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Pueblo poseído

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por tyngui, 4 de Noviembre de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 681

  1. tyngui

    tyngui Poeta que considera el portal su segunda casa

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    De acuerdo a los momentos, puedo interpretar la casta razón de las membresías organizadas.

    Lapidando los olores de las horas del desquicio.

    Agotando el desvarío, de un pueblo poseído.

    Callejuelas malditas, y manchas de matanzas, que siembran y asfixian figuras en mi mente.

    El triste colorarlo de mis viajes, a cada cuento cruel, deificando todos mis fuegos internos.

    ¿Pueda el cerco, tal vez cortar con tanta sucesión vomitiva?

    Quizás podamos escapar de este dolor, en la nave del espanto.

    Y ya será tiempo de la muerte y su lento entusiasmo.

    Duermen las escaramuzas de este violento éxodo al vacío.

    Es mejor que estar adentro… es mejor morir antes que nada.

    Drenará el pesar de la noche pederasta, su condena brutal será un deleite.

    El sabor de un horizonte perplejo y los ojos pegados al agua de lluvia.

    Descontrol de madrugada, brigadas de alimañas en busca de victimas.

    Matan y huyen.

    Vuelta a la humedad de las calles.

    Brotan pequeñas hordas desiguales.

    Comiendo perros, insectos, trampeando en sus casas.

    ¿Acaso volverán mañana?

    Si vuelven, los esperará el frío del metal.

    ¿Quienes son los buenos?, ¿quienes son los malos?

    ¿Quienes somos nosotros?

    En la distracción, rodearan los monasterios, las casillas y refugios.

    Mientras muero, cada vez que entre ellos brilla esa rabia inaudita, casi puedo entenderlos, como la musa entiende al sometimiento, como la lluvia entiende a los desamparados.

    Como la muerte comprende a la vida y la lleva de la mano hasta su propia morada.

    Siento sus pasos…

    Ya no hay comida, ya no hay palabras.

    Ya no hay silencios, ni siquiera hay sexo.

    Siento su respiración, la veo tan frágil, tan introvertida y nerviosa.

    Su olfato me percibe como presa.

    El dolor aún no llega.

    Sin embargo, mi hora cae tras su risa de asesina.

    El tiempo acaba mientras mis ojos tiesos sin dolor, la imaginan devorándome.

    La sangre grita.

    Pude oír el bruxismo gruñido de sus dientes, recrear su fantasía.
     
    #1

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