Renuncio a ti.

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Las palabras fértiles, resuenan en mi cabeza sin descanso, preguntas y no respuestas, letras y párrafos sin estructura, solo por lo ingrato que llega ser el amor, ese que tanto siente, que tanto espera, que mira y desea, el amor… ese cruel, ese hijo de la sabiduría, aquel que no miente, que no engaña, pero que sufre, que agoniza, ese amor furtivo, que es despiadado, que ríe en ocasiones, que flota en otras, que amarga, aun cuando mi dilección por el es similar a ella, debo colmarlo de reproches; ¿por que no mataste a tu hermano el desamor?, si sabias que sufriríamos, ¿por que me dejas acá?, solo y sin sentido, ¿Por qué no te metiste en ella?, como lo hiciste conmigo. Te espero en silencio pensando en que la harás volver, porque aun creo en ti, pero no llega, sus ojos negros, no llegan, el teléfono no suena, no lo hace, y mi corazón se desborda de pena, es tanta la presencia, de esa hija ingrata tuya, que en el rincón olvidado de mi alcoba, mientras la sombra cruel del vestigio de su existencia, me apunta y me dice lo patético que soy, me lacera mefistofélicamente, gozando palmo a palmo, de la sangre y la piel que se desprende de mi contrariado corazón, ¿por que no te fuiste con ella?, por favor desde el fondo de mi alma te lo pregunto, porque optaste por mi, por favor vete, no me vuelvas a mirar, no quiero saber mas de ti.

Si los tormentos de este amor, valen un segundo de lágrimas codiciosas, si el valor de esas lagrimas que devoran mi rostro insinuando la calma, tienen un sentido juro que intentare perdonarte, como lo dijo Márquez; “ el amor, es eterno mientras dura”, al parecer el nunca amo de esta forma. Ya no tengo nada que pedirle a ella, solo a ti, déjame, perdóname, ya lo entendí, vete al igual que ella, sin un atisbo de arrepentimiento, que esta noche quiero dormir, en esta noche fría por la ausencia, quiero beber melancólico, gritarle a la lluvia y al mar, el vacio rotundo que siente mi espíritu, quiero que la saliva espesa que resurge al mencionar su nombre, se vaya contigo, quiero que la arena me olvide, que no sepa que existí, que se escabulla dentro de los sauces, que las alondras canten en mi funeral, que este dolor caustico descanse, que grite su ultima ofensa, para recordarlo.
Amor de amores, dolor de horrores, seré valiente, siempre y cuando prometas irte, cuando hayas determinado que mi alma no puede mas, júrame que será de esa forma, que te iras cuando veas que mi alma y corazón de agotamiento no pueden mas. Te amo amor, pero al igual que ella, no puedo vivir de esta forma, Adiós.
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fuerte escrito poeta, pero "amor cuando no muere, mata" (js)

un escrito que me pone a pensar mucho sobre el amor y sus concecuencias.

un placer leerte, un abrazo.