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Renacer

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Blanche, 17 de Septiembre de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 878

  1. Blanche

    Blanche Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    28 de Mayo de 2005
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    Era joven, era bella y tenía toda la vida por delante. Me reía de la vida y de las consecuencias; para mi no las había; una sonrisita, una caída de ojos y no había pasado nada… era una bendición ser hermosa…
    Me sentía llena de vida, de energía… Quería vivir la vida, exprimirla hasta la última gota y gozar cada momento, cada segundo de mi existencia…
    Así viví durante muchos años, gastando, gastando el dinero de mis amantes, derrochado mi tiempo y el de ellos, así viví, según yo feliz, y sin embargo…
    Pasados unos años ya nada fue igual… ya no era bella, ni estaba sana, ni podía siquiera mirarme al espejo, porque sentía asco de mi misma. Mis hermosas manos estaban estropeadas, mis contorneados brazos eran un saco de huesos y piel aguada y todo mi cuerpo parecía una bolsa desvencijada. Estaba desmoronándome, como una casa vieja, y cada noche clamaba por la muerte salvadora…
    Ya no tenía identidad, ya no sabia quien era, lo único que tenia en mi vida era mi belleza… y sin ella, sin ella, yo no era nada… tan solo me quedaba el vacío de mi existencia inútil y fatua.
    Fue una crueldad que mi hermosura se haya perdido prematuramente… Una cínica broma del destino, supongo, o una llamada de atención… tal vez…
    Llore mucho, muchísimo… me drogue otro tanto y me emborrache tantas veces y de manera tan ruin, que habían ocasiones en las cuales amanecía tirada en la calle como si fuera un perro.
    Como llegue tan lejos, no lo sé…

    Voy a morir antes de cumplir 40, lo sé, la vida se me va, siento que el pabilo de mi esencia se apaga. Ya esta humeando, pronto ha de extinguirse del todo… Es una lástima que nunca haya hecho nada para ser recordada… me moriré y nadie me recordará… para mis padres fui una vergüenza, para mis hermanas un desastre, para mis amantes una ramera, y para mis amigas una traidora… no fui nada bueno para nadie… ni siquiera para mi misma…

    Tenía una jeringa cargada de heroína y de coca, estaba dispuesta a matarme, realmente no tenía sentido seguir viva, así que decidí que era hora de marcharme…

    Pero… pensé, que antes de morir debía leer, aunque fuera por una vez en mi vida, la Biblia, estaba al borde de la muerte, con mil demonios atormentando mi mente, pero en mi alma se desato la lucha por la supervivencia, tal vez no por la vida de mi cuerpo sino por la de mi espíritu… así que la abrí. Al principio me pareció ininteligible, llore porque quería una respuesta, un consuelo, necesitaba un consuelo, una última palabra antes de morir, necesitaba socorro, y no lo encontré allí, iba a cerrarla y a matarme, cuando mis ojos se posaron en un versículo, un verso que toco la fibra mas íntima de mi alma… “Pedro dijo: ¡Señor Sálvame que perezco!, y El extendió su mano y lo salvo”… No se por qué, pero este texto me embargo, me lleno de una luz desconocida hasta ahora para mi… y sin pensar, mis ojos al cielo alce y grite con todo mi ser: ¡Señor Jesús!, ¡Sálvame que perezco!, y un halo de amor y paz indefinible me envolvió y me sacudió a tal grado que perdí la conciencia por unos instantes. Desperté y me sentí diferente, ya no me odiaba a mi misma, ya no me sentía vacía y sucia… Me acerque al espejo y me vi, seguía fea, pero mis ojos tenían luz… ¡Tenían luz!
    La hora de mi muerte esta cerca, pero antes de sucumbir, logré escribir el capitulo mas maravilloso en el libro de mi vida, pues yo, encontré la respuesta… al final del recorrido, hallé el camino. Tengo la conciencia limpia para morir tranquila, con la esperanza de renacer en la otra vida…
     
    #1

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