Reescribiendo la historia - parte I : Lucifer

En el principio solo existía Dios, era el único, su poder era infinito, o eso creía, pero estaba solo, la soledad lo amargaba, así que decidió crear un ser de inteligencia superior con el que poder conversar a placer cuando quisiera, y creo a Luzbel, se esmeró en su creación dotándole de gran inteligencia y belleza, y de la resistencia física adecuada para poder estar con él. Un día Luzbel después de muchas conversaciones con Dios, hizo una pregunta que confundió a Dios: “Supremo, me encuentro solo, cuando hablo contigo estoy bien, pero cuando no, mi corazón se estremece, ¿no podrías crear más seres como yo para poder estar con ellos cuando no quieras hablar conmigo?”, la pregunta trastornó ha Dios tanto que pidió ha Luzbel que le dejase a solas para pensárselo. Tras mucho pensar decidió que Luzbel tenía razón y decidió otorgarle su petición, para ello creó una ciudad, la más bella jamás vista, la Ciudad Blanca, ahí es donde residirían todas sus creaciones, hacia mucho que no hacia nada, así que decidió crear varios, como él los denomino, coros, primero creo a los arcángeles, seres idénticos a Luzbel, los más importantes fueron: Gabriel, Miguel, Uriel, Samuel, Rafael, Zadquiel y Jofiel. Gabriel, Miguel y Uriel fueron preparados para dirigir ciertos coros de ángeles. El resto de coros fueron:

Serafines, cuya única labor es alabar a Dios y sus virtudes en todo momento.
Querubines, seres de extremada inteligencia dirigidos por Gabriel, son lo que se podría denominar el departamento de inteligencia de la Ciudad Blanca.
Tronos, seres ciegos de gran palidez que sujetan a Dios para que no toque el suelo y para reflejar la luz de él, dándole así mayor grandiosidad.
Dominaciones, dirigidos por Rafael, son la sanación, extirpan lo malo para dejar solo lo bueno.
Virtudes, son pura energía, sin ellos la Ciudad Blanca no podría sustentarse.
Poderes y Potestades, el brazo fuerte de la Ciudad Blanca, dirigidos por Miguel, son los soldados de Dios.
Principados, dirigidos por Uriel, son los encargados de que todo este en su sitio y nada se salga de su camino preestablecido.

Dios disfruto creando a los ángeles, pero su afán de superación era insaciable, quería crear un ser menos fuerte e inteligente que los ángeles, un ser al que observar y disfrutar haciéndolo, así que congrego a los arcángeles y les propuso la creación de un ser inferior, todos decidieron que la idea era buena y que así disfrutarían ellos también.

Luzbel descubrió que la creación de Dios no era un ser inferior simplemente, era un ser desvalido, falto de inteligencia e inadaptado al medio, todo el día estaban llorando y gritando, el sufrimiento de estos seres era doloroso para él, Dios creo un ser inmortal al que le faltaba el cariño de su creador, ese cariño que ellos, los ángeles, habían tenido. Luzbel empezó a apreciarles y a quererles como nunca habría imaginado, en un ataque de rabia descendió de la Ciudad Blanca y empezó ha enseñarles a mostrarles las virtudes de que se les había dotado, los hombres adoraban a Luzbel como a un dios, era su iluminación, su guía en la obscuridad.

Todo empezaba a irles bien a los humanos, ya no parecían animales desvalidos, hablaban con Luzbel y le comentaban sobre todo aquello que les había ocurrido durante el día. Dios después de mucho tiempo, miró a los humanos y vio que no eran las mismas mascotas que el había creado, Así que llamó a Gabriel y le pregunto sobre la evolución de los humanos, al oír las palabras de Gabriel, Dios entro en cólera y mando llamar a Luzbel, y el acudió presto, como siempre, a la llamada de Dios, sin saber lo que iba a ocurrir. Cuando llego vio el rostro torcido de Dios y sufrió, pregunto:

- Dios que es lo que hace que tu semblante no sea la calma de siempre.
- Tú, Luzbel.
- ¿Yo? pero que he podido hacer yo para que estés tan disgustado.
- Les has dado inteligencia a los humanos, sin mi permiso y sin decirme nada.
- Sufría viéndoles tan desvalidos, fue por compasión no por llevarte la contraria.
- No importan las razones, solo importan los resultados. Estos humanos ya no me sirven de nada, y no los aguantare una eternidad, les quitaré la inmortalidad.
- Pero Dios, así volverán a sufrir.
- Si, sufrirán, sufrirán por toda la eternidad, es el precio de la inteligencia.
- No puedo aceptarlo Dios, eres benévolo con nosotros ¿Por qué no lo eres con ellos?
- Porque ya no me satisfacen, y tú… serás expulsado de los dominios de la Ciudad Blanca y tu nombre no será más Luzbel, a partir de ahora serás conocido como Lucifer, aquel que osó enfrentarse a Dios.
- Me quitas la gracia de verte… No se si seré capaz de soportarlo.
- Eso es algo que a mí, ya no me interesa. Gabriel, comunica a Miguel mi decisión y que este despreciable ser desaparezca de mi vista.


