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Ramos Sucre, un Poeta fuera de serie

Tema en 'Biblioteca de Poetas consagrados en verso libre' comenzado por Mas Nibor, 30 de Enero de 2018. Respuestas: 2 | Visitas: 1329

  1. Mas Nibor

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    José Antonio Ramos Sucre (Cumaná, 9 de junio de 1890 - Ginebra, 13 de junio de 1930)

    Bautizado como José Antonio Primo Feliciano Ramos Sucre, el eximio poeta adviene al mundo en Cumaná, capital del estado Sucre de Venezuela. Fue el mayor de 6 hijos (Trina, Miguel, Luis, Lorenzo y Carmen) del matrimonio de Jerónimo Ramos Martínez y Rita Sucre Mora (sobrina nieta del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre), desde niño descuella por su extraordinario talento. Cuando contaba con apenas diez años de edad (1900), su tío paterno, padrino y tocayo, el presbítero José Antonio Ramos Martínez, hombre de gran erudición y consumado latinista, cae en cuenta de las singulares virtudes de José Antonio, decide hacerse cargo de él y se lo lleva para Carúpano para brindarle una esmerada educación, lo inscribe en el Colegio Santa Rosa, fundado por José Jesús Martínez Mata, y lo inicia en los estudios de idiomas y de literatura, el discípulo junto con llegar a Carúpano es cautivado por la estupenda biblioteca del tío que él heredaría, se aficiona más aún a la lectura, devora los clásicos y prosigue los estudios de griego antiguo, latín, francés e inglés. En 1902, muere su padre y en 1903 el tío y tutor, así, debe regresar a Cumaná.

    Comienza a dar clases a los catorce años, en 1904, como asistente, en las clases de latín, del director del Colegio Nacional de Cumaná (José Silverio González Valera), donde estudió y conoció a su amigo el poeta del martirio, Cruz Salmerón Acosta. Empieza a estudiar alemán. En 1910 se graduó de Bachiller en Filosofía. En 1911 se marcha a Caracas, a cursar estudios de derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV), los inicia en 1912. Pero, la UCV fue cerrada en 1913, el poeta continúa por cuenta propia los estudios de derecho. En 1914 es nombrado Oficial de la Dirección de Derecho Público Exterior de la Cancillería, de los Estados Unidos de Venezuela, donde se desempeña como traductor e intérprete. En 1916 al ser reabierta la UCV, en apenas tres semestres, rinde los exámenes de tres años de derecho y se gradúa en 1917, con brillantes calificaciones. Comienza a estudiar danés, sueco y portugués.

    En 1918 es designado Juez Accidental de Primera Instancia en lo Civil, dicta una sentencia que creará jurisprudencia. En Caracas dio clases de griego, latín, Historia y Geografía, en el Colegio San Pablo y en el Liceo Caracas, hoy Liceo Andrés Bello, Rómulo Gallegos, autor de Doña Bárbara, era el director del liceo y tuvo como alumno al gran poeta venezolano Carlos Augusto León, quien escribió el primer trabajo biográfico de su virtuoso profesor, Las piedras mágicas. El poeta también dio clases en la Escuela Militar y en la Escuela Nacional de Maestros. Estuvo preso por unos días, en tiempos de la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez, se dice que por dar unas opiniones acerca del la creación de un ejército nacional en la academia militar, era presidente el general Juan Vicente Gómez. En 1921 aparece su primer libro, Trizas de papel y dos años después publica el ensayo Sobre las huellas de Humboldt. En 1925 recibe el título de Doctor en Ciencias políticas, publica La torre de Timón, donde incluye Trizas de papel y Sobre las huellas de Humboldt. En 1927 es condecorado con la máxima distinción de Venezuela; la Orden del Libertador. En 1929 lo designan Cónsul General de Venezuela en Ginebra. Ese mismo año aparecen simultáneamente sus dos últimos libros: El cielo de esmalte y Las formas del fuego. El 1 de diciembre parte para Europa. El 9 de junio de 1930, el egregio poeta cumple 40 años y el 13 de ese mes, aciagamente se nos va a causa de una intoxicación que le produjo la ingesta de una sobredosis de veronal que tomó para combatir un insomnio pertinaz que desde pequeño lo acompañó.


    Seis poemas de José Antonio Ramos Sucre


    EL PROTERVO

    Nosotros constituíamos una amenaza efectiva.

    Los clérigos nos designaban por medio de circunloquios al elevar sus preces, durante el oficio divino.

    Decidimos asaltar la casa de un magistrado venerable, para convencerlo de nuestra actividad y de la ineficacia de sus decretos y pregones.

    Esperaba intimidarnos al doblar el número de sus espías y de sus alguaciles y al lisonjearlos con la promesa de una recompensa abundante.

    Ejecutamos el proyecto sigilosamente y con determinación y nos llevamos la mujer del juez incorruptible.

    El más joven de los compañeros perdió su máscara en medio de la ocurrencia y vino a ser reconocido y preso.

