Relato extrasideral, narrado por mí y traducido a este idioma, por un....

Relato extrasideral, narrado por mí y traducido a este idioma, por un extraño ente que desertó de no sé dónde, porque se había cansado de la cultura de destrucción y egoismo de sus congéneres







Apresuróse Nonomesé entre excavaciones y restos de un ecosistema desmembrado, con el axioma, de que solo localizando el Ripotet-Tototec, podrían esclarecerse sin vacilaciones las contraproducentes complejidades que habían transfigurado a Estriblio, posiblemente en el más deshecho hábitat de las historias extra siderales. Aunque soy un tanto anciano, aún recuerdo con claridad, de como un intuitivo líder y un maremágnum de industriosos organismos (en los que me incluyo), erigimos las primeras ciudades en ese particular planeta. Era Marolesso, el último líder vivo de la colonia de Arpernia, que para ese entonces había sido impactada por destructivos migraktrónes (cuerpos incandescentes de satélites en desintegración), que arrasaron con vastas extensiones poblacionales, forzando a los pocos sobreviviente arpenianos a disgregarse en disímiles puntos de la galaxia. En su inusitada huida, este adalid y otros pocos se vieron obligados (como otros) a atravesar una sucesión de portales protoplasmáticos como necesaria táctica de salvamento, emigrando para siempre de su territorio de origen, y dejando a sus espaldas una sombría atmosfera de decadencia. Fue en trayecto de la forzosa diáspora, cuando inesperadamente y por tramas del destino, descubrimos a un deshabitado y virgen planeta con aparentes condiciones para la subsistencia, del que inmediatamente nos apropiamos y bautizamos por decisión unánime con el nombre de Estriblio, allí instauramos una organizada colonia intergaláctica, entre los numerosos especímenes vivientes que como yo, nos fuimos sumando al líder guía y sus compañeros a lo largo de su éxodo. El mayor objetivo de Marolesso gravitaba, en crear una comunidad de individuos que superviviésemos en un ambiente de concordia y solidaridad. En las primeras fases de adaptación nos comunicábamos conjuntamente, mediante lenguajes a base de símbolos y onomatopéyicos sonidos, rítmicamente imitados entre nosotros. Nuestra reproducción se consumaba de dos formas básicas; la reproducción asexual, donde un solo organismo era capaz de originar otros individuos nuevos, que resultaban como copias exactas de su progenitor , y la reproducción sexual que requería de la intervención de un cromosoma , generando tanto gametos masculinos como femeninos o dos individuos, siendo de sexos diferentes, o también hermafroditas . Los artrópodos sonambulientos, las sierpes metatarsilianas y los anélidos macrocefalópodos eran el resultado de otro tipo de reproducción más complicada, de la cual no quiero entrar en detalles. Eran creaturas especiales y privilegiadas que levitaban libremente sin ser importunadas, por toda una extendida sabana de espejos refractarios, sus gráciles reflejos parecían danzar al compás de bellísimas melodías, emitidas al choque de los alientos ventisqueros, con los donairosos árboles fractales traídos en semillas desde las Rasquemplattinias(estrellas muy cercanas ) , plantadas por toda la periferia del planeta . Este particular concierto era una especie de celebración o quizás una recurrente alabanza, a ese período de equilibrio en que estábamos coexistiendo seres tan disímiles pero con un común denominador a nuestro favor – LA PAZ-. Tiempo después después descubrimos por básica experiencia, que el aire inhalado y exhalado por nosotros en este habitat, nos provocaba una paulatina y anormal inflexibilidad corporal, que luego de un lapso de tiempo no nos permitiría la libre locomoción y por ende estábamos propensos a perecer por inanición. Por fortuna y causas desconocidas, a Marolesso y a los 5 individuos de su especie que llegaron con él, no le afectaba en lo absoluto esta extraña sintomatología, dándose la oportunidad de investigar hasta descubrir la neutralización de estas irregulares manifestaciones. Después de sucesivos experimentos Marolesso, por una elemental casualidad, afortunadamente pudo deducir que nosotros, al agotar un prudente lapso de tiempo respirando en este planeta, tendríamos que purificarnos mediante un proceso de adormecimiento, que hasta el momento podía realizarse subiendo a cualesquiera de los 19 planetoides vejertolianos, dotados de exclusivas condiciones para la desintoxicación(sin efectos secundarios), y a los que podíamos tener acceso por medio de la teletransportación molecular, dato que daba paso a la solución de la dificultad. Antes de las transfiguraciones al principio mencionadas, el popular trueque urcaliano era espectacular, de todos las galaxias adyacentes recolectábamos mercancías en grandes cantidades; que intercambiábamos en puntos estratégicos de la urbe planetaria, frutas como la tadamasia ,la coteruta, la estrolla y la porinca eran trasladadas a