Quien es ella?

Corrí rápidamente, lo más rápido que pude. Intente alcanzarla pero mis piernas y mi respiración me fueron traicionando. Perdía fuerza, ya no me salía la voz.
Y te vi partir.
No pude gritar ni una sola palabra, no pude lanzarme a tus brazos, no pude llegar a ti.
Me quede aquí, me quede sin ti.
Derrotado y sin destino deambule por la ciudad, buscando encontrar algo. Algo que haya quedado de ti, quizás algún pedacito en algún lugar. No encontré nada y mas derrotado aun seguí caminando, ya sin saber si quiera lo que estaba buscando.
¿Era acaso mi cuerpo un fracaso? Odiaba mis piernas por ser tan lentas. Odiaba mi voz por no obedecerme Le grite que gritara y no lo hizo. Les pedí que corrieran y no lo hicieron. Le pedí a ella que me esperara y no lo hizo. Mas derrotas acumulativas que siembran la desesperanza en este corazón, que esta agitado de tanto correr.
Y sentí escuchar una voz conocida, no tanto como para distinguirla pero era conocida. Quisiera que fuese su voz…


-¿Hacia donde te diriges? O ¿no tienes dirección? (voz)
- a donde me lleve la derrota… pero quizás estas malditas piernas tampoco quieran ir hacia allá.
- la derrota te llevara a tu casa o al lugar donde te sientas más cómodo, como en tu casa.
- No lo se, no me interesa saber tampoco… ¿y quien sos vos para hablar tan libremente conmigo?
- Alguien libre?
- Ja j aja ja …
- ¿Quién se fue?
- Ella.
- ¿Quién es ella?
- No lo se, no llegue a saberlo. Solo se que se fue y no quería que lo hiciera. Pero la corrí, no la alcance pero corrí una maratón!
- Bueno, un gusto. Espero que sepas quien es ella.


Ese hombre me dejo pensando. De verdad no sabía quien era ella. Mi vida en este momento parece un capitulo de telenovela mexicana donde la hermana de la madre de pedro, te descubre. Pero ¿Quién era la hermana de la madre de pedro? Y ¿Qué descubrió?
Interrumpí mi soliloquio por un momento. No me quedaban cigarrillos y eso no puede suceder. El quiosco más cercano es puesto de combustible y no es tan cercano. A demás casi nunca tienen cigarrillos y hoy no estoy para probar suerte. Pero no queda mas remedio que ir, después de todo es mi derrota la que me lleva allá.
Si lo sabia ¿para que fui? No tenían y la noche parece atraparme. Pienso desesperadamente, como piensa cualquier adicto en busca de su droga. Un amigo, un vecino, alguien con vehículo… un supermercado, un ómnibus. Algo que me de cigarrillos.
Por un momento me olvide de ella y su pronta partida. Solo por un momento.
Pegue del bolsillo el atado de cigarros y mientras miraba con desesperación al ultimo cigarrillo, la recordé. Y con ella a mis lentas y traicioneras piernas. Pero una idea vino a mí, el locutorio de la vuelta de la casa de mi primo, al que nunca visito por que es insoportable, venden puchos. Ese era mi destino. Eso era lo que tenía que buscar. Eso y algo mas, que no logro descifrar.


- Un lucky convertible de 20, por favor.
- 25,50…
- Tome.
- Gracias, buena noches.