocar en una persona.

    Abrió la puerta y dio un par de pasos. El viento soplaba tan fuerte que pequeñas partículas de tierra se imantaron en sus ojos irritándolos. Intentando sacarlos se frotaba con las manos y al mismo tiempo caminaba.

    Al llegar a la esquina donde la barranca empezaba escucho pasos…saco sus manos de sus ojos que le impedían ver y se llevó una sorpresa. Una agradable sorpresa. No podía ver con detalles por las partículas de tierra en su pupila pero no era tonto y lo que estaba frente a él iba a aumentar su estatus laboral. Un escándalo, será un completo escandalo…Pensó al mismo tiempo que caminaba hacia un hombre y su hijo en la sima de la barranca. Ambos vestían sacos negros largos hasta las rodillas, pantalones anchos y zapatos de charol, llevaban puesto gorros de cuerina ajustada que no dejaba escapar ni un pelo que les recubriera el cuero cabelludo. Le resultó extraño que ambos tengan mascaras de payasos aferradas a su rostro. Si pertenecían a alguna clase de secta el crimen seria muchísimo más interesante.

    No había nadie en la calle, solo aquellas 3 almas torturadas. Se precipitaron al ver a Jaime caminar hacia ellos a un ritmo acelerado, y corrieron hacia el con los brazos abiertos gritando desesperadamente. Esta no es la reacción que esperaba…bueno, da igual, corran hacia su asesino, solo me facilitan las cosas Pensaba mientras se detenía a mitad de la empinada y esperaba a que llegaran a él. En cuanto los tres estuvieron frente a frente, Jaime saco delicadamente de su bolsillo, una navaja perfectamente afilada y brillante. El hombre se percató, miro la navaja y en ella su reflejo, donde pudo ver sus propias lágrimas cayendo bajo la máscara. Miro a Jaime y 2 segundos después sintió como su piel, tejido, carne y corazón eran atravesados por aquel afilado espejo metálico. Su organismo dejo de funcionar antes de que la acción se repitiera con el niño junto a él. Minutos más tarde Jaime ya tenía dos cuerpos nuevos frente a él, dos noticias nuevas, medio millón de dólares en efectivo. Se arrodillo sobre la tibia sangre que corría del cuerpo del hombre y lo miro…sintió curiosidad sobre el contenido bajo la máscara lo que lo llevo a sacársela delicadamente.

    La reconoció desde que pudo ver su pálido mentón. No era un hombre. Y no era un desconocido ni el integrante de una secta. No podía estar pasando, no entendía que sucedía, no entendía porque, su cabeza daba mil vueltas y sentía quemarse cada una de sus neuronas trabajando. Sentía que ardían y fallaban. Su corazón latía con la rapidez de la turbina de un avión, de su rostro caían lágrimas…estaba paralizado. Temblorosamente le quito el gorro. Cerró los ojos y grito desgarradoramente. Tomo su cabeza tiñendo su cabellera de rojo y la apretó contra su pecho fuertemente. Grito otra vez y se percató de la criatura a su lado. Al ver ese cuerpo sintió que iba a morir, sintió que era el fin, que su corazón dejaría de funcionar en ese momento, quería que no sea ella pero era inútil, sabía muy bien que habría bajo la máscara del “niño”. La arranco la máscara con una mano al infantil cuerpecito sin vida. Tal como había temido si era…era ella. Cerró los ojos nuevamente y grito. Grito y grito y mientras más presionaba sus parpados contra su cara más lágrimas caían. Se paró respirando agitadamente y miro el escenario frente a él. Iba a desfallecer iba a morir, sentía arder su sangre, su estómago, y su cabeza. Los jugos gástricos provocados por la angustia subían y bajaban como una hamaca. Siguió llorando y gritando y se agarró la cabeza. Era su peor pesadilla. Las náuseas lo invadieron nuevamente y se agacho para vomitar. Acto seguido, le dolía la cabeza de la caída, estaba tendido en el piso mirando hacia el cielo estrellado y su visión se tornaba borrosa. Sentía que iba a morir pero sabía iba a dormir, que solo se iba a desmayar. No tenía miedo de soñar esta vez, sabía que no iba a tener una pesadilla, porque la peor se había echo realidad…cerro sus ojos y dejo que flashbacks rojos y azules lo invadieran en su oscuridad mientras el sonido de 5 sirenas aturdían lo poco de audición que le quedaba.

    Capitulo VII

    El teléfono suena, María atiende.

    -¿Oficial?-.Hablo lo más preocupada que pudo

    -Si señora, disculpe la llamada, pero queríamos informarle que los gritos que denuncio fueron causados a base de un homicidio cometido por el mismo aullador. Una mujer y una niña…un espanto-.Dijo indignado el forense. Se escuchaban miles de voces atrás de él.

    -¡Pero que horro! Le juro que yo sospechaba algo malo de todo esto, ¿Ya identificaron al hijo de puta?, disculpe por el vocabulario-.Se hacía notar enfadada.

    -No se haga molestia, en verdad es un hijo de puta. Y si, lo identificamos, no lo va a poder creer….-Dijo el oficial asqueado de aquella atrocidad-, se trata de Jaime Rademach…aunque no me lo crea.

    -Oficial…no me sorprende, el tipo a mí nunca me cerro, además, yo de joven lo conocí, un completo idiota. Mi madre es psicóloga y siempre sospecho que sufre de alguna psicopatía.-Dijo maría seria y firmemente-¿Ya saben las causas del asesinato, o identificaron a las víctimas?-

    -Se supone que no debería decir esto…espéreme un momento.-Se escuchan los pasos del forense alejándose de la multitud enloquecida-. Las víctimas fueron su mujer y su hija…un enfermo. Le pido que tenga discreción y no comente nada hasta que se haga público.-

    -¡¿Su mujer y su hija?!-María sube el tono de voz-, claramente subestime sus problemas mentales.-Oficial, no es por nada, pero esto a mí me da mala espina, para mí el tipo tiene algo que ver con los asesinatos del perro este…yo que se…es una intuición.-Hace una pausa y respira-¿Por qué no hacen un allanamiento en su casa? No van a perder nada con eso.

    -mmm…puede ser. De todos modos el allanamiento ya lo están haciendo, mandaron dos patrullas hace unos minutos.-Se escuchan voces más fuertes tras el oficial.-Escuche, me tengo que ir, pero en cuanto sepa algo hare que le hagan saber, gracias por todo.-

    -A usted…-María cuelga el teléfono esbozando una sonrisa de punta a punta. Era la primera vez que sonreía en meses…seca las lágrimas que caían sobre sus mejillas con el costado de la palma de su mano. Nunca en su vida había sido tan infeliz, como en ese preciso momento…
     
    #1
    A homo-adictus le gusta esto.

Comparte esta página