Refugio empapado

La ciudad, como siempre, era un bicho audaz y luminoso cayendo breve sobre un cerro que alguna vez fue hermoso.
Glamour, modernas, con elegante influencia; así eran ciertas mujeres de algunos barrios, de algunas calles.
En otros terrenos embrujados de pobreza, se hablaba solamente de drogas paralizantes y pasta base que hace metamorfosis en los cerebros, los adelgaza hasta llegar a la anorexia mental.
Una noche todo lo cubrió la lluvia; toldos, anuncios luminosos, autos, paradas de transporte; suelo, garaje, vereda y muro.
Los más pobres, los descastados, encontraron por refugio la única sombrilla gigante que alguien; quizás a sabiendas, había olvidado en la playa.
Y sí, terminaron entendiendo la humanidad de cada uno, hasta entonces desconocidos. Convivieron forzadamente al menos por media hora tormentosa, empapados.