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Poemas incinerados

Tema en 'Prosa: Obra maestra' comenzado por Alfy, 4 de Enero de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 1508

  1. Alfy

    Alfy Poeta recién llegado

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    19 de Noviembre de 2009
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    "POEMAS INCINERADOS"

    Poetisa, corre y levanta tu cometa al cielo, que el viento ondee tu papalote, tu pandora, como símbolo de la libertad que siempre gozaste aun estándo enclaustrada. Corre con tus pies descalzos que las espinas y cardos no lastimaran tus carnes, ya no puede hacerte daño las piedras calientes del suelo.

    Vuela a través del tiempo, de la época colonial a mi México moderno.

    Vuelve a sufrir el amor ficticio, que se desangre tu corazón pintando imágenes de ensueño, el amor más alto que no pide ser correspondido, que soporta el dolor, que se hunde en la tristeza, valiente tal donde encuentra la alegría, el remanso de paz y el sufrir de la nobleza.

    Vocales y consonantes armaron mil figuras, dejando ver una convicción por el saber y la cultura, haces constelaciones en el cielo uniendo puntos y trazando líneas imaginarias por cada nueva estrella; el genio y saber se elevaron en tu oscura época y aun en la noche más negra, alumbraste más que luna llena. Pero fuiste eclipsada por el tradicional antifeminismo eclesiástico, tu delito, tu crimen; ser una mujer que se defendía en verso y prosa, masculinizada tan solo por tener ciencia y letras.

    Tu alma erudita conquista a nobles y cortesanos, alma noble y corazón de hierro, carácter fuerte y tenaz, pero emotiva al sentimiento. Conociste el amor sin probarlo, el erotismo de un beso, el dolor de una traición que consumía tu alma, que te llenaba de celos, de pasión; un amante que nunca existió, la fantasía que vive en la imaginación que con palabras y escritos se admira en la creatividad y el talento. De un intelecto y mente estudiada, sin la asesoría de profesores, sin universidad, solo palabras que surgían de libros, de la historia, del cultivo de la mente y de huir de lo mundano para ejercer de tiempo completo la vida literaria.

    El octosílabo delineaba tus palabras, la belleza de tu lira y la música de tu villancico, profesando el noviciado cual licencia para ser el Ser, jugando con palabras el derecho de redactar, del conocimiento, de la sabiduría, y la filosofía en un periodo virreinal.

    Tu, la religiosa que cometía escarnio, que lanzaba frases profanas en la soledad de tu celda donde te visitaban los amantes apócrifos a quienes tu amor entregabas, que recorrieron bajo los túneles de tu cuerpo, no aceptando amar alguno viéndote amada de tantos, con peligros del peligro y con el daño del daño. Fuiste la viuda de fantasía, la traicionada, la amante fiel, que defiende la causa y derecho de ser mujer y acusa al hombre de su idiotez.

    La literata, la celebrada poetisa, la cortejada joven que pensó huir de sí misma, pero miserable de ti, pues te llevaste a Ti contigo, para tu herencia forjar y en tu cuadro enmarcar tu fotografía de glorias vividas, de aplausos escuchados, de reconocimientos póstumos y no póstumos, y admiración experimentada que jamás trajo a tu alma soberbia sino la humildad en el orgullo del silencio.

    No sufras mas la inquisición simbólica que te obligo a callar, a guardar silencio, que por ser mujer y no varón pagaste tu pecado: tu intelectualidad, tu gran saber…

    Se apagaron los versos, de la hoja se borro la prosa, cambiando la pluma y tinta por agua y jerga, limpiando pisos, celdas y paredes de un convento donde días atrás mirabas los contrastes combinables del amor estable aun sintiendo celos, de la alegría que causa el dolor al sentir amor y afecto.

    Nadie más callara tu voz, ninguna autoridad eclesiástica reprimirá la belleza de tu genio, que visito a Europa sin haber viajado nunca, que causaste admiración a los ilustres y literatos de España, llamándote entonces “la Decima Musa”.

    Mi Patria, mi País, mi México contemporáneo ha conocido de ti, por tus escritos, tan humana, tesoro ilustre de la historia de mi Nación Mexicana.

    “amémonos”, “redondillas”, “finjamos que soy feliz”, “los empeños de una casa”, “amor es mas laberinto”, “primero sueño”… hablo mas la mujer que la religiosa: “a todos pido perdón por el amor de Dios y de su madre, yo la peor del mundo… Juana Inés de la Cruz”.

    Poetisa, corre con tus pies descalzos, con tu físico empobrecido y tu alma enriquecida, ya nada mas puede dañarte en este tiempo, tus glorias se han conocido, levanta tu papalote al cielo y deja que los vientos revolucionarios lo asistan, ¡Goza!, ¡Vive la libertad e independencia de tu México!


    Este México libre que no conociste...

    AUTOR: ALFREDO LUNA STGO.
    LUSA 810112 U41
     
    #1

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