Luzbel… Lucifer estaba destrozado, ya no vería mas a Dios, la pena hizo rápidamente mella en él, sus alas ya no brillaban y su cara tapada por el pelo reflejaba el dolor más grandes jamás sufrido por nadie, caminaba por el embaldosado de nácar, como un alma en pena, cuando el ruido de unas alas por detrás le hizo levantar la cabeza, sus ojos llenos de lagrimas, no le permitían ver con claridad, pero esa armadura era la de Miguel, espero a que llegase para hablar con él, pero su dolor se acrecentó al recibir una patada en medio del pecho. Salió rodando por el suelo, intento levantarse pero no pudo, otro fuerte golpe lo lanzó otra vez al suelo, no podía reaccionar, Dios le había repudiado y ahora Miguel su fiel compañero, lo trataba como a un desheredado, el siguiente golpe fue tan brutal que abandonó el pavimento nacarado, y empezó a caer, no desplegó las alas y se dejo caer, y vio como Miguel, se abalanzaba sobre el con la lanza en ristre, cuando le atravesó el costado, la velocidad de caída se incremento y el golpe contra el suelo fue brutal, la lanza se clavo en el suelo y por muchos esfuerzos que Miguel hacia la lanza no salía, entonces Lucifer levantó la cabeza y dijo:

- Porque me tratas así Miguel, es que acaso no sientes mi dolor.
- Jajaja… - Empezó a quitarse el casco y lo que Lucifer vio le helo la sangre – No soy Miguel, patético ser.
- Gabriel, No… porque me has hecho esto.
- Porque siempre me has dado asco, Dios solo hablaba de ti y no se fijaba en los demás… no se fijaba en mí.
- Celos, tenías celos de mí, con lo que yo os he amado a todos.
- Y crees que es tu amor lo que necesitaba… no. Lo que necesitaba era el amor de Dios, ese que te profesaba a ti, ese que ahora recibiré yo. Hasta pronto Lucifer pero ten seguro que la próxima vez que nos encontremos uno de los dos morirá y no seré yo.

Un nutrido grupo de ángeles descendió del cielo e increparon a Gabriel, para que se alejara de Lucifer, cuando se hubo ido, entre todos le extrajeron la lanza de Miguel, dos de ellos se le acercaron:

- Lucifer, nosotros no podemos permanecer en la Ciudad Blanca si tu no estas, no podemos soportar el estar lejos de ti, al igual que Dios te ha cambiado el nombre nosotros hemos cambiado nuestros nombres, mi nombre es Belcebú y el suyo Astaroth, a los demás ya los conocerás mas adelante, por ahora descansa.
- Pero como podéis haber tomado esta decisión en tan poco tiempo.
- ¿Poco tiempo Señor? la lucha con Gabriel ha durado mucho tiempo, recuerda que el tiempo aquí en la tierra es mucho mas rapido que en la Ciudad Blanca, nos costó la decisión de dejar de ver a Dios, pero decidimos que tu amor por nosotros y los humanos llenaba más nuestras almas que la mera presencia de Dios.
- ¿Dios os dio permiso para abandonar la Ciudad Blanca?
- No, nos fuimos, ahora nos denominan rebeldes, arriba quedan muchos que no se han atrevido a venir pero que seguro vendrán, aman a los humanos tanto como a vos.

 

Interesante relato, tienes una imaginación bastante extensa como para escribir que Lucifer (Luzbel, Satánas, Demonio, etc...) fue ángel misericordioso con los humanos... caray, si de no ser por él estaríamos todavía en el paraíso.
Saludos
Gustavo

 

Gracias Gustavo por tus palabras, aunque tampoco es algo tan imaginativo, desde el punto de vista que hay autores que ya hace tiempo compararon a Lucifer con Prometeo, semidiós griego que llevo la luz a los humanos sin el permiso de Zeus, hecho comparado con la metáfora de la serpiente y la la manzana del árbol de la sabiduría. Un saludo.

 

Muchas gracias Alkimia por pasarte por esta pequeña parte de una gran historia y decirme que te enganchaba, me das ánimos para seguir escribiéndola. Un abrazo.

 

ME GUSTO TU RELATO.
:::sonreir1:::
TIENE BUEN RITMO, Y BUENO ES COMO SI ME LO ESTUVIERA IMAGINANDO,
EN VERDAD CADA ACONTESIMIENTO, ME TRANSPORTÓ A VIVIRLO,
COMO SI ESTUVIERA ALLÍ MISMO.

FUE UN GUSTO ENORME HABERME DELEITADO,
CON TAN ENTRETENIDA HISTORIA.

TE DEJO MI AMISTAD Y SALUDITOS.
ADRIANA RUBIO.
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Gracias Adriana, entre todos me estais subiendo el ego y las ganas de continuar, me a parecido marabilloso el que dijese que te has sentido transportada, eso dice mucho de mi escritura y me alaga. Un abrazo.