Pesadilla: La ultima despedida.

El día de hoy te diré que fuiste la mejor pesadilla.

Que me hizo sentirme libre como el aire, despeinando mi cabello, para que el invierno secara mi rostro, Así era como yo te recordaba: sentando en una silla.

El pensamiento a traición mato, el corazón brotaba que esta sangre no dependía de nadie para ser feliz, Era como ponerme maquillaje para tratar de darme color, lo único que obtenía era un acento gris.

Te escribiré los versos más felices de mi vida. Hoy que es de día y la noche se apaga. Que no hay luna que me acompaña, pero ahora sí: Tú por tu lado y yo enfermándome de la gripe del olvido, porque los recuerdos son una plaga.

Tomare mi sombrero y con educación saludare; pues te hare ver que soy un caballero que por dentro solo anhela correr.

La idea de llenarme de orgullo no me hará avanzar en este trayecto duro.

Ahora yo soy la piedra con la que tropiezas, por no cogerme antes entre tus manos, ayúdame que me vuelvo piedra.

Soy la alfombra de tu suelo que adorna la sala del desconsuelo, por falta de no ser tu mejor adorno.

Yo me gano la corona de ser el mejor piso; qué más quisiera escaparme de tu gobierno, pero si lo hago es como ponerte en juicio, y yo no creo en los suicidios.

El frio suelo es este que escribe, me considero la presa de tu anzuelo, las lágrimas que hablan con los ojos.

Si me ven solo es porque camino a kilómetros de tus manos, quien está conmigo en las malas es: nadie, porque me gusta hacer solo mis planes.

El Placer de quitarme de la garganta este nudo, con el abrazo del furtivo, mendigando el final como el dinero perdido de un vagabundo.

Mi locura fabulosamente llena de lágrimas cada día me tira más para fuera la ira, la vida me dijo: solo sonría.

Pero el tiempo me reclama: que el desahogo es hermana de la libertad y que la vida es solo un mito por no tener familia. Pero yo me metí con la prima, pero me dijeron: que la esclavitud del recordar es su única hija.

En mis manos poseo el don de pasatiempos, que no cierra este crucigrama, por no encontrar la primera letra de este llamado: destrúyeme el corazón frecuente, el viaje ameno. Durmiendo entre tanta soledad eso me atarearaba.

Si ni el mar que posee tanta agua, ahoga los atardeceres, que para muchos a simple vista parece tener un final. pero esto ya está por acabar.

Pues determine que mi locura seria decretada por ambiguacion de tanta huida, Ya no te engañare que este poema será nuestra última despedida, marcada con la fecha de expiración, por estar vencida.

Así será como yo ahogo mis penas, esperando que alguien las lea.

Mis cartas tan largas en hoja para tu dedicación y recibir la invitación del premio a la respuesta más corta con el posdata: está bien!

Como si yo te hubiese pedido contribución por ser yo tu obra de caridad, ella era la más destacada de mis mejores pesadillas.