Prosa para alcanzarla

Definitivamente ella necesita ser mía. Siento como si mi imaginación me matara. Ya por las noches lluviosas pienso que llora la Luna sobre la Tierra o que el canto de las aves cesa porque el silencio lo mutila con una daga asesina. Ya no puedo escribir con paz; ella se llevo todo sin saberlo, sin tener la culpa, siendo inocente de mis victorias en los amaneceres y derrotas en altas horas nocturnas. Estoy tan lejos. Mis palabras nunca le han llegado. El viento solo me retrocede por cada paso que intento dar hacia nuestro encuentro. Lleno de agonía mi roja piel quemada se autodevora. Necesito tenerla. Ya mis dedos sobreoprimen una pluma que la libertad ansia por eternamente estar con ella. La extraño tanto. Me deprime que no sepa nada, que de mi todo le persiga sin que cuide mis durmientes e irregulares pasos. La luz me consume. Me duele que no me guíe. Las penumbras eternas se asustan con rayos que van secando sin piedad los surcos de mis tierras. Necesito tenerla, abrazarla, volver a ser yo mismo... Sin importar cuanto esfuerzo me tolere el cuerpo o cuanta sed pueda sentir mi alma iré a la salvación, iré hacia ella.