Piluqui

( I )

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Uno de mis hermanos come chocolate, el otro tocinoÂ…


Nunca probé el chocolate, pero me dijeron que me haría mal, que no iba con migo. Lo emocionante era la intriga, lo desconocido.
En la esquina esta el viejo almacén al que solía ir de vez en cuando, “El viejo molino” (si, así se llamaba). Fueron muchas las veces que entre solo por simple curiosidad, otras eran a buscar caramelos, dulzura efímera y barata. Nunca encontré eso que buscaba pero mis ojos se llenaron de imágenes de otros niños comiendo chocolate.
No era intriga, era codicia... ¿¡Porque otros podían comer chocolate y yo no !?

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( II )

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La señora de Don Rogelio, el dueño del almacén me consentía. Era una mujer mayor de esas que se sientan con la reposera en la vereda esperando que sean las 5 para pasearse con la escoba y la manguera. Creo que ella sabía que yo no podía comer chocolate, siempre me mostraba todas las confituras y masas del lugar pero nunca se refería a los chocolates, no, ella no lo hacía.
Nunca se los veía acompañados, solo tenían una hija (y era fea), las cosas no estaban muy bien entre ella (su hija) y Don Rogelio. Creo que por eso a Nilda se la veía tan contenta entre los niños al contrario de Don Rogelio. Dos años atrás aproximada mente Doña Nilda me regalo un hermoso camioncito de juguete, no, era un colectivo azul, todo azul y de ruedas rojas. Nunca jugué con ese colectivo “Piluqui”, simplemente lo deje en la repisa, tire como 10 autitos para poder acomodarlo ahí en el centro de la repisa (en lo más alto).Eso fue mucho antes de que se conociera mi problema con los chocolates, asique no se puede decir que lo hiso por lástima.
Era ella (Doña Nilda) quien no dejaba que Rogelio me venda chocolates, creo que a él no le importaba mucho
Tiempo después el Piluqui sigue en el mismo lugar…
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( III )
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Esa semana no parecía tan mala, a pesar de ser invierno el sol todavía corría por la calle de enfrente.

Algunas personas llegaban desde no muy lejos, otras se iban, eso tiene las vacaciones. Sabía que esa semana Doña Nilda (o Nilda a secas como suele gritar don Rogelio cada vez que el almacén se llenaba de niños y sus oídos no daban a basto) se iba como todos los años en esta época a visitar a su hija en Rosario. Planee la travesura todo el mes, creo que fueron 3 meses. La mañana que vi a Doña Nilda subirse al taxi saque todas monedas que guardaba mamá en un bol de la cocina .Entré en el almacén casi como un suspiro, mire todo como de costumbre pero esa mañana no había niños en el almacén estaba yo solo y Don Rogelio (nunca me percate de la cara de Chancho que tenia Rogelio). Lo mire serio y con mucha seguridad le dije “quiero ese chocolate “, no era el más grande ni tenía el mejor envoltorio pero parecía ser el más dulce de todos. Tire las monedas sobre el mostrador y me fui a casa.
Sentado en la galería de la entrada armo todo un gran preparativo para festejar mi hazaña, ya casi podía sentirlo, toda esa azúcar entre mis manos. Ni bien abro el paquete un fuerte pero dulce olor (quizás demasiado dulce) entra por mis nariz. Me mareo… alucino con colores en el aire; ráfagas violetas, marrones y lilas. Una voz suave, suave como el trueno me convence de que eso no era para mí, que no estoy listo para esa sensación, para tanto o tan poco placer .Despierto de mi sueño mientras veo la silueta de uno de mis hermanos llevándose el trozo de chocolate intacto, intacto.

Me duele la cabeza, me voy a acostarÂ…

(IV)
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Hoy me levante enfermo

Empachado de chocolate, me duele el estomago o el corazón.
Yo nunca probé el chocolate, ya no había intriga, misterio ni codicia. Eso no era para mí
Un hermano procura esconderse, pero se le nota el brillo en sus ojos cada vez que come chocolate, el cacao con leche se desase en su boca, pero yo no lo culpoÂ…



Nunca volví al “viejo molino”. El colectivo sigue intacto en la repisa.

Uno de mis hermanos come chocolate, el otro tocinoÂ…




Creo que es hora de salir a pasear con mi Piluqui, no a jugar, odio a la gente que piensa que esto es un juego.




Hr'odric ®

 

entretenida historia ¡¡¡me gusto !!!

 

Que buena prosa, nada empalagosa, entretenida (digamos) entretenida con ese "piluqui" por cierto..... yo no como tampoco chocolate jejej .Un abrazo

 

gracias por el comentario!!

de eso se trata , de no ser empalagosa , palabras simples qeu dejen al lector abocarse a leer entre lineas , no solo lo escrito.