Quince años de odio

Que frágil es el hombre que se derrumba fácil, quejándose antes que moviéndose,
maldiciendo su propio existir y ser, ¡despreciándose! que débiles hechos de carne,
juzgando sin juzgarse, hablando sin antes parar a pensar ¡y yo lo se!
como le dijo el sabio al necio ¨por cada palabra un minuto de silencio¨
y me consume como todos esos carcas articulan palabras baratas ¡y yo lo se!
que se creen algo sin ser nada y superiores, sin siquiera superarme,
lee bien antes de siquiera contestarme, veras qué no es arrogancia,
prepotencia o una falta de respeto, rectificar es de linces
retractarse es de pendejos ¡y que me maten entonces! pero quedará en sus mentes
como la hierva mala, esta daga llamada verdad que quiero clavar en sus caras,
así sabrán esos que tanto dicen que nunca se enfadan, que se contradicen
cuando de eso mismo hablan, ya que la inferioridad hurga en las llagas.
¡MALDITA SEA LA VERDAD QUE NECESITA SER DEFENDIDA
EL QUE YA TIENE LA RESPUESTA LA ARRASTRA JUNTO A SU PROPIA VIDA!
y cuando algunos ya eran hombres yo ni siquiera nacía, pero compadre
ahora solo puedo sonreír, aun así esos señores hoy no tienen nada que decir.
Y ahora solo puedo sonreír y sonreír y morir en cada parrafada,
no se llama rabia a la voraz gana de explotar, como tampoco
se le llama veterano al que solo supo esperar méritos y medallas,
y me revienta por dentro la frustración que no puede ser calmada
aun así por cada obstáculo precede una obra de arte plasmada,
por mí que persigan sus propios rabos, haciendo círculos en cuadrados,
porqué siendo claro, mucho tendrán que pensar para darse cuenta
de que a pesar de mi edad no lograrán lo que yo he logrado.
Y el tiempo es muerte, el destino incierto, pero en mi mano aun
queda el alcanzar lo que a muchos se les ha distanciado...

Saludos a todos y gracias por la lectura, prosa creada a raíz de que algunas personas
adultas por el hecho de serlo o por el hecho de que tengo quince años se dan y
creen superiores.