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¿Qué es Poesía? respuesta de los lingüistas modernos.

Tema en 'Debates, pensamientos...' comenzado por Monje Mont, 27 de Febrero de 2021. Respuestas: 6 | Visitas: 853

  1. Monje Mont

    Monje Mont Poeta reconocido en el portal

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    Saludos estimados poetas.

    Creo que a todos los que intentamos hacer poesía nos interesa la pregunta: “¿Qué es poesía?”. Poetas aficionados, poetas consagrados y estudiosos han propuesto gran variedad de respuestas. Desde Bécquer con su maravilloso verso “poesía eres tú”, pasando por Juan Ramón que al final de su trayectoria llegó a considerar que poesía es solamente prosa medida o expresada en verso, hasta nuestras respuestas, propias o plagiadas, la variedad sigue aumentando. Pues bien, si usted me pregunta a mí, yo, como cualquiera, puedo improvisar o elaborar minuciosamente una respuesta que exprese mi forma de pensar, pero tendría tanta validez como la de Walter, quien fuera mi vecino, que define: “la poesía es un conjunto de babosadas escritas por babosos para mujeres babosas que por todo suspiran”. Pero lo que sí puedo decir, es que para eso están los especialistas (lingüistas) que desde hace más de un siglo y con mayor énfasis desde la mitad del siglo pasado vienen dándonos respuestas, fundamentadas en la investigación de la lengua en relación con las capacidades humanas de comunicación y recepción. Pensemos. Por las películas sobre androides que desarrollan conciencia propia (Yo Robot, El hombre bicentenario y muchas más) creemos que el desarrollo de este tipo de inteligencia está a la vuelta de la esquina, pero la realidad es que no hemos logrado imitar siquiera la inteligencia de un insecto con todas sus variantes. Aunque ha habido grandes avances distamos milenios de algo semejante. Pero, el punto es, como sabemos la verdad respecto a esto. Fácil. Consultamos a los especialistas. Michio Kaku, por ejemplo, uno de los científicos más destacados de nuestra época que ha escrito algunos libros sobre qué tan cerca o tan lejos estamos de desarrollar las tecnologías que vemos en la Ficción científica. Pues bien, veamos que dicen los especialistas respecto a la poesía. No yo. Así que no propongo una discusión porque éstas no son ideas producto de mi investigación, ni de mi parecer. No. Simplemente propongo notas a su consideración.

    Roman Jakobson en el libro “Fundamentos del Lenguaje” y sobre todo en su segunda parte “Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de trastornos afásicos”, estudia los trastornos afásicos no como un trastorno cerebral orgánico, sino como un problema lingüístico, indagando en el modo particular de estructura del lenguaje que ha dejado de funcionar. Toda su investigación genera una propuesta científica (no una simple opinión) que nos orienta en la respuesta a “qué es poesía”. Consideremos ésta cita de un resumen del libro mencionado ( http://www.scb-icf.net/nodus/contingut/article.php?art=412&rev=51&pub=1#:~:text=La%20afasia%20como%20problema%20ling%C3%BC%C3%ADstico.&text=Jakobson%20estudia%20la%20desintegraci%C3%B3n%20de%20la%20trama%20sonora%20en%20los%20fen%C3%B3menos%20af%C3%A1sicos.&text=Las%20p%C3%A9rdidas%20af%C3%A1sicas%20del%20adulto,siguen%20comparativamente%20un%20desarrollo%20inverso. ) :

    “Por lo tanto, decimos que en todo signo lingüístico distinguimos dos modos de relación:

    En primer lugar tenemos la selección, en donde la opción entre dos posibilidades implica que se puede sustituir una de ellas por la otra. Establecemos que selección y sustitución son las dos caras de la misma operación.



    En segundo lugar tenemos la combinación, en el sentido de que todo agrupamiento de unidades lingüísticas se engloba en una unidad superior. Establecemos que combinación y contextura son dos caras de la misma operación.



