¿Qué piensas?

Escribiré como lo hizo aquel poeta:
No tengo nada bueno que decir,
Solo hay algo que me atormenta,
No poder decir lo que siento,
Porque no hay alguien a quien le interesa.

Si río, si lloro. si canto, si duermo, si sueño,
Son solo cosas que me acomplejan,
Querer a alguien desde hace tanto tiempo,
Sin que se diera cuenta,
Ha hecho de mí, vivir como una niña risueña.
Que el día que te toca lidiar con la realidad,
Solo estás expuesta,
Que te partan el corazón,
Sin que haya quien lo remienda.

Tener una buena amistad,
Con quien hablar,
Que no tenga fronteras.
Era lo único que tenía,
Mientras en mi cabeza,
No dejaba de rondar la idea
¿Qué es lo qué piensas?
Tomé la iniciativa y te dije lo que sentía,
Pero solo dijiste: gracias por ser sincera.

Ahora tendré que lidiar
Con esta gran vergüenza,
Que se apodera de mí y de mi cabeza,
¿Por qué dije eso? si no le interesa
Y en una tarde triste
Me enteré sin anestesia,
Que él conmigo ya no sueña.

Respiraré tan profundo,
Hasta que ya no tenga fuerza
Y dejaré esta historia hasta aquí,
Si mi corazón me deja,
No tengo nada más que escribir
Con mi puño y letra,
Y trataré de ser feliz,
Mientras se pueda. . .

 

Muy bien.
Estás sana, mentalmente.
Y de los dientes, también. Supongo.
O del cuerpo humano que eres tú, físicamente hablando.
El alma que eres, psicológicamente hablando, parece que te transmite buenos conceptos.

 

Tu poema es muy bueno y me a interesado seguir encontrandote y leer tus versos, un placer pasar y disfrutar de tu poesia, un abrazo afectuoso, saludos poeta.

 

Todavía no he encontrado a nadie que sepa cómo comportarse correctamente frente a quien le declara su amor cuando el sentimiento no es correspondido. Ni siquiera sé qué sería lo correcto. Sospecho que no hay solución, que el enamorado, o la enamorada, tarde o temprano tiene que enfrentar la dura realidad de que la otra persona simplemente no siente, ni sentirá lo que tanto desea.

Quiero creer que habría espacio para la compasión, pero no entendida como sentir lástima, sino compasión de ponerte en el lugar de la otra persona y tratar de comprenderla, de valorarla.

Borra eso de que no tienes nada bueno que decir y lo de la vergüenza. No es verdad, no dejes que nadie, ni tú misma, te haga creer eso.