la velocidad del sonido, sobre monolíticas plataformas aparentemente flotantes, pero maniobradas a la perfección por intangibles enjambres de nano-insectos biosintéticos y autónomos, creados explícitamente para esos fines mercantiles. Los individuos de nuestra novel sociedad fuimos creaturas super desarrolladas, gozábamos de grandes avances especializados en todos los niveles traídos desde nuestras anteriores colonias. Estábamos agrupados jerárquicamente, según las habilidades con la que pudiésemos favorecernos, y esto proyectaba a nuestra convivencia una admirable hermandad, pero por inesperados inconvenientes, sólo quedaron los remanentes de una joven civilización devastada. Las cosas se habían invertido, lo que había sido –LA PAZ-, ahora era escenario de profusa obscuridad. Antes de las catástrofes, toda la población nos habíamos teletransportado a los planetoides vejertolianos para nuestra periódica hibernación, razón por la cual salvamos doblemente nuestras vidas, pero al momento, otra vez estábamos disgregados en distinto puntos de la galaxia, pero ahora con el agravante de no poder levantar de inmediato nuestra nación.
El ripotet-tototec era una esfera de tedramonodicleno ,un sólido y magnético elemento , que por sus especiales propiedades de perennidad y auto mimetismo, había sido usado para confeccionar este complejo dispositivo, que automáticamente se ocuparía de registrar a base de imágenes y sonidos de altísima claridad, todos los acontecimientos sobrevenidos durante nuestra ausencia, podía cambiar de tamaño y forma, o trasladarse en segundos a cualquier punto de vigilancia, pero estaba desaparecido y esto daba al traste cualquier pesquisa . Nuestro gobernante, había encomendado a Nonomesé, la búsqueda del mecanismo, por ser este el más diestro investigador de nuestro entonces hábitat. De seguido, se hicieron los arreglos para las averiguaciones y buscamos los equipos necesarios, que estaban protegido a unos 15 metros bajo la superficie Estribliestre, en invulnerables estructuras de emergencias. Nonomesé teorizó; que posiblemente la esfera se encontraba camuflada con los restos destruidos, razón por la que no podíamos distinguirla a simple vista, pero además señaló; que se podía localizar por medio de las ondas magnéticas del tedramonodicleno. Anduvimos por varias semanas sobre la vastedad de despojos con un microrevelador de radiación electromagnética, pero no logramos nada. Posteriormente Nonomesé, se había separado del grupo y estrictamente sólo, se aventuró a encontrar la significativa esfera. Efectivamente su teoría había quedado demostrada, el ripotet-tototec se encontraba camuflado con los restos destruidos, al margen de uno de los cráteres causados por algún tipo de impacto, a pesar de estar mimetizado, el astuto investigador lo pudo distinguir entre los escombros por su gran habilidad de deducción. Luego del hallazgo procedimos de inmediato a conocer las causas de las devastaciones del planeta estriblio. En las primeras imágenes pudimos diferenciar raras naves, que dejaban caer unos cuerpos cilíndricos, que al chocar con la superficie planetaria, provocaba aterradoras detonaciones que destruían en un santiamén grandes extensiones de ciudades, esto se fue repitiendo progresivamente hasta quedar nuestro refugio espacial en una total obscuridad. Pasado varios días después de disiparse las espesa humaredas de destrucción, vimos en las imágenes de como unos entes descendían al planeta, como haciendo reconocimiento del lugar y aunque estaban ataviados de unos brillantes ropajes espaciales, guardaban gran semejanza con el extraño desertor, traductor de este relato. Poco más luego, mediante un microprocesador de descripción de imágenes obtuvimos una definición acerca de los invasores, que puntualizaba lo siguiente: “raza sumamente materialista, traicionera, peligrosa, soez, destructiva y egoísta, no conocen ni –LA PAZ-, ni mucho menos el amor, engañan siempre, no se puede mediar con ellos porque son irracionales a tal punto de nunca entenderse ni siquiera entre ellos mismos, se escudan en religiones para manipular a sus semejantes mediante el miedo, matan física o psicológicamente por placer o por envidia, para apropiarse de las cosas ajenas y son llamados… HUMANOS, HUMANOS, HUMANOS”.

 

Hola mc, me llevaste a un viaje intergalactico a conocer ese plano con caracteristicas tan especiales, donde al peevcer todo era perfecto, para luego aterrizar con la insensibilidad, violencia y falta de conciencia de la especie huamana. Somos una raza destructiva mc, desfortunadamente asi es la humaniad ya está muy descompuesta. Pero aun hay vestigios de paz en los corazones y aunque sea muy áridamente el amor mueve a muchas personas, ¿no crees?. Interesante tu relato con todos sus hallazgos y nombres raraos que manejaste, muy creativo. Saludos y bendiciones para toda tu familia. Estrellas, si me deja el sistema te regalaré un puntito verde ok?.
¡SONRIE