    Estas dos operaciones nos indican que cada signo lingüístico lo podemos interpretar en dos direcciones distintas: una en relación al código y otra en relación al contexto. En el primer caso tenemos una relación de alternancia y en el segundo una relación de yuxtaposición. Sería lo que Saussure refería en términos de ausencia y de presencia. Es decir, Jakobson nos dice que “el receptor percibe que el enunciado (el mensaje) es una combinación de partes constitutivas (frases, palabras, fonemas, etc.) seleccionadas de entre el repertorio de todas las partes constitutivas posibles (el código). Los elementos de un contexto se encuentran en situación de contigüidad, mientras que en un grupo de sustitución los signos están ligados entre sí por diversos grados de similaridad, que fluctúan entre la equivalencia de los sinónimos y el núcleo común de los antónimos” (Jakobson, 1956: 78-79). La relación externa o de contigüidad es la que une entre sí los componentes de un contexto en su estructura gramatical, mientras que la relación interna de semejanza es la que permite el juego de las sustituciones”.

    Pues bien, Jakobson identifica dos extremos en los afectados por afasias: “En resumen, la afasia presenta numerosas variedades muy dispares, pero todas ellas oscilan entre uno y otro de los dos polos que acabamos de describir. La metáfora es ajena al trastorno de la semejanza y la metonimia al trastorno de la contigüidad”.

    Al final, concluye que dicha diferenciación también se encuentra en el discurso. Así el principio de semejanza rige la poesía y la prosa se desarrolla sobre todo por contigüidad. “En todo proceso simbólico, tanto intrapersonal como social, se manifiesta la competencia entre el modelo metafórico y el metonímico”. (del mismo resumen). En otras palabras, la poesía es una forma de comunicación metafórica y la prosa una forma de comunicación metonímica. Cuando se habla de comunicación metafórica no se refiere al uso de metáforas (símiles sin el como), sino, a esa forma de comunicación regida por el principio de semejanza y como tal abarca casi todos los tropos (más adelante propongo citas que verifican esto). Estamos llegando así a una respuesta con fundamento científico-investigativo.