    Permaneció mudo al sufrir los martirios inventados por los ministros de la justicia y no lanzó una queja cuando el borceguí le trituró un pie. Murió dando topetadas al muro del calabozo de piso hundido y de techo bajo y de plomo.

    Gané la mujer del jurista al distribuirse el botín, el día siguiente, por medio de la suerte. Su lozanía aumentaba el solaz de mi vivienda rústica. Sus cortos años la separaban de un marido reumático y tosigoso.

    Un compañero, enemigo de mi fortuna, se permitió tratarla con avilantez. Trabamos una lucha a muerte y lo dejé estirado de un trastazo en la cabeza. Los demás permanecieron en silencio, aconsejados del escarmiento.

    La mujer no pudo sobrellevar la compañía de un perdido y murió de vergüenza y de pesadumbre al cabo de dos años, dejándome una niña recién nacida.

    Yo la abandoné en poder de unas criadas de mi confianza, gente disoluta y cruel, y volví a mis aventuras cuando la mano del verdugo había diezmado la caterva de mis fieles.

    Muchos seguían pendientes de su horca, deshaciéndose a la intemperie, en un arrabal escandaloso.

    Al verme solo, he decidido esperar en mi refugio la aparición de nuevos adeptos, salidos de entre los pobres.

    Dirijo a la práctica del mal, en medio de mis años, una voluntad ilesa.

    Las criadas nefarias han dementado a mi hija por medio de sugestiones y de ejemplos funestos. Yo la he encerrado en una estancia segura y sin entrada, salvo un postigo para el paso de escasas viandas una vez al día.

    Yo me asomo a verla ocasionalmente y mis sarcasmos restablecen su llanto y alientan su desesperación.


    EL RESFRÍO

    He leído en mi niñez las memorias de una artista del violoncelo, fallecida lejos de su patria, en el sitio más frío del orbe. He visto la imagen del sepulcro en un libro de estampas. Una verja de hierro defiende el hacinamiento de piedras y la cruz bizantina. Una ráfaga atolondrada vierte la lluvia en la soledad.

    La heroína reposa de un galope consecutivo, espanto del zorro vil. El caballo estuvo a punto de perecer en los lazos flexibles de un bosque, en el lodo inerte.

    La artista arrojó desde su caballo al sórdido río de China un vaso de marfil, sujeto por medio de un fiador, e ingirió el principio del cólera en la linfa torpe. Allí mismo cautivó y consumió unos peces de sabor terrizo. La heroína usaba de modo preferente el marfil eximio, la materia del olifante de Roldán.

    Un sol de azufre viajaba a ras del suelo en la atmósfera de un arenal lejano y un soplo agudo, mensajero de la oscuridad invisible, esparció una sombra de terror en el cauce inmenso.


    EL TESORO DE LA FUENTE CEGADA

    Yo vivía en un país intransitable, desolado por la venganza divina. El suelo, obra de cataclismos olvidados, se dividía en precipicios y montañas, eslabones diseminados al azar. Habían perecido los antiguos moradores, nación desalmada y cruda.

    Un sol amarillo iluminaba aquel país de bosques cenicientos, de sombras hipnóticas, de ecos ilusorios.

    Yo ocupaba un edificio milenario, festonado por la maleza espontánea, ejemplar de una arquitectura de cíclopes, ignaros del hierro.

    La fuga de los alces huraños alarmaba las selvas sin aves.

    Tú sucumbías a la memoria del mar nativo y sus alciones. Imaginabas superar con gemidos y plegarias la fatalidad de aquel destierro, y ocupabas algún intervalo de consolación musitando cantinelas borradas de tu memoria atribulada.

    El temporal desordenaba tu cabellera, aumento de una figura macilenta, y su cortejo de relámpagos sobresaltaba tus ojos de violeta.

    El pesar apagó tu voz, sumiéndote en un sopor inerte. Yo depuse tu cuerpo yacente en el regazo de una fuente cegada, esperando tu despertamiento después de un ciclo expiatorio.

    Pude salvar entonces la frontera del país maléfico, y escapé navegando un mar extremo en un bajel desierto, orientado por una luz incólume.


    EL EPISODIO DEL NOSTÁLGICO

    Siento, asomado a la ventana, la imagen asidua de la patria.

    La nieve esmalta la ciudad extranjera.

    La luna prende un fanal en el tope de cada torre.

    Las aves procelarias descansan del océano, vestidas de edredón.

    Protejo, desde ayer, a la huérfana del caballero taciturno, de origen ignorado.

    Refiere sobresaltos y peligros, fugas improvisas sobre caballos asustados y en barcos náufragos. Añade observaciones singulares, indicio de una inteligencia acelerada por la calamidad.

    Duda si era su padre el caballero difunto.

    Nunca lo vio sonreír.

    Sacaba, a veces, un medallón vacío.

    Miraba ansiosamente el reloj de hechura antigua, de campanada puntual.

