Poetisa de Almería, ya no amas?

Poetisa de Almería, tus versos antes fueron canto de amores y lunas llenas. ¿Qué se hizo de esos suspiros tejidos en palabras, de esas caricias bordadas en la tela del viento? Ya no amas, dices, y tus ojos, que eran dos estrellas, ahora son dos pozos profundos donde el reflejo de la pasión se ha ahogado.

En cada línea tuya, en cada sílaba que dibujabas con ternura, había un rastro de él, el que nunca supo amarte. Los días se fueron llenando de esperanzas rotas, y las noches se cubrieron de un manto de soledad. Esos amores no correspondidos, esos silencios que pesaban más que las palabras, fueron erosionando tu alma, como el mar erosiona las rocas.

Ya no amas, pero sigues escribiendo. Porque el arte de expresar el dolor es la más dulce de las venganzas. Cada poema tuyo es un grito sordo, una lágrima que no cae. La tinta es tu sangre, el papel, tu piel. Y en cada estrofa, liberas un poco de ese peso que llevas dentro.

No es que no ames, poetisa. Es que tu amor se ha convertido en arte, en esa mágica alquimia de transformar el sufrimiento en belleza. Sigues amando, aunque de otra manera, a través de esas letras que vuelan libres, buscando consuelo en el corazón de quienes las leen. Tu amor no correspondido es ahora un río que fluye en versos, un canto eterno que no cesa.