    Los conceptos han evolucionado. De lo anterior se desprende que el género de la poesía no tendría razón de ser si no constituye una forma de comunicación especial. Este acercamiento del que somos testigos entre prosa y poesía y los muchos antecedentes de estudiosos y poetas que se atrevieron a considerar que la poesía era sólo prosa en verso y dispuesta musicalmente (Juan Ramón, al final, entre muchos otros), solo auguraban lo inevitable: o la poesía es prosa de lujo o es una comunicación especial que de por sí es diferente a la prosa. Por supuesto, existen grados de lo que los lingüistas llaman “poeticidad”, y en este sentido muchos estudiosos, más profundamente desde los setentas, han propuesto tablas y sistemas de medición para la poeticidad de un escrito basada en elementos que definen a esta comunicación como poesía y que la diferencian de la prosa. Las medidas, la rima y las formas no aportan a su condición, sino, lo que la define en el ámbito de esa comunicación especial. Sucede, que hay poemas con cuyo lenguaje nos hemos familiarizado tanto que al leerlos, podríamos a la ligera descartarlos bajo esta perspectiva, pero no es así, la raíz poética consiste en esa intención de expresar el alma o el sentimiento, en el lenguaje propio de los mismos, y que devela en palabras su estado ante lo que le afecta, como una pintura abstracta puede mostrar una gran carga de ira, por ejemplo. Otro ejemplo, alguien afectado de dolores punzantes en la cintura, dice al médico: “Siento terribles agujas calientes que me punzan en esta parte donde la espalda deja de ser…”. O podría decir: tengo dolores intermitentes que aumentan la temperatura de esta área sensible de mi cuerpo. Las raíces en ambos casos son diferentes, aunque muy humanas ambas. Podríamos decir que la primera expresión es de raíz metafórica y la segunda de raíz racional. Desde este punto de vista la rima, la medida, la musicalidad, el lenguaje utilizado –aunque la complementan– no hacen que la poesía sea, sino, su origen y la comunicación propia de ese estado emocional o psíquico, que además así son percibidos por el lector. Por supuesto, la calidad de una obra aumenta o disminuye de acuerdo al uso, más o menos acertado, de esos otros elementos. Cito a Bousoño, de “Teoría de la expresión poética”: “La poesía debe darnos la impresión (aunque esa impresión pueda ser engañosa) de que, a través de meras palabras, se nos comunica un conocimiento de muy especial índole: el conocimiento de un contenido psíquico, tal como un contenido psíquico es en la vida real. O sea de un contenido psíquico que en la vida se ofrece como algo individual, como un todo particular, síntesis intuitiva, única, de lo conceptual-sensorial-afectivo.” Volviendo al caso del que visita al médico, en la primera expresión el médico interpreta (no se deja llevar por la literalidad) y entiende la condición desesperante del paciente; pero en el segundo recibe el mensaje de que su paciente es preso de una afección con ciertas características. La poesía, entonces, teniendo ese origen, busca de manera más culta (como lo hace la prosa respecto al lenguaje popular) expresar esa visión y ese estado de ánimo, exponerlo a los demás en un lenguaje culto pero propio de ese estado.
    Propongo algunas citas de destacados lingüistas a consideración:
    En el libro Metáfora y Metonimia, Le Guern, considerando que el acto de hablar es el producto de dos actividades dice: “Dos son las directrices semánticas que pueden engendrar un discurso, pues un tema puede suceder a otro a causa de su mutua semejanza o gracias a su contigüidad. Lo más adecuado sería hablar de desarrollo metafórico para el primer tipo de discurso y desarrollo metonímico para el segundo, dado que la expresión más concisa de cada uno de ellos se contiene en la metáfora y la metonimia respectivamente”. El mismo Le Guern (y otros) considera que (cita del libro dos visiones de Neruda): “por su mecanismo los tropos pueden reducirse a dos categorías: metáfora y metonimia. Cualquier figura no es más que una variante de la metáfora o de la metonimia. En el capítulo que dedica a la sinécdoque demuestra que de los ejemplos tradicionales de las diferentes sinécdoques algunos son metáforas, otros metonimias”. Además el mismo Le Guern, en su libro ya mencionado concluye: “Así, pues, el mecanismo de la metáfora se opone netamente al de la metonimia, debido a que opera sobre la sustancia misma del lenguaje en vez de incidir únicamente sobre la relación entre el lenguaje y la realidad expresada”. Y en la misma obra se puede leer respecto a la metonimia: “…se apoya en una relación lógica o en un aspecto de la experiencia que no modifica la estructura interna del lenguaje”.


