Querida alma hermana

Querida alma hermana:

Me ha llegado la queja de desaliento que has lanzado al universo, el viento la ha recogido y me la han traído sus mensajeros.

No te conozco, no sé qué te ocupa ni qué te preocupa, ¿qué podría decirte?, no sé, solamente sé que quisiera ayudarte. Y mira, justamente hoy que empiezo tu carta me ha venido a las manos un texto angélico que dice así: "Escribe lo que te diría Dios en un momento de dolor o pérdida. No dejes de escribir hasta que el sonido sagrado de los latidos de tu corazón entre en sintonía con el alto coro de los ángeles cantores. Mantente contigo y con tu dolor hasta que tu alma salga a flote en el agua de la vida, Dios bendice tus fracasos y tus pérdias; mira todo lo que te han aportado".
¿Crees en las casualidades?. Yo no.

Me viene a la memoria el verso que Tagore regaló a las almas dolientes, lo guardo para mis días de lluvia y siempre hace salir el sol para mí: "No llores porque no puedes ver el sol, no sea que tus lágrimas te impidan ver las estrellas".

Recuerda, las estrellas son soles lejanos, quizás no sientas su calor pero te llegará su luz y ¡se parece tanto a la luz de la luna!. Y si las estrellas del cielo te parecen demasiado lejanas, entonces mira tus ojos, ¿no ves que son las estrellas que te regaló el universo?. Deja que su luz te alumbre, deja que su belleza te llegue al alma y pregúntale a ella dónde está tu universo, ella lo sabe y te abrirá sus puertas pues, creeme, tu universo existe, está en tí y a tu alrededor, y si ahora no lo ves ¿no será porque lo buscas con ojos ajenos que no son los tuyos?. Por propia experiencia sé que que cuando se ha tocado fondo es inevitable subir, es una ley universal que a todos nos incluye. Ánimo pues, arriba. ¡Feliz ascenso!.

Recibe mi cariño y toda mi comprensión.

Con todo mi corazón,

 

Esperenzadoras y espirituales palabras. Mis estrellas.

 

gracias amigo Vicent por leer mi pequeño escrito. Celebro que lo hayas disfrutado. Bienvenido.