Realidad consciente.

Soy lo que representa el fin de una vida y a la vez el comienzo de un ciclo infinito, mi amor es infinito al igual que mi odio, soy vida estando muerto, soy el caos que acecha en tiempos de calma, soy la esperanza de los abatidos, soy lágrimas en ojos inocentes y soy la navaja en mano del asesino.

Me mantengo firme en un mundo miserable rodeado por maravillas explotadas por la avaricia y amamantadas por el fruto de sus tierras.

Capaz de crear y destruir, de ingenio e ingenuidad, de amor y odio, de cuidar y abandonar... Busco ampararme en fantasías, reimaginaciones de hechos mal vividos, amargas memorias de odio y rabia.

Quiero perderme en el seno de mi amada, ahogarme en los ríos que supura su cuerpo, tentar en la obscuridad, encontrar su carne y unirnos en el lujurioso acto de amar.

Cuarenta años en el infierno, deje parte de mi ser atrás, discutiendo con excusas de tu miserable existencia, el despojo que quedó de lo que alguna vez fuimos se marchitó y lo abandoné así como lo hice con tu lamentable ser.

No quiero volver a ahogar mis pulmones con humo para poder mantenerme consciente, sólo quiero estar con ella hasta que esos mismo pulmones colapsen después de exhalar una última vez.

Sergio Loperena.

 

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Te sugiero corregir la conjugación del verbo acechar.