    El mecanismo de la metáfora no tiene que ver con el referente: “Lo que hace que podamos utilizar un término en sentido metafórico es la existencia, en su sustancia, de semas que también existen en el término propio. Esos semas comunes al término metafórico y al término propio, son los que provocan la imagen asociada de que hablamos a propósito del nivel figurativo. El mecanismo de la metáfora descansa, pues, sobre el eje paradigmático o de la similitud. Es fácil ahora comprender que la metonimia sea una figura más apta para la función referencial del lenguaje, mientras que la metáfora se presenta como la propia de la función poética.” (de la obra Dos visiones de Neruda). Al respecto R. Jakobson en “La afasia como problema lingüístico”, dice: “Como la poesía se centra en el signo, y la prosa pragmática principalmente en el referente… El principio de la semejanza rige la poesía… La prosa en cambio, se desarrolla ante todo por contigüidad. Por lo tanto, la metáfora en poesía, y la metonimia en prosa, constituyen las líneas de menor resistencia, y a causa de ello el estudio de los tropos poéticos se dedica fundamentalmente a la metáfora”. Esta característica propia de la metáfora, no sólo permite las múltiples interpretaciones , sino que las exige por eso de los semas en el término metafórico y en el término propio. Podemos decir que al lado de la narración literal siempre hay al menos, una narración paralela en lo que a poesía se refiere.
    Por esto, se dice que poesía, básicamente, es una construcción metafórica (en el sentido amplio aquí tratado) y por lo cual es válido decir que el lenguaje metafórico es el propio de este género. Ahora bien, en los análisis que he leído sobre textos supuestamente poéticos, aquellos en los que las metonimias y su lenguaje afín es muy elevado respecto a los recursos metafóricos del mismo se consideran prosa, es decir, escritos de muy baja poeticidad. Y obviamente de forma inversa crece la poeticidad en los escritos con lenguaje metafórico.
    Pero vayamos a un ejemplo específico, en el libro dos visiones de Neruda se concluye ((El texto I se refiere al poema: “Comienzo por invocar a Walt Whitman” de “Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena”. Y el texto II extraído del Canto General es: “González Videla el traidor de Chile”). El libro citado aunque se centra en esos dos poemas, pretende aclarar la controversia que surgió en su momento respecto a que si uno u otro libro eran o no poesía): “En el texto I, tenemos una situación completamente contraria a la fuerza de la metáfora. La precisión de la denotación es muy alta y por tanto la potencia de connotación de la metáfora es muy poca. No es posible establecer una isotopía de la imagen asociada puesto que simplemente no hay imágenes. Así que el nivel figurativo no contribuye en nada a reforzar la isotopía semántica. El hecho de que Nixon, actante que representa al mal, esté nombrado con metonimias más bien debilita esa representación, puesto que si se ha explicado la metonimia como un deslizamiento de la referencia no hay otra imagen que evocar que la del mismo Nixon. Parece, pues, que las figuras cumplen aquí una función de adorno y nada más. Neruda cayó en lo que Le Guern llama ‘intención estética’, la que ‘no lleva, pues, normalmente a la metáfora nueva u original…’ sino que lleva a ‘lo meramente hablado’ de que nos habla Pfeiffer. En el texto II hay una situación inversa. El número de figuras es muy elevado. El número de metonimias es insignificante en proporción al número total de figuras (4.5%). Y, como se dijo a propósito del primer texto, sólo estos dos hechos ya constituyen un índice para ir demostrando la poeticidad de este poema”.
    Por último una cita de Jakobson de “Ensayos de Lingüística general” para afirmar lo dicho de que la poesía es básicamente un lenguaje especial: “…la poeticidad no consiste en añadir una ornamentación retórica al discurso, sino en una revalorización total del discurso y de cualesquiera de sus componentes” y del mismo libro: “La orientación hacia el mensaje como tal, el mensaje por el mensaje, es la función poética del lenguaje”.

    Debo recordar, que estamos hablando de teorías recientes y que han evolucionado desde principios del siglo XX, por lo que (con todo respeto lo digo), vienen a desplazar o transformar conceptos y teorías anteriores, dando una base sólida desde la cual partir en la creación poética.


