Reloj de muñeca

Tarde para ejes y óxido de sus manecillas
se corroe un motor a sus puertas berjadas
en un friso el arte llora sin ser visto, silencio
pesados caen años en el tiempo que sufre detenido
cuando sin preocupaciones doblan campanarios
ataudes se encierran en multitudes, silencio
me guardo un pensamiento en el chaleco
aunque derramas lágrimas bajo gafas de negro
triste corría mi senda aún en vivo, silencio
y me acordé del ayer, de aquel, no tú
atravesé su velo, luz blanca y me abrazó, solo tú
me olvidé de tus años medrando en silencio.

 

Qué hermoso poema ! Cómo siempre querida amiga mía, tu poesía es una ráfaga sublime de oscuridad ! Me gustó mucho !

Saludos cordiales amiga poeta !

 

A mi me pareció un paisaje de Dalí. Gracias por tu comentario, me agrada que te sean poemas hermosos.