Renacer

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Reinvéntate, pero sustitúyete despacio, pues hacia qué es más importante que hacia dónde, piénsalo en otro clima, al otro lado de tu espejo, y más tarde, cambia de espejo. Cuando salgas al trabajo, ve diez minutos antes. A la salida cambia de calle, camina por otros escaparates, observa con atención los peatones que te cruzan.
Sáltate algún semáforo fácil. Por un tiempo vístete de joven, regala los trajes de las bodas e intenta pasear sin maquillarte unos días. Róbate un siglo en una tarde entera, lo necesitas para pasear por el lago, oír el canto de las hormigas o el ruido de los pájaros. Límpiate los dientes con la mano izquierda. Duérmete con la muñeca metida en la cama. Después, duerme unas noches en el sofá. Apaga esos programas de televisión, lee cuentos de la infancia, vive de nuevo aquellos romances. Despiértate más tarde. Despiértate más temprano. Instrúyete en una nueva palabra de amor al día.
Tritura un poco menos tus pensamientos, mastica comiendo un poco más, selecciona diferentes vitaminas, escoge nuevas salsas para las flores de la cocina, nuevos sabores azules, esos aromas que nunca te aventuraste a catar. Almuerza más temprano en otros sitios de la casa, cena más tarde, elige restaurantes libaneses, toma otro tipo de bebida, compra otro pan en el aroma de otra panadería.
Busca las virginidades del día: el sol nuevo, el anuncio nuevo, la sonrisa nueva, el detalle nuevo, la silla nueva, aquella piedra del parque nuevo. Selecciona otra cafetería, otra marca de lencería, otras miradas diferentes. Lava todas las horas de malos sentimientos. Mándate cartas mentales de colores. Ve a pasearte cerca de tus vértebras. Seduce cada vez mejor, con diferentes escotes, no rumies que la otra persona es demasiado guapa, demasiado fea, o que puede huir, proponte desmantelar lo que siempre quisiste descubrir. Cambia de caricias, de besos, de miradas, cómprate otras manos, escríbete nuevas esperanzas.
Abre una cuenta en otro Banco del Amor. Cuenta los días de tu libreta. Líbrate de las películas de miedo, no tengas temor a otros cocineros, a otras salsas, visita los fogones del amor. Reinvéntate.
Razona seriamente en amar mejor, más intensamente, más merecedor, más sensible, más de fijo, atiéndete en él como a ese empleo que no quieres perder.
Ama, y si no encuentras razones para amar, tiene que darte lo mismo, te tienes, eres de ti, pero ama siendo penetrante, reinvéntate.
Sírvete disponibilidad para emprender un viaje hacia tus adentros, léete tu interior, sácate a bailar en la playa de la vida, quítate el triquini, olvídate de los horóscopos, experimentarás que están cambiados, reinvéntate, una y otra vez, hazlo, todo será distinto, lo importante es reinventarse, renacer, sólo los muertos no cambian, nunca.


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Jesús Soriano

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Sombras, un placer visitarte y felicitarte por tu hermosa prosa.

Saludos,
desde Panamá.

 

Muchas gracias, Rogelio, por leer y comentar mi prosa, es una de mis favoritas. Un abrazo, Jesús

 

Muchas gracias, Rogelio por tu apoyo.
Un abrazo, Jesús