    Volviendo al tema, quiero enfatizar que el lenguaje metafórico característico de la poesía; y la metáfora limitada a la palabra o frase que se usa por otra y que establece un símil no expresado, también la metáfora continuada que se llama alegoría, no son exactamente lo mismo aunque sí de la misma naturaleza. Por ejemplo pensamos en metáfora cuando decimos: En mi pecho un sol que me quemaba… (Sentía en mi pecho como un sol que me quemaba), y en la opción de usarla como recurso o no usarla. En cambio el lenguaje metafórico como ya se dijo afecta todo el texto poético, lo hace de otra naturaleza regida por el principio de semejanza. Y vuelvo a citar: “…la poeticidad no consiste en añadir una ornamentación retórica al discurso, sino en una revalorización total del discurso y de cualesquiera de sus componentes”. Así lo importante es el mensaje, por ejemplo en: “Te amo mundos catastróficos”. Con cuidado podemos establecer semejanzas: los mundos catastróficos, padecen hambre, padecen guerras, padecen pestes, padecen soledades… Los amores turbulentos, padecen necesidades afectivas, grandes peleas, sentimientos insanos, y soledades. Ahora bien si por ese principio de semejanza se revalora todo el discurso, su naturaleza es diferente a la propia de la prosa (metonimia). En el proceso metonímico hay un “parentesco muy estrecho” (de Metáfora y Metonimia de Le Guern). Por ejemplo en: “La traición se acostaba cada noche a su lado, lo abrazaba, le decía te amo”, encontramos una simple sustitución (no una ravalorización), de “La traición” por “Su mujer”, basada en un parentesco indudable, en este caso, entre traición y mujer. Veamos otro ejemplo de metonimia: “En Costa Rica preside el interés de los más ricos”. Hay una contigüidad real entre los referentes, entre la causa y el efecto. Incide únicamente sobre la relación entre el lenguaje y la realidad expresada, apoyada en una relación lógica que no modifica la estructura interna del lenguaje. De forma distinta el lenguaje metafórico actúa como código porque es un lenguaje especial, creado para comunicar “conocimientos de muy especial índole” (cita de Bousoño). “Opera sobre la sustancia misma del lenguaje”. Este lenguaje connotativo lleva a un campo de significación adjunta.
    Por otra parte es importante mencionar, considerando que algunos relacionan metáfora con absurdo, que ese tipo de metaforización (absurda) es propia del surrealismo puro y de la escritura automática. Aquí se está hablando de una metaforización que establece semejanzas entre el término metafórico y el término propio, es decir, que ambos términos tienen semas comunes, lo que debe ser suficiente para aprehender el mensaje, pero, además, casi siempre el contexto coadyuva.
    Cierro con un ejemplo tomado Wikipedia: “si cierto mensaje denotase «La leche hace bien en todas las edades» y este dicho se acompañara con la imagen de una sonriente anciana saltarina, el eje de oposiciones connotado versaría en torno a la significación de "actividad juvenil" opuesta al "quietismo senescente". El mensaje, por su típica organización funcional significativa, está diciendo: «¡Ha de beber leche usted si quiere mantenerse joven!»

    De todo lo dicho y citado queda claro que la poesía es una forma de comunicación especial, metafórica, cuyo discurso ha sido revalorado por el principio de semejanza. Podríamos agregar –es cuestión de gustos–, que es la forma culta de este tipo de comunicación, aunque no necesariamente, para no excluir las expresiones populares de este arte. Por supuesto, los demás elementos, algunos suman o restan a la calidad y belleza del mensaje y otros permiten ajustar el escrito a una clasificación históricamente aceptada, por ejemplo, verso medido o verso libre.
    Abrazos estimados poetas.
     
    #1
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  2. Gustavo Cavicchia

    Gustavo Cavicchia Gus

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    :). Oh poesía que hermosa es !!
     
    #2
  3. Azalea

    Azalea Invitado

    Muy bueno, muchas gracias por el aporte, poeta Monje. Saludos y abrazo.
     
    #3
  4. Monje Mont

    Monje Mont Poeta reconocido en el portal

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    Muchas gracias Azalea y Gustavo por leer y comentar. Espero que el escrito aporte algo a lo que ya saben. Un abrazo.

