Perturbado alimento y el sabio remedio.

Es tan claro que no puedo verlo, la silueta del horizonte se vuelve cruz sobre mi espalda. Los puntos cardinales se desencuentran, esperando algo de mi ¿Sera difícil como abrazar a un árbol? si cuando respira no percibimos su aliento, derramamos orina en sus entrañas y la sabia contamina los rastros del otoño. Alejándonos de la naturaleza y de nosotros mismos. Por si fuera poco me siento tan cerca de la distancia que cuando se aglutinan los cuerpos el calor humano entumece.

¿Cuánta energía es necesaria para derrumbar la Verdad? Si los poderes se acurrucan entre sí, juntos son más grandes, dejando a la soledad por detrás oprimida, y deciden, deciden la norma de las palabras adecuadas. Cada vez que pronuncio algo mueren sus letras, hablo del presagio y humedece el grito del alma que no deja eco, ni viaja por el aire. La atmosfera no puede reclamar su cielo.

Las sombras ya no ocultan la tierra sin sustrato y el magma diluido que intenta forjar por esta vez, que vacila esta vez. Y me veo y me sonrojo, porque intento descifrarme y no me encuentro. Hasta laceran los sentimientos y ellos no piensan, solo caen formando el cañadón. Me siento sucio como el planeta abusado por el tiempo, tan separado del resto.

Aunque me sienta devastado, sé que hay jardines en el desierto.

Si cuando dispara su sonrisa se acomodan las piezas necesarias para formar vida. Mi piel deja de agrietarse en el momento que me toca, con su cuenca que rebalsa en mi pecho y sincronizamos los latidos. Porque somos tan lindos en esos momentos que los lunares nos adornan y nuestras partículas bailan mezclándose entre nosotros.

Al fin el amor me salva de la singularidad del miedo, donde converge todo solo en un punto; los sueños son tangibles a tu lado, sintiendo el calor de cada estrella en el cosmos. Espero despertar en un nirvana que sea tan cómodo como la mañana, despojarme de mis ropas, bañarme con la luz de sol, para recibirte pulcro de mi depresión que no te mereces.

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