1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Relatos 2020 el conde altriste

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por buhodicenzo, 10 de Enero de 2020. Respuestas: 0 | Visitas: 515

  1. buhodicenzo

    buhodicenzo Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Junio de 2018
    Mensajes:
    115
    Me gusta recibidos:
    77
    Género:
    Hombre
    El camino al cementerio

    A Leo zelada Poeta Peruano


    En el camino hacia un cementerio, estaba un hombre, que silbaba por todos lados, y luego caminó.

    La senda incurría en un lugar lleno de arboles gigantes.

    En un tiempo, el hombre desapareció.

    Hacia el norte estaban los enanos malignos.

    Cuando la campana de un castillo sonó, apareció un ser de luz.

    En medio de la nada un caminante pasó y fue al cementerio.

    Luego de unos años cuentan que en la noche los gatos y que dos hombres caminan por los lugares.

    El cementerio es el alma de un país extraño en medio de una lluvia tormentosa.



    EL hombre de las siete cabezas


    A Silvia Buenora editora del Escriba


    En medio de la nada, en una isla desierta, estaba el hombre de varias cabezas.

    Pasaban las águilas y lo picoteaban en el corazón.

    En medio de la nada aparecían seres fantasmales.

    En un río muertos se veían y luego de un tiempo barcos con malvivientes surcaban el Paraná-.

    Eran lugares siniestros en medio de la desolada isla del sur de America.

    En varias tormentas el hombre sucumbió por picaduras de biboras venenosas.

    Y en un sepulcro estaba un sepulturero metiendo el cuerpo del desdichado.

    Las tormentas giran ,hacia mundos donde nadie es perfecto, y la nada llena todo.




    El grillo mutante

    A Silvia Buenora ed el Escriba.

    En la selva donde vivió Horacio Quiroga, había un grillo mutante.

    EL grillo trepo por un hormiguero, y llegó hasta una laguna.

    En medio de la nada y el estanque mirò unos sapos.

    La historia cuenta que muchas veces por el rio Iguazú aparecen seres, y grillos mutantes, que silban con ese sonido de la magia, y que el bosque responde esa selva enmarañada

    La perpetuidad es la nada, pero es un todo con el grillo, donde nunca existió selva están varios mirando las estrellas.



    El otro espejo que tiembla.


    Abelardo castillo camina por buenos Aires, en un barrio al sur.

    Un hombre se enfrenta al escritor y lo hiere, luego de un tiempo aparece una postal .

    Un circo donde un espejo tiembla esta dentro de otro espejo .

    Kafka mira a un escritor y el centinela lo condena,

    El padre de Kafka grita y maldice, los caminos son caminos andando.

    Alguna vez existirá ese libro infinito que define a los tropiezos, en medio de un narrador de historias las liebres corren por los campos, pero los pájaros son mas elegantes,

    En buenos aires hay un hombre bebiendo y es el que tiene sed.. alla en el pasado de Argentina.










    EL nadador del rio


    En un río de Italia, navegaba un hombre junto a el un nadador, los peces pasaban a su lado.

    En medio de eso una tormenta arremetió contra la embarcación.

    Un tiburón se enfrentò con el nadador, pero el capitán del barco se tirò y lo matò con una cuchilla.

    Luego de unos días bajaron a una isla.

    Muchos años pasan y las leyendas de tigres, y de tiburones dicen mucho, mas alla de la nada el horizonte es bueno, junto a la sangre en el rìo, mientras varios nadadores van hacia un río y se tiran al agua.


    Venas ciegas del río

    Hoy más allá del crepúsculo Nerudiano ante la nada,
    ruego febrilmente la agónica palabra del adiós,
    venas ciegas del río,
    pastos de campos donde duermen perros.

    El luminar día, la fragancia de pétalo,
    el rumiar de cantantes, y de góticas catedrales,
    siempre es de día en la vida.

    No refuerces tu nombre de mujer,
    si la piedra cae al agua no se hunde,
    palabras para andar el camino,
    para abrazar soles.

    Venas ciegas del río, de mi palabra,
    del ruiseñor y el gorrión
    de la siesta del pueblo.

    No aquietes el timbre que llama
    en esos días donde nada tiene sentido
    el alma gime y muere
    pero nace con el fulgor de la vida
    para siempre.
     
    #1

Comparte esta página