¿Qué es el inconsciente?

Existen muchos modelos de la mente, el psicoanalítico es uno de ellos, Jung propuso otro, y otras escuelas han propuesto los suyos. Pero ¿qué es el inconsciente? Lo primero que se viene a la mente es la idea de que algo opera en el inconsciente haciendo cosas, se dice que la circulación es inconsciente porque no la controlamos ni la sentimos, salvo en algunas ocasiones cuando se acelera por algún motivo. Existen procesos que son conscientes y procesos que no son conscientes, la mayoría se encuentra en el medio. Cuando aprendemos la escritura manuscrita, debemos prestar mucha atención al acto de escribir, hasta que aprendemos y todo ese proceso que parece tan complejo se automatiza. Sí, ciertas operaciones se automatizan y se vuelven inconscientes. Pero el inconsciente es otra cosa. La conciencia constituye una adquisición muy tardía en la evolución filogenética del hombre, entonces se piensa que el hombre era todo inconsciente, primero, para luego ir haciéndose cada vez más consciente, por lo que la conciencia era ganada a las aguas profundas del inconsciente. Todos errores, una cosa es la conciencia, una cosa es lo no-consciente, y otra muy distinta el inconsciente.

¿Qué es el inconsciente? Para entenderlo es bueno asociarlo al sueño y a lo que representa. Bárbaro, representar es la esencia del inconsciente. El inconsciente constituye un proceso de autorrepresentación en forma simbólica. El sueño representa completamente la naturaleza del inconsciente: una forma de autorrepresentación de la vida del sujeto soñante. Pero no sólo el sueño, cuando una persona habla, o, mejor dicho: se expresa. Si se presta atención con el oído al inconsciente, se verá que ese discurso además de decir lo que está diciendo: está simbolizando otra cosa, ese otro discurso, esa estructura segunda constituye otro discurso que se llama el discurso del inconsciente, sin embargo, está mal dicho, porque el inconsciente constituye ese proceso de decir simbólicamente.

La persona al relajar la atención durante el sueño, permite que ese proceso de autorrepresentación se libere y se manifieste sin demasiada resistencia. Pero el inconsciente está activo siempre, aunque más activo cuando el sujeto se relaja y evita controlarse. Con los gestos se está expresando, con los actos, con todo. El hombre es una maquina de expresar, de decirse. Pero el inconsciente va más lejos y me salgo un poco del terreno de la ciencia, los oráculos constituyen la esencia del inconsciente, así como un sistema de símbolos como el de las cartas, el I Ching, o cualquier otro está continuamente dándonos información, todo lo que ocurre a nuestro alrededor está continuamente dándonos información sobre las cosas que necesitamos hacer para nuestra vida. El hombre sabio de los pueblos primitivos era el hombre que sabía leer los oráculos. El inconsciente nos penetra completamente diciéndonos todo, cuando nos atrevemos a oírlo.

No podemos dejar de mostrarnos continuamente, la mente es como algo externo que actuamos y mostramos, no tenemos secretos para nadie, no podemos ocultarnos, continuamente estamos gritando nuestros secretos. En los niños y sus juegos es posible ver como la mente es algo en lo que se encuentran, todo lo que piensan lo actúan, sus dialogos interiores, sus conflictos, todo. En el adulto también, aunque un poco distorsionado. Somos mente.