Piu piu

Piu piu, aguantó un día,
pegado a su cascarón;
porque yo no lo sabía,
ni mantuve la intención
de mirar que le pasaba
en su primera actuación.
El pobre pollito piaba
para del huevo salir,
pero Co co lo ocultaba
para no se aterir
por su endeble plumaje
y por sus patas, tullir.
Antes del postrero viaje,
de la costra lo saqué
y se llevó el bagaje
de leche con miel bebé;
para que dulce, se diga,
aquí es nuestro bufé.
Al costado de la ortiga,
lo soterré en el corral
y con una cruz amiga
señalando su lugar,
cubriendo con una piedra
hice de su tumba altar.
Una trepadora hiedra
sube por la frágil cruz,
distintivo del que medra
de lo sombrío a la luz.

 

¡AY ..!Castro pobre pollito. me hizo acordad de niña, yo enterraba las mojarritas que mi hermano pescaba, les hacía su tumba y también con una cruz. Un abrazo querido amigo.-

 

Nosotros, amiga Catia, nunca niños dejamos de ser.
La Co co solo le ha salido este pollito de cinco huevos, y por desgracia, debido a mi inesperiencia, lo malogré.
Son cosas que te parten el corazón y que nunca olvidas.
Un abrazo y gracias por leer y comentar.
Castro.

 

Y tan fuertes. Yo no cambiaría por nada a mi perro Bobi.Cuando paso más de dos horas sin él, ya está reclamando mi presencia con sus separados ladridos, que debe ser en su idioma, ven.
Cordiales saludos y gracias por leer y comentar.
Castro.

 

Buen romance, Castro, este en el que describes la muerte de ese malogrado piu-piu casi sin salir del huevo aún. Le verdad es que ese tipo de cosas, cuando nos suceden de pequeños, se nos quedan grabadas para siempre como muy bien has respondido más atrás.

Mi sincera felicitación amigo.

Un abrazo.


Me ha gustado mucho, amigo

 

La verdad es que hace un año que me ha pasado, mas lo de pequeño es muy cierto. Los que somos así ,siempre seremos niños. Tenemos complejo de Peter Pan.
Un abrazo, amigo Juan.

 

Muy bonito el poema, poeta Castro. Que pesar el pollito. Sabes que yo tuve unos pollitos y andaban detrás de mi en la cocina y yo me quitaba las sandalias y caminaba despacio, por si lo sentía, no lo pisara fuerte. Y mi tio pisó uno de los pollitos y lo mató y solo quedaron 2 pollitos
y crecieron y son fuertes. Saludos
Azalea.

 

Pues el que menciono no ha tenido ni la suerte de caminar por la cocina. Al sacarlo del cascarón, al que estaba pegado, le di de beber leche con miel y se murió apenas probarla.
Un fraternal abrazo.
Castro.