Por un error en estas lineas....

Era un día raro, muy absurdo, con mucha sombra, sin canto de pájaros de fondo, con el frío abrazador de las noches del desierto; las amapolas se resignaban a mostrar su esplendor, y el sol parecía una estrella lejana. Solo caminaba buscando una explicación a esta absurda narcosis.

No sabía quien era ese desconocido, ni sus hazañas, solo vi un funeral y me detuve detrás del ataúd. Al igual que otros, incliné la cabeza por respeto. no encontré ninguna razón para preguntar quién era el difunto, dónde vivía, tampoco cómo murió ni las razones de su defunción. Para la muerte existen muchas causas, tantos males... entre ellos, los más importantes, los males de vida. Me pregunté a mí mismo: ¿Nos ve, o ve un abismo y se resigna a su final? ¿Sabe que estamos con su cuerpo sin alma?

Todos sabíamos que no abriría el ataúd para darnos las gracias y susurrarnos la ansiada verdad... ¿Cuál es la verdad?! ¿Habrá otra vida después de esta? ¿Existe dios? ¡Solo danos la respuesta a una de estas preguntas! Todos sabíamos que no lo haría.

Tal vez él esté como nosotros en este momento, plegando su sombra, pero quizás sea la única persona que no haya llorado esta mañana, tal vez sea la única persona que conozca la verdad, que detenga la respuesta a la vida, al 'BIG BANG', a la esencia misma de la existencia. tal vez esté en el infierno, quizás en el cielo, o en ninguna parte.

Tal vez no vea que la muerte nos acecha a todos como un águila del cielo esperando a su presa, él ya ha pasado por esta prueba.

Porque los muertos no son más que los parientes de los vivientes, solo que los muertos están en tranquilidad y los vivientes no.

No encontré ninguna razón para preguntar quién es la persona ni cómo se llama. Ningún rayo brilla en su nombre, ninguna hazaña de sus vestigios cuenta.

Éran muchas personas caminando detrás del féretro, menos yo. tal vez él era un banquero o un escritor, un refugiado en su propia patria o un asesino... no hay ninguna diferencia: todos somos iguales ante la muerte.

No hablé.

Y Puede que sea el funeral del desconocido mi propio funeral, pero se retrasa por algunas divinas razones... entre ellas, un gran error en estas líneas.

 

Es una muy interesante reflexión. Gracias por compartir.

 

Erramos mcuhas veces, bien lo sabes, grato leerte