    Nadie consigue entender el mecanismo

    He espantado, de su seno, las mariposas negras del presagio.


    TRANCE

    He soñado con la beldad rubia. Miro su despejo y siento su voz.

    Inicia con razones elegantes una conversación de motivo lisonjero.

    Yo estoy prosternado. Quiero oprimir entre mis manos su diestra delgada y perezosa.

    Expone en el lenguaje selecto un suceso de siglos ilustres. Refiere las cuitas de un trovador desengañado.

    Yo espío los rasgos de su faz iluminada.

    Añade comentarios de crítica afilada y suspicaz, y yo asiento con mudez inescrutable.


    EDAD DE PLATA

    Yo vivía retirado en el campo desde el fenecimiento de mi juventud. Lucrecio me había aficionado al trato de la naturaleza imparcial. Yo había concebido la resolución de salir voluntariamente de la vida al notar los síntomas del tedio, al sentir las trabas y cadenas de la vejez. Yo habría perecido cerca de la fuente del río oscuro y un sollozo habría animado los sauces invariables. Mi cisne enlutado, símbolo y memoria de un eclipse, habría vuelto a su mundo salvaje.

    Había dejado de visitar la ciudad vecina en donde nací. Me lastimaba la imagen continua de su decadencia y me consolaba el recuerdo de haber combatido por su soberanía.

    Mis nacionales ejercitaban sentimientos afectuosos en medio de la infelicidad y me llamaron del retiro a participar en un duelo general. Rodeaban la familia de una doncella muerta en la mañana de sus bodas.

    Yo asistí a las exequias y dibujé el movimiento circular de una danza en la superficie del ataúd incorruptible. Meleagro, el mismo de la Antología, escribió a mi ruego un solo verso en donde intentaba reconciliar al Destino.


    Un comentario de interés:


    «Para abordar y hacer más directa y rápida su visión del mundo, Ramos Sucre ha eliminado de casi todos sus textos, excepto en los primeros, la partícula que, en sus distintas funciones gramaticales y, sin duda, ha logrado con ello un lenguaje más intenso, más cerrado y de mayor perfección formal». (Francisco Pérez Perdomo. Introducción. Antología poética de José Antonio Ramos Sucre. 1998).


    Fuentes documentales:

    José Antonio Ramos Sucre, Antología Poética, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1998. Venezuela.

    José Antonio Ramos Sucre, Obra Completa:
    http://www.biblioteca.org.ar/libros/211688.pdf.

    http://eglycolinamarinprimera.blogspot.com/2015/06/jose-antonio-ramos-sucre.html

    http://venezuelaehistoria.blogspot.com/2016/06/jose-antonio-primo-feliciano-ramos-sucre_13.html

    http://www.udo.edu.ve/ramossucre/biografia.htm

    http://www.cervantesvirtual.com/portales/jose_antonio_ramos_sucre/su_obra_origenes/

    http://prodavinci.com/blogs/ramos-sucre-el-tio-poliglota-por-arturo-almandoz-marte/

    http://www.cervantesvirtual.com/obr...l/ca8effa7-38cc-46ca-9929-2e2d8c5f63da_3.html

    https://ramosucreana.com/2007/06/13/ramos-sucre-muertes-y-correspondencias-ignoradas/

    https://www.google.co.ve/search?ei=....1.64.psy-ab..5.2.2910...0i67k1.0.k07a6d71I5c.
     
    #1
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  2. malco

    malco Moderador foro Tensones.Miembro del Jurado Miembro del Equipo Moderadores Miembro del JURADO DE LA MUSA Equipo Revista "Eco y latido"

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    Interesante síntesis de la biografía de R. Sucre y copiosa información de enlaces, un abrazo poeta.
     
    #2
  3. Mas Nibor

    Mas Nibor Poeta recién llegado

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    "Interesante síntesis de la biografía de R. Sucre y copiosa información de enlaces, un abrazo poeta".

    Gracias Manuel, no sé si digo bien, si no; perdóname, pero la semblanza, del egregio Ramos Sucre, desarrollada en una cuartilla, es nada para ese genio del saber y de la creación. Desde siempre he considerado que el oficio poético es el arte más completo que pueda haber, a la sazón, alguna vez dije que…: Amo la Poesía porque es el reino de la Palabra y a la Palabra, porque es madre de la humanidad.

    Desde que leí al Bardo cumanés más grande, al Vate venezolano más extraordinario, a ese Poeta, JARS, fuera de serie, definitivamente comprendí que esa ars es la suprema de todas, si lo he dicho bien. Y que para ser un oficiante de la poíēsis…, no se puede ser menos. Crear es cosa demasiado seria, me declaro incompetente para ejercer tan difícil oficio, el más difícil, lo digo porque usted, Poeta Manuel, me llama así; poeta… ¿yo?, ni recién llegado, qué más quisiera, qué más… que no puedo decir más. Gracias, don Manuel, sus versos por delante, estimado Poeta.

    MN
     
    #3

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