Reflejos

Reflejos donde la sombra hace paso a la luz, y la luz crea entre sus destellos remolinos de viento. Aquel viento que susurra el primer sonido del fuego.
Donde el aire seco resalta los surcos de la piel, por donde transitaron caminos. Caminos en espiral, con puntos muertos, con curvas donde el cinturón sostiene el soplido que hace temblar al cuerpo.

Alzo los ojos, y encuentro una señal pintada en un tinte diluido en agua que dice: destino.

Una flecha señala una dirección en letras pequeñas, en el reflejo de una hoja que inicia a colorearse de amarillo verdoso. Es el momento de sacar mi cuaderno para escribir aquella palabra.

Leo la dirección en voz baja; mientras busco su significado, el vuelo del colibrí suspira en la velocidad del tiempo.

 

Tomando la vía del tren, para luego atravesar un pastizal hasta el borde del chaquiñán.
De pronto las nubes se funden con la orilla, y cada paso hacia el socavón puede ser un avance lento, o un rápido salto al abismo...

Lentamente la neblina va escalando nuestro cuerpo, en tanto los oídos se tapan intermitentes. Masticar chicle nunca antes resultó tan provechoso.

A la distancia el ruido del agua corriendo aumentaba.
Llegando al sitio buscamos un remanso donde pusimos rocas a modo de filo de una piscina y cavamos un poco más para tener agua mansa para bañarnos.

Panes, galletas, latas de atún y unos pocos chorizos en ramas al fuego se asaban para la tarde y noche mientras levantamos las pequeñas carpas y extendíamos los sleepingbags...

Esa noche fue todo conversación y estrellas...

 

Tus imàgenes innegablemente me transportan al ayer. Un sendero sin suficientes señales, un jardìn para niños en medio de la nada entre las carreteras de la montaña.
Y en ese otro contexto el destino y todos mis pendientes tienen sentido.
El colibrì es una linda guinda para tu cake. Feliz tarde.

 

Mil gracias por tu comentario Nick!!