Relato: La Locura De Alex.

Alex era un hombre solitario que vivía en una finca apartada del pueblo, todos lo reconocían como un hombre apartado y aislado al que debían de temer, pero lo que nadie sabía es que ocultaba un grandioso secreto. Alex poseía una llave, pero esta no era una llave cualquiera, era la que abría todo un mundo lleno de sueños y fantasías.
Esa llave abría la puerta de una grandiosa biblioteca donde Alex siempre se mantenía ocupado leyendo fantásticos libros donde hacía volar su imaginación.
Él tuvo una vida muy dura y había vivido siempre apartado de la gente, pero ahora poseía un mayor tesoro que cualquiera de nosotros podría haber llegado a desear, la llave que abre su vida. Porque él sin esa llave no estaría siquiera viviendo. En el momento más difícil de su vida, Alex, no sabía cómo había llegado a encontrar su motivo tan valioso para seguir viviendo. En momentos en que se sentía perdido en la soledad y el desconcierto y solo pensaba en marcharse a un lugar mejor, la aparición de esa simple llave le hizo ver la vida desde otro punto de vista. Alex perdió a sus padres en un accidente de tráfico donde solo él había sido el único superviviente. Siempre se había culpado por la muerte de sus padres, pero no le dolía tanto porque el leve recuerdo que tenía de ellos era cruel, jamás le quisieron. Y en momentos de pesadumbre y arrepentimientos Alex utiliza su llave para olvidarse de aquellos recuerdos que hicieron lo injusto con su única vida. Cada vez que poseía un mágico libro en sus manos olvidaba toda su vida y se adentraba en todo un mundo de posibilidades y verdades. Se sentía el protagonista de cada una de las historias que leía. Acariciaba con las yemas de sus dedos cada una de sus páginas que al pasarlas sentía un leve aire de liberación y paz. Esa grandiosa biblioteca le había devuelto la vida cuando se hallaba en un oscuro pozo sin salida alguna.
Todo esto que os estoy contando es una historia bonita llena de magia pero no siempre esa magia envolvía a nuestro querido protagonista. Había veces que ni los libros podían hacerle olvidar por un momento todo lo vivido, había veces en las que se culpaba de cada una de las tragedias que habían acontecido en su vida. Miraba el fuego y se mantenía durante unos minutos con la mente fija en las leves y calurosas llamas que se desprendían quemando el poco carbón que había. Aún no os he contado de donde salió aquella grandiosa biblioteca, muy bien amigos, es tan simple de contar porque esa biblioteca nunca existió. Solo en la mente de nuestro protagonista. Alex perdió todo, su familia, su seguridad y su propio sentido de la cordura. Toda una vida llena de soledad que a partir de su adolescencia le marcó su existencia.
Alex de pequeño era un niño normal y corriente como cualquier niño a su edad que no llamaba la atención a simple vista. Pero era especial. Vivía en un piso con sus padres y siempre tenía que hacer un gran esfuerzo para sacar el curso que fuese adelante. Lo que de verdad le marcó fue su odiosa adolescencia llena de dolor e incomprensión. Como todos sabeis llega el momento en la vida de uno en el que se da cuenta de las cosas y empieza a madurar. Alex se dio cuenta de que estaba solo, y sí, nadie podía negarlo si no era por hacerle sentir mejor. Su mejor amigo repitió curso y se mantuvo en un mundo completamente desconocido para él.
El dolor por las noches le dañaba el alma y pensaba demasiado, solo la música era su último consuelo. Pasaban los días y Alex no se acababa de adaptar, hasta que acabó el curso con el mismo dolor que lo empezó. Pero en esos últimos días de clase había conocido a una persona que siempre le ayudaba a sentirse menos solo y algo mejor, aunque Alex no entendía muy bien el por qué siguió conservando esa valiosa amistad. Llegó el verano y el curso le resultó bien académicamente, pero había madurado mucho durante ese curso de dura soledad, pero sabía que el verano no iba a ser un descanso para él ni para su mente. El mismo dolor que le consumía estando en el instituto lo hacía en los sueños del amargo verano, o mejor dicho, vida. No encontraba motivo para sacarle una verdadera sonrisa al día. Y amigos, hasta aquí os cuento de la infancia de Alex, lo demás queda en vuestra imaginación.
Fue así como Alex aprendió de la vida y la vida de Alex.
Hasta que se convirtió en un hombre desquiciado inventando cosas que no existían y al que toda la gente temía.

 

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