    Resumen.
    Entre otras cosas importantes que le dan fundamento científico a la perspectiva de los lingüistas, lo primordial es captar que la prosa se rige por el principio de contigüidad y que el lenguaje que utiliza este principio es básicamente metonímico (podemos interpretar en ella en base a la literalidad). Por otra parte que la poesía se rige por el principio de semejanza, esto quiere decir que aplica una revalorización del texto de tal manera que lo que se quiere decir no está en la literalidad (lectura literal), sino en lo que se puede interpretar del lenguaje metafórico que utiliza (que además incluye todos lo tropos y los símbolos). De esta manera hay dos narraciones paralelas (y más): la literal en primer lugar, luego el mensaje que en realidad quiere transmitir el poeta con el instrumento de su lenguaje poético (poesía), pero también la interpretación de cada lector que interpone sus propios sentimientos y experiencias para acercarse al texto. Así el grado de poeticidad de un escrito depende del uso de este principio de semejanza (la calidad requiere de más elementos). Ahora bien, si la metaforización del texto es correcta, entonces es susceptible de una traducción literal (por aquello de los semas comunes entre los elementos metafóricos y los propios (los literales). Por ejemplo si el poeta dice: "tus labios pétalos de rosa" (lugar común, millones de veces utilizado), tenemos la literalidad o contigüidad, que no puede ser real en este caso porque no existen labios de pétalos de rosa, luego la interpretación basada en los semas comunes: los pétalos de rosa son rojos (lo asumimos), son frescos o turgentes porque ni modo que sean rosas marchitas, y son suaves, por lo tanto el mensaje del poeta es que esa mujer tiene unos labios de lujo. Otro ejemplo un poquitín menos común: "en mis ojos tus botones de rosa se abrieron, los rojos de tus labios, los blancos de tu pecho, los rosa de tu pubis y los azules de tus ojos". Interpretamos que como lo ojos son para ver, él autor la vio hacerse mujer y que además se desnudó ante sus ojos ofreciéndole pasión (rojo), virginales sentimientos (blanco), sexo inocente y juvenil (rosa) y el cielo de unos ojos azules. Sin embargo, esta metaforización ha sido tan usada, que no agrega calidad a un texto y mucho menos originalidad, por lo que la metáforización novedosa debe ser la búsqueda continua del poeta. Por eso embellecer el texto, dotarlo de originalidad alejándose del lugar común, darle un buen ritmo (que es diferentes en clásica que en libre) y darle esos retoques personales que conforman la voz propia, constituyen el camino de ascenso del poeta. Bienaventurados los que lo logran. Espero que nos compartan sus secretos. Un abrazo.
     
    #4
  5. Gustavo Cavicchia

    Gustavo Cavicchia Gus

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    Pero ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar, mirar, mirarlas, mirarle, y nada más. Comprenderás que un poeta no puede decir nada de la Poesía. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía.

    Aquí está; mira. Yo tengo el fuego en mis manos. Yo lo entiendo y trabajo con él perfectamente, pero no puedo hablar de él sin literatura. Yo comprendo todas las poéticas; podría hablar de ellas si no cambiara de opinión cada cinco minutos. No sé. Puede que algún día me guste la poesía mala muchísimo, como me gusta (nos gusta) hoy la música mala con locura. Quemaré el Partenón por la noche, para empezar a levantarlo por la mañana y no terminarlo nunca.

    En mis conferencias he hablado a veces de la Poesía, pero de lo único que no puedo hablar es de mi poesía. Y no porque sea un inconsciente de lo que hago. Al contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios, o del demonio, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema.

    Federico García Lorca
     
    #5
    Última modificación: 1 de Marzo de 2021
  6. Monje Mont

    Monje Mont Poeta reconocido en el portal

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    Muchas gracias amigo por participar. Pues, en parte es lo que digo, los poetas que hagan poesía y los especialistas en la lengua que nos expliquen qué es poesía, qué es prosa, qué es correcto y qué no...
    Al final, cada uno va sobre su camino, cada poeta en pos de sus estrellas... Pero, no se debe ignorar los mapas del astrónomo.
    Un abrazo, amigo Gus, que estés bien.
     
    #6
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  7. Gustavo Cavicchia

    Gustavo Cavicchia Gus

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    Así es mi amigo.

    Que el verso sea como una llave

    Que abra mil puertas.

    Una hoja cae; algo pasa volando;

    Cuanto miren los ojos creado sea,

    Y el alma del oyente quede temblando.

    Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;

    El adjetivo, cuando no da vida, mata,

    Estamos en el ciclo de los nervios,

    El músculo cuelga,

    Como recuerdo, en los museos;

    Mas no por eso tenemos menos fuerza:

    El vigor verdadero

    Reside en la cabeza.

    Por qué catáis la rosa, ¡oh, Poetas!

    Hacedla florecer en el poema;

    Sólo para nosotros

    Viven todas las cosas bajo el Sol.

    El Poeta es un pequeño Dios.

    Huidobro :cool:.
     
    #7

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