Remedio y enfermedad

Remedio y enfermedad​

El padre de José iba sondado desde hacía tiempo, la madre estaba en la cama desde hacía más. José, enfermo de enfermedad. Una hermana, enferma de soledad, era enfermera en un antiguo hospital que dicen que cuidaba de los enfermos, que eran enfermos de eternidad. Es pues José uno de ellos, y su cura sólo estará, cuando se curen con los remedios, (que todos tienen y nadie da), y haya remedios para curar. El enfermo está sano, y el sano está tan enfermo, que cree que la salud es cosa del tiempo, y no hay espacio para tanta voluntad. La enfermera y el médico que trabajan en un hospital, saben lo que estoy diciendo, y dicen que los psiquiátricos ya no existen porque en el mal, ahora parte ambulatoria, no son todos los que están, porque si no están todos lo que son, es debido al cotolengo, que ahora es moda estar pa allá, y se olvidan que el cuaderno está tachando a la mitad, y es que ellos son los dueños, y el trasplante esperará. Después dirán que es todo un éxito. ¿A quién creen engañar? No hay más éxito que la tormenta cuando empuja sin mirar, y se lleva a toda bruja por muy buena en su embrujar.

Por eso recomiendo ir al médico, pero para escuchar. Si creéis fielmente en su remedio no olvidaros que hay recetas que pagar, confiar más bien en vuestro imperio… Bebed y comed austeros, patatas las justas, los huevos subalternos, la carne, de pollo, mejor si es de casa o de corral, mucha fruta y verdura, que no falte la ensalada; para beber el agua, un poquito de vino alegra el alma, y mantener el pulso en su mitad, que el ejercicio es consejero, sin pasarse, sin torneo… Pasaréis de estar enfermos a enfermeros sin estar, y de hospitales seréis los dueños, no los vais a necesitar. Y si el enfermo tiene un mal extraño, o su función no es la exacta sanidad, informaros bien primero, que hay médicos que visten seriedad adecuada al motivo patológico; descubrirlos es cuestión de la firmeza con que estén vuestros parientes dispuestos a aceptar… Lo sé y lo he vivido; que el enfermo muchas veces, se nos muere porque malo ha sido el diagnóstico, pero más malo es saberlo en cantidad, y optar por el remedio que nos mata y mata más…

Me olvidaba del amor...

Os digo que, si hacéis el amor os comprometéis, pero si folláis, no. ¿Sabéis por qué? Conjugar y entenderéis...