Querida Lorena…

8 de septiembre de 2015



Querida Lorena…

Durante mis delirios de madrugada, atormentado por el ansia de capturarte y transformarte en arte, me di cuenta que sería tan sencillo describir tu belleza terrenal, siempre tan deslumbrante asemejando un cometa siempre bello y preciso… dándole particularidad a un cielo estrellado.

Pero me veré osado al atreverme a describir ese cielo que pinta tu mirada puesto que la intensidad de su belleza va más allá del entendimiento, arrastrándome a un lugar tan remoto y com plicado que muchos confundimos con sueños; pero yo lo llamaría paraíso.

Ahora dejare que la dulce melodía de tu voz rebote en mi cabeza, adormeciendo mis razones dando a flote mis emociones, abriendo ese portal donde sin temor creas mundos de colores cuando sin imaginar que ya en tantas ocasiones tus sonrisas se han vuelto el motivo de mis de esas mañanas con sabor a miel.Por ello emprendo esta odisea, que a pesar de ser llamado loco, dispuesto a la muerte con tal de llevar el estandarte en alto de tan magistral obra de arte.

Pero, ¡qué magia la que oculta esa sonrisa que hace perder la noción entre los sueños y la locura!, pareciendo que el sol ha dejado su brillo en ella despertando esperanzas de un mundo sin preocupaciones, donde solo cabes tú y la sencillez de estirar esos suaves labios rosas dándole un respiro a mi alma, con la promesa de un cielo que alcanzaría con uno de tus besos.

Pero la envidia atrapó a este astro, de ahí viene la intervención de la luna en tan dichosa creación que por sonrisa llevas, decidiendo plasmar en esa curva la sensualidad de la noche, desatando un mar de pasión y arrebatos de locura por apropiarse de ellos; aun más parece ser que ella retrató uno de sus besos en forma de estrella brillante por debajo de ese labio inferior y solamente Dios sabe, cuántas guerras sería capaz de librar por adueñarme de tan inalcanzable deseo.

De repente, me di cuenta que en esas blancas mejillas, parece ser que los ángeles pintaron un dulce color rosa con la tinta de sus labios, llevándolos a una incomprensible singularidad. Atrevidamente hay días en que son abrazados delicadamente por ese cabello oscuro como las noches del invierno, donde solo espero que el calor de tu nombre me mantenga con vida en espera de esa primavera en donde pueda retratar tu inigualable belleza en el lienzo de mi pupila y largo como el tiempo en que permaneces en mí, ese que parece nunca terminar; desembocando en madrugadas de sonrisas, bañadas en el placer de verte retratada en mi cabeza, caminando por el parque de mi mente, con tu despistado andar tan radiante que hacer parece que te robas el brillo del mi mundo.

Y no me quedo sin palabras para describirte, dado que si tu permiso tuviera, escribiría un poema de cada parte que conforma tu cuerpo que para mi temple se ha vuelto un arte y me atrevería a escribir una historia en cada centímetro de tu piel.

Ni mucho menos tu belleza deja de alimentar mi fuente de inspiración ya que si por culpa de esta fuera, el tiempo empezaría a temer, sin embargo es imperante crear incertidumbre en espera de ese viento que me deje acariciar tus días con la osadía de mis letras.