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PIOJO DE LA LUNA

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Ciela, 28 de Marzo de 2006. Respuestas: 4 | Visitas: 1177

  1. Ciela

    Ciela Poeta veterano en el portal

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     PIOJO DE LA LUNA.

    -Se vienen los Juanes con una bruta pediculosis- dijo Rosa del Estro.
    - Ojalá fuera una sola, apuesto a que son tres- respondió Manuela, la de los ojos de lince.

    Juana María, Juan Primero y Juan Segundo llegaron con gestos desvelados. De cada una de sus cabezas surgían aureolas de piojos frenéticos que sólo Manuela podía distinguir.
    Juana lloraba y lloraba, se rascaba sin fuerzas la catarata cobriza que caía sobre sus hombros. Manuela se dijo a sí misma para no afectar aún más a la niña: - Bichos de la peor calaña: ¡hiperkinéticos y en la cabeza de una princesa deprimida!-.
    Definitivamente, Manuela tendría que impedir que el llanto de Juana enmoheciera la noche y que la inquietud de los Juanes la electrizara. Trajo una lentes de mucho aumento y del tamaño de platos de sopa, rescatadas de una ampliadora de fotografías, para entretener a los niños: – Así verán cómo huye el enemigo-.
    Los varones ya andaban a los sopapos así que era cuestión de proceder.
    -¡Basta ya, que la batalla no es entre ustedes, sino contra los piojos!. ¡Piojos por cierto Extraordinarios!-.
    - ¿Por qué Extraordinarios?- preguntaron los Juanes-.
    - Se mueven como exploradores... Sí que son muy extraños ejemplares. ¡Así que quietos y a colaborar con la misión especial!-.

    Con aire enigmático, Manuela pasó la aspiradora a las tres cabezas. Consiguió eliminar así la población más marginal de insectos, órbita que sólo Manuela podía ver.
    -¡Ya no parecen santos de los pantanos!-.
    Los niños permanecían atónitos, no sólo por los dichos de la tía sino porque jamás les habían aspirado la cabeza. Manuela aprovechó el aturdimiento de los niños para organizar su colección de peines finos, palangana y un ungüento.
    -“Este es casi ungüento mágico. Lo hice preparar a base de anestésicos y de tinturas iluminadoras. Me dió excelentes resultados en la epidemia del colegio Sulfurián. ¡Peludos como pocos los niños de tal instituto!. Habían contraído no sólo la clásica, sino la pediculosis de cejas y pestañas. Fue entonces que le encargué al boticario una mezcla de tintura delatora de parásitos a base de brillantina fluor con una dosis de anestesia fulminante para plagas pero inocua para humanos”-.
    Así contaba la tía y al mismo tiempo procedía. Al untar la cabellera de Juana vió que de nuevo estaba a punto de llorar:
    -¡No vayas a derramar lágrima alguna, que las aguas tristes inutilizan brebajes!-.
    Pronto estuvieron pintadas las tres cabezas y los chiquillos comenzaron a alternarse frente a la lente panzona para contemplar flashes diminutos y más tarde inmóviles montículos de plata.
    Crecía la noche y los niños iban fascinándose con la imagen de brillantes huidas en cámara lenta que finalmente se aquietaban.
    -¿Están muertos o dormidos?- preguntó Juana, atreviéndose a fracturar el silencio.
    - A mitad de camino, mi niña. A mitad de camino- improvisó Manuela, sin interrumpir el operativo pinza que con sus peines llevaba a cabo en la anaranjada maraña de Juanito.
    - ¿Pero será indolora esta muerte?- interrogó, realista, Juan Primero.
    - En principio es una muerte luminosa- musitó Manuela, concentradísima en rastrillajes sin tregua.

    Centenares de partículas caían como polvo de estrellas en la palangana de porcelana.

    -¿Y a dónde van a parar los piojos cuando mueren?- dijo Juan Segundo, que hablaba poco pero se las traía.
    - Si se ha usado tintura fluor mezclada con ludocaína, ¡van a parar la vía láctea!- respondió Manuela, ya extenuada.
    - ¡Los míos resucitarán como estrellitas!- exclamó el pequeño Juan.
    -¡Los míos se vuelven a la luna!- dijo romántica, Juanita.
    - ¡Yo creo que se marchan a Mercurio!- opinó el Juan Mayor.

    Antes de caer dormidos aliviados y felices, Manuela les secó el pelo. Luego hirvió sus herramientas y guardó celosamente el ungüento utilizado.

                 Fue entonces que Manuela le imploró a los cielos que la próxima epidemia fuese de Poesía.
     
    #1
  2. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

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    Jjjaja yo tengo la teoría de que hoy en día los laboratorios alquilan helicopteros silenciosos y se pasean a eso de las 4 de la madrugada por los patios de colegios echando trichiquicientos mil millones de piojos. Así luego recudan dinerito con las pócimas milagrosas que venden. Un beso, sigo diciendo que no deberías trabajar tanto...
     
    #2
  3. Ciela

    Ciela Poeta veterano en el portal

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    ... ¿hay tanta liendre esparcida en España como aquí?.

    Y me voy, ¡que me picaaaaaaaaa!...

    Un besote y gracias por tu presencia permanente.
     
    #3
  4. viento-azul

    viento-azul Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Magnífico, encantador y muy humano.
    La protagonista es fabulosa, sus refranes sabios,
    su pedagogía mágica y tu forma de relatarlo.
    francamente encandiladora.

    Si no editas un libro de relatos breves, estás privando
    a gran parte del mundo de joyas magistrales y hermosas.

    Tu más ferviente admirador.

    Tomeu extasiado.
     
    #4
  5. Ciela

    Ciela Poeta veterano en el portal

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    Lejos estoy de la proeza de un libro propio de relatos. Pero te prometo que en tu cielo estarán mis

    garabatos silvestres y en tu castillo, los aromas de todos los libros que amamos


    ¡Brindo por tus milhojas!.
     
    #5

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